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El escepticismo filosófico y su

significación
BARRY STROUD
Objetivos de Stroud:
• Hacer un análisis que aclare y nos ayude a
comprender la importancia del escepticismo
para la Teoría del conocimiento

• Abordar el problema filosófico del conocimiento


sobre el mundo externo: examinar y comprender
el supuesto escéptico de que no podemos saber
nada acerca del mundo físico que nos rodea
Contextualizando el proyecto
cartesiano:
• Descartes está luchando contra el escepticismo y el
relativismo, por lo cual se da a la tarea de buscar un
método general para: a) conducir correctamente la
razón b) establecer el fundamento de las ciencias,
para edificar el conocimiento

• Proyecto fundacionista: René quiere encontrar una


verdad o creencia básica incuestionable (infalible,
clara y distinta) a partir de la cual se construya y se
sostenga universalmente, el resto del conocimiento
• Duda metódica o sistemática: introducir
gradualmente la mínima posibilidad de dudar
de cada una de nuestras creencias básicas (i.
sentidos, ii. la realidad E-T, iii. las
matemáticas, iv. razón sistemática).

• Hay que dudar de todo ello para poder dejar


de dudar y hallar una certeza última, universal
e incuestionable, i.e. es necesario usar el
escepticismo para superarlo.
Problema del “escepticismo acerca del mundo
externo”:
¿Podemos tener algún conocimiento del mundo?

R= No podemos; nadie sabe ni puede saber nada acerca


del mundo externo

• Stroud analiza el origen de dicho problema en Descartes,


quien se cuestionó sobre todo lo aprendido a lo largo de
su vida, sobre todo lo que creía saber:

• Duda general: “Entre todas las cosas que creo o tomo


por verdaderas, ¿qué es conocimiento y qué no lo es? ...
• ¿Qué sé y cómo sé lo que sé?”
Ejemplo del resfriado común:
• Para Stroud este tipo de duda, es una preocupación
normal aplicable a situaciones de la vida cotidiana, tal es
el caso de nuestras distintas creencias sobre las causas
de la gripa

• Nos es familiar poner en duda creencias de este tipo ya


que tenemos buenas razones para preferir tener
conocimiento certero de las cosas a sólo quedarnos con
suposiciones, también es común que de esta revisión
ordinaria del conocimiento siempre lleguemos a
veredictos positivos o negativos, pero para Stroud, este
tipo de reflexiones no necesita extenderse o
generalizarse; es aplicable a creencias muy específicas.
Veredicto negativo de Descartes:

Pero Descartes concluirá al final de su Meditación


primera que no hay ninguna razón válida para creer
nada del mundo externo, es decir que Descartes
extiende la duda y la imposibilidad del conocimiento de
manera generalizada

¿Cómo llega Descartes a este veredicto y cómo se


relaciona con nuestro conocimiento cotidiano?
• Partiendo del ejemplo de la gripa, Stroud
explica que habría que recurrir a un modo
sistemático para evaluar todas las creencias de
una clase a la vez y no una a una o la evaluación
resultaría interminable.

• Hay que hacer una evaluación general, esto se


realizará aplicando la duda metódica sobre
aquello que nos sea común como fuente de
conocimiento.
Esto común serán los Principios implícitos
del conocimiento humano

• Basta con que alguno de estos principios falle para


poner en duda el conocimiento

• El principio común de conocimiento a evaluar en


Descartes, serán los sentidos ya que éstos tienen un
papel fundamental en nuestra adquisición de
conocimiento

• A partir de ello podemos evaluar la fiabilidad del


conocimiento “sensorio”, “por experiencia” o
“empírico”
Meditación 1ª. Primer nivel de la duda
(parcial): Los sentidos
• Si todo lo aprendido parte y depende de los sentidos:

¿Cómo podemos estar seguros del conocimiento proveniente de ellos?


¿Cómo podemos evaluar, de una sola vez, el conocimiento proveniente
de dicha fuente?

R= Introduciendo la mínima posibilidad de dudar de ellos

Como las cosas no siempre son lo que parecen ser, es decir, los
sentidos son falibles o poco confiables ya que algunas veces nos han
“engañado” y, como habiéndonos engañado una vez podrían hacerlo
de nuevo, se puede descartar, parcialmente, el conocimiento
proveniente de los ellos, pero no porque los datos que nos ofrecen sean
falsos en sí mismos, sino porque, según determinadas circunstancias
los podemos interpretar de manera errónea y siempre podríamos
equivocarnos.
• Así, podemos equivocar nuestro juicio sobre las
características de un objeto que se encuentra distante. Por
ejemplo: haber confundido a un amigo con un extraño a la
distancia.

• Y puede que en otra ocasión, en efecto, a quien creamos


ver sí sea nuestro amigo, pero nada nos aseguraría que en
una ocasión subsecuente no podamos volver a
confundirlo.

• Pero si bien es cierto que no podemos fiarnos del todo de


los sentidos ya que nos ofrecen conocimiento contingente
y Descartes está buscando indubitabilidad y universalidad,
lo expuesto hasta aquí no es suficiente para poder
descartar todo el conocimiento proveniente de los
sentidos.
• Lo anterior quiere decir, hasta este punto que, no es
que pongamos en duda todas y cada una de nuestras
creencias basadas en los sentidos, o que no podamos
nunca saber nada a partir de ellos, i.e. que éstos nos
engañen siempre, sino que éstos son poco
confiables

• La duda general se da en el ejemplo representativo


de Descartes frente a la chimenea dudando de sí,
cuando estando en la mejor situación posible, -una
que aparentemente le permite corroborar sus
creencias provenientes de los sentidos, una en la que
dudar parezca imposible- no puede estar seguro de
saber de su presencia.
• Stroud:

¿Cómo es posible que Descartes dude de su aquí


y ahora presencial; cuando de hecho se
encuentra frente a la chimenea con papel en
mano?, ¿cómo puede dudar de un caso tan
aparentemente vívido y evidente?
Segundo nivel de la duda (general) de
la realidad E-T:
Hipótesis del sueño
• Si existe la mínima posibilidad de no distinguir, a
través de los sentidos, el sueño de la vigilia, es decir,
de estar dormido soñando con la realidad, entonces
la certeza de la realidad (E-T), del aquí y ahora, no
es confiable ya que toda la experiencia en la que
baso mis creencias, de estar -por ejemplo- frente a
una chimenea o frente a un grupo en clase, podría
ser solamente producto de un sueño.
• Cuando soñamos no sabemos lo que en efecto está
pasando a nuestro alrededor

• Las percepciones de un sueño pueden perfectamente


coincidir con las experiencias sensoriales del mundo
en vigilia, pero todo lo que pretendiéramos saber
mientras estamos soñando podría no ser el caso.

• Para Descartes es necesario saber, a partir de los


sentidos, si se está despierto para poder conocer algo,
y al no saberlo, en este nivel concluirá que no puede
conocer el mundo externo.
En adelante Stroud se centrará en cómo es
posible el conocimiento del mundo a través
de los sentidos formulando las siguientes
cuestiones:

• 1. ¿No estar soñando es requisito para conocer?

• 2. ¿Saber que no se está soñando es requisito para conocer?

• 3. ¿En ningún caso se puede saber si no se está soñando?

Si Descartes estuviera equivocado respecto a cualquiera de estas


cuestiones, el problema del conocimiento del mundo externo podría
superarse.
1. ¿No estar soñando es requisito para
conocer?
Sí.

*Al soñar no sabemos lo que efectivamente está


pasando en el mundo.

*Podemos soñar algo que de hecho esté ocurriendo,


sólo por coincidencia, pero como la coincidencia no es
certeza debe descartarse.

*Soñar con que algo es de determinada manera no


implica el conocimiento de que, de hecho, ese algo sea
así o esté ocurriendo así.
*Un hecho del mundo externo puede influir y manifestarse en
nuestro sueño, pero no por eso sabemos que se esté dando
(ejemplo de la ventana) para saberlo forzosamente habría que
estar despierto

*Podemos soñar algo porque ya lo sabemos (saber que se está


sentado frente a la chimenea), pero el conocimiento nunca
viene del sueño, viene de la conciencia del estado de vigilia,
por ejemplo, saber que ya antes hemos soñado con estar
frente a la chimenea sin estarlo o saber que 2 + 2 son 4.

*Siempre es posible que estemos siendo engañados por


nuestros sueños, ya que cualquier cosa experimentada en
vigilia, como realizar cálculos, puede ser replicada en los
sueños y con esto basta para nunca estar seguros de saber lo
que está pasando en el mundo.
2. ¿Saber que no estamos soñando es
requisito para conocer?
• Sí. Es necesario estar despiertos para saber que sabemos algo,
ya sea saber algo del mundo o saber que estamos despiertos
(lo cual es saber algo del mundo)

• Si el conocimiento no viene del sueño, viene de la conciencia


del estado de vigilia, por ejemplo, el saber que ya antes hemos
soñado con estar frente a la chimenea, sin estarlo.

• Así si antes también hemos sido engañados por nuestros


sueños, es posible que estemos siendo engañados justo ahora y
con esto basta para nunca estar seguros de saber que no se
está soñando y de ahí de lo que está pasando en el mundo.
3. ¿Podemos saber si estamos soñando?
No, en ningún caso:
• a) aunque existiera una prueba o estado de cosas que
completadas con éxito pretendieran decirnos si no
estamos soñando, tendría que haber conocimiento
previo de la existencia de esta prueba y del saber de que
se está realizando la prueba, es decir, supone ya un
estado de vigilia y de conocimiento previo, lo cual es
justo lo que no podemos establecer y

• b) aún asumiendo lo anterior como no problemático,


simplemente podríamos estar soñando con ello, y así la
prueba al no servir de garantía se tendría que valer de
otra prueba para comprobarla, la cual enfrentaría el
mismo problema y para superarlo habría que recurrir a
otra prueba y así hasta el infinito.
Consecuencias del escepticismo
cartesiano: Velo de la experiencia
• Si lo único que tenemos son nuestras experiencias
sensibles, o bien, representaciones sobre cómo
creemos que es el mundo, a lo más que podemos
aspirar es a tener fuertes convicciones, suposiciones
veladas o apariencias, pero jamás conocimiento de
cómo sea el mundo

• Existe así un abismo o barrera entre nosotros y el


mundo, entre lo que podemos descubrir basados en
la experiencia sensoria y la forma en cómo el mundo
es, éste se encuentra más allá de nuestra
comprensión. Así que nunca podremos alcanzar el
conocimiento.
• Al concluir de esta forma el problema, la reacción
común es resolver que al no tener solución
satisfactoria hay que rechazarlo

• Esto minimiza el problema: si existe una “realidad”


imperceptible e inaccesible ¿qué caso tiene
preocuparse por la supuesta limitación de nuestro
conocimiento si es imposible superar la limitación?

• Habrá que conformarse con vivir bajo el velo de


nuestra experiencia sensorial y dejar de pensar en
esa supuesta “realidad”, la cual no guarda ninguna
relación con nuestros intereses ordinarios, esta
realidad es sólo una invención filosófica
• Esa invención no afecta nuestra búsqueda de
conocimiento cotidiano o en los laboratorios
científicos

• Pero esta reacción normal y cómoda


simplemente supone el malentendido de que la
duda filosófica no tiene relación con nuestras
dudas ordinarias, pero como bien ha señalado
antes Stroud, no es necesaria la generalización
cartesiana para que la duda tenga cabida
relevante en cuestiones cotidianas, recordemos
el caso de nuestras creencias de la gripa.
• También podría pensarse que si todo en la vida
es tan cambiante no tiene caso hablar sobre las
verdades de las cosas

• Que al final es suficiente con que dentro de una


comunidad lleguemos a algún acuerdo sobre
cómo son las cosas, pero una vez más esto olvida
lo que el escepticismo cartesiano supone: si no
puedo conocer nada del mundo externo, esto
incluye personas, no puede haber conocimiento
de una comunidad tal y menos de un consenso
en ella

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