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EL OBJETO DEL PROCESO

GENERALIDADES: Según la doctrina el objeto del proceso, no se vincula con la


finalidad u objetivo que éste persigue (resolución del conflicto), ni a los actos de las
partes o del juez que se vinculan a cuestiones accesorias al proceso (incidentes) u
otro tipo de actos procesales que se producen en él como las actuaciones
probatorias.
Así, en un sentido estricto y técnico-jurídico, se ha dicho que el OBJETO
DEL PROCESO es “aquel tema o asunto jurídico fundamental sobre el que el
actor pide la sentencia del juez, previa contradicción con el demandado”.
Según el profesor DE LA OLIVA, “El objeto actual del proceso está
constituido por lo que el actor plantea tempestivamente (en formas oportuna) y por lo que el
demandado suscite (responda = defensa), también en tiempo y forma”. Es sobre lo que versa
el debate procesal y acerca de lo cual el tribunal debe pronunciarse en su sentencia.
EL OBJETO DEL PROCESO

Añade este mismo autor que “el objeto del proceso lo determina la pretensión
o pretensiones del actor y su fundamento, esto es, las partes, lo que pide y la causa de pedir, así
desde el punto de vista de los hechos alegados como desde el punto de vista de su fundamento o
fundamentos jurídicos efectivamente aducidos”.
Ilustrativo de este tema es lo señalado por el procesalista colombiano
JAIME GUASP, quien sostiene que “El proceso es el instrumento para la satisfacción de
pretensiones”, añadiendo que “Las pretensiones constituyen el objeto de la actividad
procesal”.
Así, en una primera aproximación, el objeto del proceso está constituido
por la cuestión o cuestiones que se someten a la decisión del Órgano Jurisdiccional o "thema
decidendi o thema decidendum“, que es la cuestión sobre la que el juez se
pronunciará en la parte resolutiva de su fallo, respetando el principio de
congruencia.
EL OBJETO DEL PROCESO

Cabe recordar que el proceso civil se encuentra regido por el


principio dispositivo, en virtud del cual las partes son las encargadas de fijar el
alcance y contenido de sus pretensiones, y es su actividad la que permite
demarcar el perímetro del “thema decidendum”.
El OBJETO DEL PROCESO es aquello sobre lo que versa éste y lo
distingue de cualquier otro proceso. Eso que distingue e individualiza al proceso
en relación a otros es la pretensión entendida como la petición fundada que se
dirige a un Órgano Jurisdiccional, frente a otra persona. El profesor
MONTERO AROCA acertadamente ha enunciado sus elementos:
1° La pretensión constituye una declaración de voluntad. Así, no obstante
existir durante la tramitación del proceso una gran cantidad de peticiones, “sólo
una es la pretensión”.
EL OBJETO DEL PROCESO

2° Constituye una petición fundada, pues se deben invocar los hechos en que
se apoya, lo que permite distinguirla de cualquier otra pretensión. Ej., la
petición al Tribunal de que otra persona sea condenada al pago de una cantidad
de dinero no constituye una petición individualizada, ya que el demandante
puede ser acreedor del dinero por causas múltiples. Sólo estará individualizada
si la petición se acompañe de la invocación de los elementos fácticos concretos,
que dan lugar a la existencia de la deuda que se reclama.
3° Se dirige al Órgano Jurisdiccional. El objeto inmediato de la pretensión
consiste en reclamar al Órgano Jurisdiccional una determinada actuación de
éste, la cual determina como veremos después, la clase de pretensión y del
proceso a que da lugar.
EL OBJETO DEL PROCESO

4° Se interpone frente a otra persona. La petición tiene que formularse,


necesariamente, frente a persona distinta al que pide, requiriéndose también que la
misma esté determinada o, al menos, que sea determinable.
GUASP asevera:
 Para que pueda haber proceso es necesario que exista una pretensión,
 Toda pretensión dará lugar a un proceso, independiente de la suerte que pueda
correr dicha pretensión (acogida o denegada) y
 El proceso no puede tener un contenido mayor, menor o distinto que el de la
pretensión que lo origina, es decir, los límites de la pretensión son los límites del
proceso mismo. Por tanto, la decisión no puede, exceder de la pretensión, no
puede omitir una parte de ésta ni alterarla, pues de e lo contrario, el fallo estaría
viciado por incongruencia por ultra petitum o por extra petitum.
EL OBJETO DEL PROCESO

Por tanto, la determinación del objeto del proceso unida a la verificación


de la identidad de las partes, posee consecuencias relevantes:
 Delimita el alcance de la congruencia, de la litispendencia y de la cosa juzgada
material,
 Determina las diferencias entre la simple resistencia del demandado y la
reconvención.
Hay que diferenciar la pretensión como objeto del proceso, del derecho
subjetivo que le sirve de fundamento. La pretensión no constituye un concepto del
D° privado material. La pretensión es un acto y concepto de naturaleza
eminentemente procesal, lo que no significa que ella esté totalmente desconectada
del D° material. La pretensión implica siempre una referencia al D° positivo material
y a un hecho, bien material o bien jurídico, dependiendo ello del tipo de pretensión
deducida.
EL OBJETO DEL PROCESO

El Profesor CRISTIAN MATURANA, define la Pretensión como


“una declaración de voluntad por la que se solicita una actuación de un
órgano jurisdiccional frente a persona determinada y distinta del autor de la
declaración”.
En cuanto a su Estructura, dice que la pretensión procesal requiere:
 De elementos subjetivos que son:
a) el órgano jurisdiccional;
b) el actor y
c) el demandado,
 Un elemento objetivo, cual es el bien litigioso que se pretende, que puede
ser una cosa o una conducta.
EL OBJETO DEL PROCESO

Refiere que son características de la pretensión procesal:


1° Se materializa, al igual que la acción, a través de un acto procesal (la
demanda)
2° Es un D° exclusivo del sujeto activo. Excepcionalmente puede ser el sujeto
pasivo quien debe accionar. Ej: demanda de jactancia (art. 269 a 272) y la acción
forzada del art. 21 del CPC. No ocurre lo mismo con la reconvención, pues si
bien el que pretende es el sujeto pasivo, lo que ocurre es que se abre un nuevo
proceso, que sólo por economía se tramita con el inicial.
3° Se dirige contra el sujeto pasivo del proceso: demandado.
4° La pretensión se falla en sentencia definitiva, al final de la instancia.
5° Mira al interés particular del pretendiente, lo cual lo distingue con la acción,
que tiene un interés social comprometido.
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En función de la petición concreta que se realiza por el actor al


Tribunal, existen 3 tipos de pretensiones:.
1° Pretensiones declarativas: Tienen como base normalmente la existencia de
un conflicto intersubjetivo, nacido como consecuencia de la negación o
vulneración de un derecho subjetivo. En las pretensiones declarativas se solicita
el reconocimiento de la existencia o inexistencia de un determinado derecho
subjetivo o relación jurídica. Con estas pretensiones no se exige una ulterior
actuación de la otra parte en favor del actor, sino únicamente un
apaciguamiento general a la declaración que se produzca. Ej: Las nulidades que
producen efectos erga omnes, respecto a la invalidez de lo declarado.
EL OBJETO DEL PROCESO

Hay autores que dividen esta pretensión declarativa en:


a) Pretensiones simplemente declarativas o de mera declaración:
Son aquellas mediante las cuales se intenta – exclusivamente -lograr del juez la
simple declaración de la existencia o inexistencia de un derecho, satisfaciendo
ello integralmente el interés del pretendiente (por ejemplo, la que tiende a
establecer la falsedad de un documento o la inexistencia de una obligación).
Su característica primordial es que puede basarse en un litigio eventual
(por daño potencial) y no real, aunque exige la presencia de un interés jurídico
actual para poder ser promovida con eficiencia (utilidad).
Sólo los códigos más modernos admiten la promoción de estas
pretensiones, que han sido reconocidas por la doctrina como la quinta esencia
de la actividad jurisdiccional.
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b) Pretensiones declarativas de condena: Son aquellas mediante las cuales se


intenta no sólo la declaración de la existencia de un derecho sino que también
incluyen la aspiración de que el juzgador emita un mandato individualizado
de condena a dar, hacer o no hacer una prestación (Ej. la que tiende a lograr
el pago del precio de la cosa comprada y no abonada, o que el demandado
destruya o no una pared)
Sse fundan en la existencia de un conflicto intersubjetivo, en un derecho
subjetivo que el actor pide que se reconozca a su favor, pero en las de condena el
actor requiere una conducta posterior del demandado a su favor, tendente a la
reparación o restitución de su derecho. La condena puede ser pecuniaria o no
pecuniaria, y dentro de estas últimas de condena a una obligación de hacer, no
hacer o dar.
EL OBJETO DEL PROCESO

c) Pretensiones declarativas de constitución (pretensiones constitutivas): Son aquellas


mediante las cuales se intenta no sólo la declaración de la existencia de un derecho sino
que también incluyen la aspiración de que, como consecuencia de ella, se cree, modifique
o extinga un estado jurídico (Ej, la declaración de divorcio de los cónyuges constituye el
estado civil de divorciado para cada uno de ellos, o la declaración de existencia de un
hecho ilícito constituye un acreedor y un deudor por los daños ocasionados a su
consecuencia).
Se diferencian de las otras dos, porque se requiere la intervención judicial
para conseguir el efecto pretendido, el cual no se puede alcanzar por la mera
voluntad de las partes sin declaración previa del Órgano Jurisdiccional (Ej: una
sentencia de divorcio, de incapacitación o de filiación, paternidad o maternidad).
Las pretensiones constitutivas, tienen como base una determinada situación jurídica
material de la cual se solicita al Órgano Jurisdiccional su reconocimiento,
modificación o extinción.
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2° Pretensiones ejecutivas: Son aquellas mediante las cuales se intenta lograr la


ejecución coactiva de un derecho que ya está reconocido o declarado en una
sentencia (título ejecutivo) o en un instrumento al que la ley otorga carácter de
fehaciente e indubitado (título ejecutivo), Ej.: La pretensión de percibir del deudor
la suma de dinero a cuyo pago fue demandado judicialmente y que no pagó; la de
percibir el monto de una deuda cuya existencia fue reconocida por el deudor en un
instrumento público.
3° Pretensiones cautelares: Son aquellas no buscan la declaración de un derecho ni
la ejecución de una prestación sino que el aseguramiento anticipado de un hecho
(Ej, la comprobación judicial del estado de alguna cosa en cierto lugar y tiempo) o
de un derecho (Ej. la garantía para el acreedor de que su deudor no perderá sus
bienes como consecuencia de caer en estado de insolvencia que imposibilitará
cobrar la acreencia luego de ser declarado el derecho a hacerlo.
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Por otra parte, cuando coexisten 2 pretensiones en una misma demanda


(casos de acumulación procesal) ellas pueden ser:
 Eventuales: La 2ª pretensión se presenta para que el juez la considere y falle sólo
en caso de ser desestimada la primera; Pretensión principal, indemnización de
perjuicios por responsabilidad contractual y, en subsidio, por responsabilidad
extracontractual.
 Sucesivas: (también llamada de eventualidad impropia o subsidiariedad) En este
caso, la 2ª pretensión se presenta condicionada a que sea estimada la 1ª. Ej. las
pretensiones de percepción de capital e intereses queda condicionada a la
petición principal que se condene al demandado al pago de una determinada
suma de dinero. La condena en costas, la que procede su la contraparte resulta
completamente vencido.
 Alternativas: Acá la 2ª pretensión se presenta también en forma principal a fin
de que sea estimada ella o la primera, indistintamente. Ej. Reposición con
apelación subsidiaria
EL OBJETO DEL PROCESO

Regulación de la pretensión procesal en Chile.


La CPR la trata en el art. 19 N°3, entendiendo que la igual protección
de la ley en el ejercicio de los derechos se refiere también al derecho a solicitar
una sentencia favorable. Asimismo, se encuentra tratada en la acción de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad, en el amparo y en la protección.
En los procedimientos civiles, el art. básico es el 254 CPC que
consagra tanto los requisitos de la acción como los de la pretensión, siendo su
número 5 el que se refiere más a ésta, al exigir que la demanda contenga “la
enunciación precisa y clara … de las peticiones que se someten al fallo del tribunal”.
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Pretensión, Acción y Demanda:


Cabe precisar que el antecedente de la pretensión, en la realidad social, es
el conflicto intersubjetivo de intereses, el cual supone la existencia de una diferencia
entre personas en relación a un determinado derecho subjetivo, es decir, hay una
persona que declara su voluntad en orden a intentar subordinar a la propia una
voluntad ajena (Ej. Págame lo que me debes; devuélveme el dinero que te presté).
Así, la insatisfacción de una pretensión por parte de su titular debido a la resistencia
a ella por parte de otra persona, genera el conflicto intersubjetivo de intereses.
El traslado de la pretensión al proceso se realiza mediante el ejercicio de la
acción por quien se siente afectado en sus derechos, lo que se concreta o materializa
por medio de un acto jurídico procesal específico que se presenta ante el Órgano
Jurisdiccional, que es la Demanda
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Desde este punto de vista, se ha dicho que la pretensión procesal es “la


declaración de voluntad hecha en una demanda mediante la cual el actor
(pretendiente) aspira que el juez emita, una vez finalizada la tramitación del
proceso, una sentencia que resuelva efectiva y favorablemente el litigio que le
presenta a su conocimiento” .
En resumen, la acción es el derecho a requerir la actuación de la
jurisdicción como único medio viable para la solución de la contienda; es el poder
jurídico de una persona que obliga a intervenir al órgano jurisdiccional en el
conocimiento de una determinada pretensión y a resolverla, quien no puede
excusarse de ejercer la función pública que le ha sido encomendada.
La manifestación externa de este derecho se efectúa a través del acto
jurídico procesal denominado demanda, la cual a su vez se contiene en un libelo.
Pero en definitiva, lo que caracteriza a la acción es el contener una
pretensión (expectativa de obtener una decisión favorable), las que van
incorporadas en la demanda.
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En términos más sencillos, para que exista un litigio debe producirse en la realidad
social un conflicto intersubjetivo de intereses jurídicamente trascendente, caracterizado por la
existencia de una pretensión resistida. Mediante el ejercicio de la acción se origina el proceso,
al poner en movimiento la jurisdicción, pues ella va dirigida al Estado (Tribunales) y no al
adversario, siendo la pretensión la que se dirige en contra éste.
En consecuencia, la acción procesal es el mecanismo que la Constitución y la ley
pone a disposición de las partes para traspasar el conflicto al proceso; la pretensión es el
derecho de las partes para solicitar al tribunal una decisión jurisdiccional favorable a sus
intereses en la solución final del proceso. Es usual que estos conceptos se confundan, ello
debido a que “su titularidad corresponde a una misma persona” y a que generalmente las 2 van
contenidas en un mismo acto: en la demanda o querella. El proceso se inicia con el ejercicio
de la acción y está destinado a resolver el litigio, esto es, a dar o no protección a la pretensión
hecha valer.
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Paralelo entre acción y pretensión.


1° Semejanzas.
a) Generalmente, ambas corresponden al sujeto activo del proceso,
b) Ambas se plantean ante un tribunal y por medio de un solo acto procesal (la demanda)
c) En su objetivo, ambas tienen por objeto lograr la solución de un conflicto.
2° Diferencias.
a) Sujeto destinatario: la acción se dirige hacia en tribunal; la pretensión contra el adversario.
b) Objetivo: la acción tiene como objetivo primordial la apertura del proceso; la pretensión se
dirige a obtener una sentencia favorable.
c) Oportunidad en que se resuelven: si se acoge o no la acción, es resuelto tan pronto como se
es presentada; el pronunciamiento respecto de la pretensión se da sólo con la sentencia.
d) Efecto de su rechazo: la acción rechazada puede volver a interponerse; si se rechaza la
pretensión, la condena o la absolución se mantendrá a firme en virtud de la cosa juzgada.
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El proceso como medio de satisfacción de Pretensiones


Desde este punto de vista, el proceso se nos presenta como un medio
de satisfacción de las pretensiones hechas valer en juicio, las que son vertidas en
su interior por medio de la demanda (en su caso, la demanda reconvencional) la
que, como acto jurídico procesal la contiene como también a la acción, última
que mediante su ejercicio permite poner en movimiento al órgano
jurisdiccional.
Conforme hemos dicho, teniendo presente que el proceso civil esta
inspirado en el principio dispositivo y lo dispuesto en el artículo 160 CPC, el
juez debe ajustar su decisión a las solicitudes (pretensiones y
contraprentensiones) hechas valer por las parte en el juicio, siendo sancionado
su fallo con nulidad – en caso de extenderse a puntos no sometido por éstas a su
decisión – por incurrir en el vicio de la ultra o extra petita
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El principio de congruencia constituye, junto a otros principios que


inspiran el proceso civil, uno de sus pilares fundamentales y permite que éste avance
coordinado y eficazmente hacia la solución jurisdiccional del asunto.
En el D° Romano ya se señalaba que: “sententia debet esse conformis,
libello; ne eat judex, ultra, extra aut citra petita partium; tantum legatum
quantum judicatum; judex judicare debet secundum allegata et probatia parlium”
= la sentencia debe estar conforme con la reclamación escrita, para que el juez no
vaya más allá, fuera o más acá de las demandas de las partes; tanto lo imputado
como lo sentenciado; el juez debe juzgar de acuerdo con las razones alegadas y
probadas por las partes.
La palabra congruencia proviene del latín congruentĭa que significa
coherencia o relación lógica y que, en su sentido natural y obvio, significa la
conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones de las partes
formuladas en el juicio
EL OBJETO DEL PROCESO

Doctrinariamente la congruencia se ha definido como “un principio


normativo que limita facultades resolutorias del juez, por el cual debe existir
identidad entre lo resuelto y controvertido, oportunamente, por los litigantes, y
en relación con los poderes atribuidos en cada caso al órgano jurisdiccional por el
ordenamiento jurídico”.
En nuestro D° no existe un conjunto de disposiciones que regulen
explícitamente este principio, que lo estructure en sus presupuestos, requisitos y
efectos, pero no por ello ha sido desconocido en nuestro ordenamiento, por cuanto
se refieren a la congruencia directa o indirectamente distintas normas, entre las que
se cuentan aquellas que regulan el contenido de las sentencias, incluyendo el Auto
Acordado de la Excelentísima Corte Suprema sobre la forma de las sentencias del
30/09/1.920, a las cuales debemos agregar aquellas normas que sancionan
formalmente su inobservancia.
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Art. 160 CPC: “Las sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y no podrán extenderse a puntos que
no hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden o permitan a los
tribunales proceder de oficio”
Art. 170: “Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen o revoquen en
su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán:
6°. La decisión del asunto controvertido. Esta decisión deberá comprender todas las acciones y excepciones que se hayan
hecho valer en el juicio; pero podrá omitirse la resolución de aquellas que sean incompatibles con las aceptadas.”
A.A. Forma de las Sentencias: “Que las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que
revoquen o modifiquen las de otros tribunales, comenzarán expresando el lugar en que se expidan y en letras el día, mes
y año, y contendrán:
11º La parte resolutoria del fallo deberá comprender todas las acciones y excepciones que se hayan hecho valer en el
juicio, expresando de un modo determinado y preciso las acciones, peticiones y excepciones que se acepten o rechacen.
Podrá omitirse la resolución de aquellas acciones y excepciones que fueren incompatibles con las aceptadas; en este caso
el Tribunal deberá exponer los motivos que hubiere tenido para considerarlas incompatibles.
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Art. 768 CPC. “El recurso de casación en la forma ha de fundarse precisamente en alguna de las causas siguientes:
4a. En haber sido dada ultra petita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extendiéndola a puntos no sometidos a
la decisión del tribunal, sin perjuicio de
la facultad que éste tenga para fallar de oficio en los casos determinados por la ley;
5a. En haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170;
Este numeral debe concordarse - en relación a la vulneración del principio de la
congruencia – con el N° 6 del art. 170, que guarda relación con la falta de decisión del asunto
controvertido, esto es, cuando en el fallo el sentenciador no se hace cargo de todas las
acciones y excepciones hechas vales por las partes en el juicio.
7a. En contener decisiones contradictorias;”
Art. 775 CPC. “No obstante lo dispuesto en los artículos 769 y 774, pueden los tribunales, conociendo por vía de apelación,
consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias cuando los antecedentes del recurso manifiesten
que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran
a alegar en la vista de la causa e indicar a los mismos los posibles vicios sobre los cuales deberán alegar.
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La última norma transcrita, consagra la denominada CASACIÓN DE OFICIO, que


corresponde a la facultad que la Ley otorga a los Tribunales Superiores de Justicia para invalidar una
sentencia por las causales establecidas por la Ley para el recurso de casación en la forma, sin
necesidad que se haya interpuesto dicho acto jurídico procesal por alguna de las partes.
Para que pueda ejercerse esta facultad por las Cortes, es indispensable:
1° Que estén conociendo de un asunto vía apelación, consulta, casación (forma y fondo) o de alguna
incidencia.
2° La existencia de un vicio que autorice la casación en la forma (cualquiera de las causales del art.
768)
3° Que de los antecedentes del recurso aparezca de manifiesta la existencia del vicio.
Detectado un vicio que hace procedente la casación de oficio, la sala respectiva debe
invitar a los abogados a alegar sobre este punto y el presidente de ella, deberá indicarles los vicios
sobre los cuales deberán alegar (art. 775 inc. 1°)
El fallo que case de oficio una sentencia, produce los mismos efectos que aquel que
acoge la casación
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Manifestaciones del principio de congruencia en el proceso civil.


Este principio es una limitante a las facultades del sentenciador, pues en caso de
contravención ello acarrea la nulidad del fallo, sea mediante la interposición del recurso de
casación en la forma (art. 768 N° 4 CPC) o de oficio por parte del Tribunal Superior cuando
verifique dicha anomalía en la sentencia (art. 775 del CPC).
Tanto en nuestro país como en el D° comparado, se ve en la denominada ultra
petita -más allá de lo pedido-, un vicio que conculca un principio de la congruencia, y que se
ve atacado, precisamente, con la “incongruencia” que pueda presentar una decisión con
respecto al asunto controvertido. Ej: la C.S. del Perú en un caso contra una empresa chilena
señaló que: “el principio de congruencia procesal implica por un lado que el juez no pueda ir más
allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes y por
otro lado la obligación de los magistrados es de pronunciarse respecto a todos los puntos controvertidos
establecidos en el proceso, a todas las alegaciones efectuadas por las partes en sus actos postulatorios o
medios impugnatorios”
EL OBJETO DEL PROCESO

Se trata de un principio que enlaza la pretensión, la oposición, la


prueba, la sentencia y los recursos, al mismo tiempo que cautela la conformidad
que debe existir entre todos los actos del procedimiento que componen el
proceso. Si bien, son de vital importancia los nexos que han de concurrir entre
las pretensiones sostenidas por el actor, las excepciones del demandado, la
prueba y los recursos y sentencia que en definitiva se dicte, lo cierto es que el
órgano jurisdiccional no queda circunscrito a los razonamientos jurídicos
expresados por las partes, siendo de su cargo conocer y decir el derecho en lo
que concierne al caso concreto – iura novit curia -, siempre, como se ha dicho,
enlazando a las acciones y excepciones, alegaciones y defensas que las partes
hayan sostenido en el pleito.
EL OBJETO DEL PROCESO

La transgresión de la congruencia, es fundamento de la teoría de la


nulidad procesal, que permite invalidar los actos que la contravienen. Es decir, se
sanciona la transgresión de la congruencia porque constituye una garantía para las
partes, un límite para el juez, que otorga seguridad y certeza a las partes e interviene
la posible arbitrariedad judicial.
Clasificación Clásica de la Incongruencia:
a) Incongruencia por ultra petita (ne eat judex ultra petita partium): Se produce al
otorgar más de lo pedido, circunstancia que puede darse tanto respecto de la
pretensión como de la oposición.
b) Incongruencia por extra petita (ne eat extra petita partium): Se genera al extender
el pronunciamiento a cuestiones no sometidas a la decisión del tribunal, que puede
incluso estar referida a negar lo que no ha sido solicitado sea por vía de pretensión u
oposición.
EL OBJETO DEL PROCESO

c) Incongruencia por infra petita (ne eat judex infra petita partium), defecto
cuantitativo cuando se decide sobre una pretensión en extensión menor que lo
solicitado, sea que se conceda o niegue y en el entendido que se ha requerido
una cantidad determinada y no otra. También concurre si se otorga menos de lo
reconocido por el demandado, y
d) Incongruencia por citra petita (ne eat judex citra petita partium), llamada
también omisiva o ex silentio, que se produce al omitir la decisión de un asunto
cuya resolución formó parte de la contienda y no existir autorización legal que
permita así decidirlo, falta de pronunciamiento que puede ser total o parcial;
igualmente al expresar que no se decide una acción o excepción por
incompatibilidad, la cual resulta inexistente o se reservar el pronunciamiento
para otra etapa u otro juicio, en circunstancias que no fue solicitado en tales
condiciones y no lo ordena la ley.
EL OBJETO DEL PROCESO

Conforme lo ha indicado la C.S. para efectos de verificar la presencia del


principio de la congruencia la debe analizarse la cuestión controvertida en el pleito en su
integridad, en comparación con la parte dispositiva de la sentencia, sea que ésta se encuentre
en los considerandos decisorios, como en la resolución del fallo propiamente tal.
En conclusión, en nuestro sistema procesal este principio se ha regulado
mayormente vía doctrinal y jurisprudencial, dejando solo reglamentada en el texto
legal su contravención, sin embargo, todo proceso, además de las normas de
procedimiento que lo regulan, se encuentra también inspirado en sus principios, los
que, además, conllevan naturalmente a la idea del justo, racional y debido proceso.
En el proyecto del Código Procesal Civil, lo anterior pretende ser
superado, al reglamentarse expresamente la congruencia como uno de sus principios
rectores, pero, eso si, no de manera íntegra, pero se hace mención a él en varias de
sus disposiciones.
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Reglamentación del Principio de la Congruencia en el proyecto del Código


Procesal Civil:
En el Libro I “Disposiciones generales”, Título XIII “De las resoluciones
judiciales y su eficacia”, Capítulo 1° “De las resoluciones judiciales”:
Art. 201. Congruencia. “Las resoluciones judiciales se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y no podrán
extenderse a puntos que no hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden
o permitan a los tribunales proceder de oficio”.
Lo anterior es una reiteración del actual art. 160 CPC, insistiéndose en la
íntima correlación que debe existir entre la resolución, el decurso del proceso y las
peticiones de las partes.
En resumen vuelve a la idea que toda resolución judicial siempre debe
pronunciarse conforme al mérito del proceso.
EL OBJETO DEL PROCESO

En el Libro III “Los Recursos Procesales”, Título I, Capítulo 1° “Disposiciones


comunes a todo recurso”:
Art. 362. Congruencia. “El tribunal que conociere de un recurso sólo podrá pronunciarse sobre las peticiones
concretas formuladas por los recurrentes, quedándole vedado extender el efecto de su decisión a cuestiones no planteadas
por ellos o más allá de los límites de lo solicitado, salvo en los casos en que la ley le facultare para proceder de oficio”.
De dicha norma se desprende la importancia de realizar “peticiones concretas” en
cada recurso, es decir, de efectuar peticiones precisas, claras y sin contradicciones, radicando
su exigencia e importancia en que ellas fijan el ámbito de la competencia del tribunal llamado
a conocer del recurso. En este entendido, su carencia o falta de prolijidad en su
planteamiento, conllevaría necesariamente la inadmisibilidad del recurso.
Actualmente, el art. 201 CPC indirectamente se refiere a ello, al establecer como
uno de los motivos por los cuales el tribunal pude declarar de oficio la inadmisibilidad del
recurso de apelación, cuando él no contiene peticiones concretas.
EL OBJETO DEL PROCESO

En el Libro III “Los Recursos Procesales”, Título III “El Recurso de


Apelación”: Art. 381. “Causales específicas del recurso. Cuando el recurso de apelación se fundamente en la infracción a
las normas que consagren derechos o garantías procesales cometidas en el primer grado jurisdiccional, deberá alegarse y
configurarse una o más de las siguientes causales:
d) Que la sentencia se hubiere dictado ultrapetita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extrapetita, esto es,
extendiéndola a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio de la facultad que éste tenga para fallar de oficio en
los casos determinados por la ley”.
Así en el proyecto de Ley del CPC reitera la causal de nulidad formal
establecida en el Código Procedimental, pero con la salvedad que el recurso por el cual se
denuncia dicha infracción es el de apelación.
El Proyecto elimina el recurso de casación en la forma, reuniendo sus causales
en la regulación del nuevo recurso de apelación que pierde su condición de recurso de
enmienda, para asumir, simultáneamente, la condición de recurso de nulidad.
En resumen, la apelación, a diferencia de la contemplada en el actual CPC,
tendrá un objeto mucho más amplio, no limitado a la modificación o revocación de la
sentencia, sino que podrá incluir la declaración de nulidad, ya sea del procedimiento o de la propia
sentencia.

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