Departamento Psicopedagógico Convivencia Familiar y Comunicación
«tener un lugar donde ir, se llama HOGAR
Tener personas a quienes amar se llama FAMILIA Y tener ambas , se llama BENDICION LA FAMILIA Y SUS ESTILOS DE COMUNICACION
La familia es la primera escuela donde aprendemos
cómo comunicarnos. La forma como aprendemos a comunicarnos en nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicaremos con los demás. Así el niño comienza aprendiendo gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos, comunicándose a través de ellos. • Cuando una pareja decide unirse, establece pautas de comportamiento en común, así como una serie de normas que les dan un estilo de convivencia. De esto se desprende que deben negociar y combinar expectativas para convivir juntos, construyendo un estilo familiar propio, con la amalgama de reglas y estilos de ambos cónyuges.
• Estas normas de convivencia son muy variadas e incluso
cambian conforme el proceso familiar transcurre a lo largo de la vida, pero en términos generales se puede hablar de tres estilos familiares determinados por la forma en que mayormente se aplican: ESTILOS FAMILIARES Familias rígidas: Cuando se establecen normas o patrones en forma autoritaria e inflexible. Es común que en estas familias la pareja adopte roles tradicionales, que la autoridad la ejerza el padre (aunque también las hay donde es ejercida por la madre). La comunicación es vertical y está restringida. Los hijos tienen pocas posibilidades de expresión.
Familias negligentes: Cuando existe el mínimo de normas. En
realidad los padres no se preocupan por mantener el control disciplinario de sus hijos y son permisivos en extremo, sin ocuparse de ellos, ni preocuparse por su educación. La mayoría de estas familias tienen lazos afectivos débiles, por lo que suelen buscar satisfacer sus necesidades emocionales fuera del hogar. Familias flexibles: Cuando hay capacidad de aplicar las normas de conductas en forma discriminada según la edad y tipo de situación. Los padres establecen modos de controlar a sus hijos para poder educarlos y encauzarlos, pero son capaces de cambiar las reglas cuando los hijos crecen y adquieren responsabilidad y opinan negociando algunas reglas. La comunicación suele ser horizontal y, según la circunstancia, incluso democrática (por ej. el domingo todos pueden opinar sobre la diversión, no así acerca de la distribución del gasto); las reglas pueden ser negociadas por los hijos porque la finalidad no es sancionar, sino educar. ¿CÓMO LOGRAR LA CONVIVENCIA FAMILIAR PERFECTA?
• Es imposible, pero sí se puede alcanzar una convivencia familiar
exitosa, cuando se consigue de manera consciente y responsable, instaurar un sistema de valores firmes y sólidos, que resistan las intempestades del crecimiento de los hijos, las crisis de pareja, las dificultades económicas, etc.
• Dependiendo de las características y limitaciones propias, cada
familia debe establecer el conjunto de valores sobre los cuales cimentará esta gran institución, a la luz de lo que se quiere ser como padres, hijos, hermanos y personas para la sociedad. Pero además, autoevaluarse con frecuencia y hacer “mantenimiento familiar”, es decir, retroalimentar en el tiempo ese sistema de valores, de acuerdo con los cambios que van exigiendo las nuevas circunstancias.