La educación intercultural es un enfoque educativo holístico que
tiene un carácter inclusivo, donde se parte del respeto y la valoración
de la diversidad cultural; es indispensable para lograr una educación integral, busca erradicar elementos que dificulten la convivencia entre culturas como : La discriminación, la exclusión, el racismo. Promoción del respeto entre culturas coexistentes. Aceptación de culturas en contacto. Percepción de la diversidad como un valor y no como una deficiencia. Incremento de la equidad educativa. Favorecer la comunicación y convivencia. Seguimos siendo una sociedad fragmentada, racista y discriminadora. Se requiere preparar a las nuevas generaciones de todo el país para el reconocimiento y valoración de sus raíces andinas, amazónicas y costeñas. Si no emprendemos acciones para trabajar con, desde y para la diversidad, estaríamos poniendo en serio riesgo nuestro patrimonio cultural, fuente de nuestra identidad y de alto potencial de desarrollo. Es una aspiración de los pueblos indígenas/originarios por una educación pertinente y de calidad, que nos desarrolle como pueblos y nos permita ser parte de la sociedad actual, incidiendo en las prioridades y políticas nacionales. El Perú es uno de los países más ricos en diversidad cultural. Existen cerca de un millón 100,000 niños, niñas y adolescentes provenientes de 52 pueblos originarios que hablan las 47 lenguas indígenas reconocidas por el Estado. Sin embargo, la mayor parte de ellos se ha mantenido históricamente en una situación de marginación. Reconocimiento explícito del derecho a la diferencia cultural. Reconocimiento de las diversas culturas. Relaciones e intercambios entre individuos, grupos e instituciones de varias culturas. Constitución de lenguajes comunes y normas compartidas que permitan intercambios. Establecimiento de fronteras entre códigos y normas comunes y específicas mediante negociación. Dificultad de conocer el nivel curricular con el que accede el alumnado perteneciente a minorías étnico-culturales al centro, lo que imposibilita saber los aprendizajes que tienen adquiridos. Desconocimiento del español, lo que dificulta la comunicación entre profesor/alumnos y entre el grupo de iguales. En el caso de una política de inmersión lingüística puede existir el riesgo de desarrollar una competencia limitada en la segunda lengua, y además se privaría a los alumnos minoritarios de la oportunidad de seguir profundizando y adquiriendo conocimientos de su propia cultura. La pertenencia de los alumnos inmigrantes, en muchas ocasiones, a una clase económica desfavorecida, lo que afecta negativamente en determinados contextos escolares y contribuye a legitimar aún más las desigualdades con las que llegan al centro escolar. Falta de participación de las familias del alumnado. La gran discrepancia que encuentran muchos alumnos entre lo que aprenden y lo que conocen en su ambiente familiar, y lo que exige la escuela.