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Orígenes de la poesía

gauchesca
Bartolomé Hidalgo
Origen
Hacia fines del siglo XVIII nace y
comienza a desarrollarse en el territorio
del Río de la Plata una literatura de
carácter popular, en un comienzo
anónima, cuya principal característica
consiste en proyectar a la literatura el
ámbito rural del país, las costumbres de
los hombres de campo, sus personajes
típicos, todo ello a través de su
vocabulario propio.

Gaucho: distintas etimologías (del quechua


huacho; del araucano gachu; del portugués
garrucho…)
Origen de la poesía gauchesca según Borges
“[…] Investigar las causas de un fenómeno, siquiera de un fenómeno tan
simple como es la literatura gauchesca, es proceder en infinito; básteme la
mención de dos causas que juzgo principales.
Quienes me han precedido en esta labor se han limitado a una: la vida
pastoril que era típica de las cuchillas y de la pampa. Esa causa, apta sin
duda para la amplificación oratoria y para la digresión pintoresca, es
insuficiente: la vida pastoril ha sido típica de muchas regiones de América
[…] pero esos territorios se han abstenido enérgicamente de redactar el
Martín Fierro. No basta, pues, el duro pastor y el desierto […] Derivar la
literatura gauchesca de su materia, el gaucho, es una confusión que
desfigura la notoria verdad. No menos necesario para la formación de ese
género que la pampa y las cuchillas fue el carácter urbano de Buenos Aires
y de Montevideo. Las guerras de la Independencia, la guerra del Brasil, las
guerras anárquicas, hicieron que hombres de cultura civil se
compenetraran con el gauchaje; de la azarosa conjunción de esos dos
estilos vitales nació la literatura gauchesca”.

Jorge Luis Borges. “La poesía gauchesca”, en Discusión (1932)


Características del gaucho
• Habilidad de jinete y en general, en todas las faenas relacionadas
con el caballo (enlazar, domar, etc.).

• Sentimiento de libertad intrínseco (la pampa, horizonte sin


límites)
Características del gaucho
• Estilo de vida errabundo, en relación con la ganadería y no con
la agricultura.
La “pampa gringa”
El gaucho según Jorge Luis Borges
Quién les hubiera dicho que sus mayores vinieron por un mar,
quién les hubiera dicho que son un mar y sus aguas.
Mestizos de la sangre del hombre blanco, lo tuvieron en poco, mestizos de
la sangre del hombre rojo, fueron sus enemigos.
Muchos no habrán oído jamás la palabra gaucho, o la habrán oído como una
injuria.
Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro, las
profecías de las nubes del Sur y de la luna con un cerco.
Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que
habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos,
hombres de la partida policial, alguna vez matreros; alguno, el
escuchado, fue el payador.
Cantaba sin premura, porque el alba tarda en clarear, y no alzaba la voz.
[…]
El diálogo pausado, el mate y el naipe fueron las formas de su tiempo.
A diferencia de otros campesinos, eran capaces de la ironía.
Eran sufridos, castos y pobres. La hospitalidad fue su fiesta.
Alguna noche los perdió el pendenciero alcohol de los sábados. Morían y
mataban con inocencia.
No eran devotos, fuera de alguna oscura superstición, pero la dura vida
les enseñó el culto del coraje.
Hombres de la ciudad les fabricaron un dialecto y una poesía de
metáforas rústicas.
Su ceniza está perdida en remotas regiones del continente, en repúblicas de
cuya historia nada supieron, en campos de batalla, hoy famosos.
Hilario Ascasubi los vio cantando y combatiendo.

Vivieron su destino como un sueño, sin saber quiénes eran o qué eran.
Tal vez lo mismo nos ocurre a nosotros.
El verdadero carácter del criollo
“El criollo, a mi entender, es burlón y suspicaz, desengañado de antemano
de todo y tan mal sufridor de la grandiosidad verbal que en poquísimos la
perdona y en ninguno la ensalza. El silencio arrimado al fatalismo tiene eficaz
encarnación en los dos caudillos mayores que abrazaron el alma de Buenos
Aires: en Rosas e Yrigoyen. Don Juan Manuel, pese a sus fechorías e inútil
sangre derramada, fue queridísimo del pueblo. Yrigoyen pese a las
mojigangas oficiales, nos está siempre gobernando […] Ese nuestro desgano
es tan entrañable que hasta en la historia –crónica de obradores y no de
pensativos- se advierte. San Martín desapareciéndose en Guayaquil, Quiroga
yendo a una acechanza de inevitables y certeros puñales por puro fatalismo
de bravuconería […] ejemplifican mi aserción. No es, empero, en la historia
donde mejor puede tantearse la traza espiritual de una gente […]
Consideremos algún otro semblante que sea más de siempre: verbigracia,
nuestra lírica criolla. Todo es en ella quietación, desengaño; áspero y
dulzarrón a la vez […] El habla se hizo más arrastrada, la igualdad de
horizontes sucesivos chasqueó las ambiciones y el obligatorio rigor de sujetar
un mundo montaraz se resarció en las dulces lentitudes de la payada de
contrapunto, del truco dicharachero y del mate […] El sufrimiento, las
blandas añoranzas, la burla maliciosa y sosegada, son los eviternos motivos
El verdadero carácter del
criollo
de nuestra lírica popular. En ella no hay asombro de metáforas […] La eficacia
de los versos gauchescos nunca se manifiesta con jactancia […] La tristura, la
inmóvil burlería, la insinuación irónica, he aquí los únicos sentires que un arte
criollo puede pronunciar sin dejo forastero […]”.
Jorge Luis Borges. “Queja de todo criollo”, en
Inquisiciones (1923)
Historia del gaucho
La historia del gaucho comprende varios períodos

• Época colonial: concluye en 1810. Factores naturales y


políticos van conformando los rasgos principales del gaucho
como un tipo social diferenciado.
• Período de la Independencia y de la anarquía: se extiende
hasta 1852. El gaucho participa de las luchas, a veces en forma
decisiva, pero sin resignar la libertad personal.
• Época de la Organización nacional: la ciudad impone al campo
una nueva estructura política; el gaucho, en conflicto con las
autoridades e instituciones, resulta vencido en nombre de los
intereses del progreso y de la Nación.
Características del gaucho
• Participación en las luchas de la independencia y civiles.

La guerra gaucha (Leopoldo Lugones)


Poesía gauchesca y
romanticismo

En la Lira Argentina (1824) se publicó


una composición de Bartolomé Hidalgo
titulada Un gaucho de la Guardia del
Monte contesta un manifiesto de
Fernando VII, y saluda al conde de casa
Flores con el siguiente cielito en su
idioma
Poesía gauchesca y
romanticismo
A comienzos del siglo XIX todavía imperaba el gusto
neoclásico, por lo que las formas coloquiales quedaban
excluidas de la lengua literaria vigente.
“No se había producido aún la revolución que defendió
Sarmiento con su tendencia a la sencillez y su autenticidad de
cuño romántico”.

Rodolfo Borello. La poesía gauchesca; Una perspectiva


diferente

De todos modos, en este período se inicia un complejo


proceso de retorno a lo popular.
Folklore y proyección folklórica
Existe un riquísimo tesoro de poesía popular que vivió durante
siglos en la memoria del pueblo, hasta que en las primeras
décadas del siglo XX comenzó su recolección y fijación por
escrito en los Cancioneros (los de Juan Alfonso Carrizo, Juan
Draghi Lucero, Alberto Rodríguez, etc.).

Folklore
Folklore
literario

Proyección
folklórica
Payador
Poesía gauchesca y poesía
tradicional
Folklore: poesía gaucha Proyección: poesía gauchesca

• Creación de los primitivos • Obra de hombres cultos o


pobladores rurales de los al menos instruidos, de
siglos XVII y XVIII, que era ciudad, que se inspiran en
popular, espontánea e las formas de la poesía
inculta y se cantaba con el gaucha y la reelaboran. Es
acompañamiento de guita- escrita y transmitida por
medios no tradicionales
rras en payadas o cantos (institucionalizados). Se
de contrapunto. El verso conserva el nombre del
predominante es el octo- autor.
sílabo heredado de la tradi-
ción española.
Elementos de la poesía
gauchesca
• Tema: el tema dominante –no el único pero sí el más
importante- es la lucha entre el criollo y los elementos
extraños que iban entrando al país con la inmigración. El
encuentro del gaucho con el indio origina otro tema: la
“literatura de frontera”, donde se narra la batalla del blanco
por conservar o extender la línea de la civilización. En la
literatura gauchesca, el indio simboliza las fuerzas del mal y de
la barbarie. Esto por dos razones: constituye un constante
peligro para las poblaciones cristianas y, literariamente, parte
de la concepción romántica del mundo, que ve su aparición
como elemento negativo. El gaucho representaba una forma
de vida muy particular, ya que vivía en un aislamiento
irremediable. Las extensiones eran enormes y difícil la
comunicación.
Elementos de la poesía
gauchesca
• Escenario: el de la pampa húmeda que ocupa gran parte de la
provincia de Buenos Aires, sur de Uruguay y de Entre Ríos y
Santa Fe.

“Dos presencias de Dios, dos realidades de tan segura eficacia reverencial


que la sola enunciación de sus nombres basta para ensanchar cualquier
verso y nos levanta el corazón con júbilo entrañable y arisco, son el
arrabal y la pampa. Ambos ya tienen su leyenda y quisiera escribirlos con
dos mayúsculas para señalar mejor su carácter de cosas arquetípicas, de
cosas no sujetas a las contingencias del tiempo”
Pampa. ¿Quién dio con la palabra pampa, con esa palabra infinita que es como un
sonido y su eco? Sé nomás que es de origen quichua, que su equivalencia primitiva
es la de llanura y que parece silabeada por el pampero.
El coronel Hilario Ascasubi […] escribe que lo que el gauchaje entiende por pampa es
el territorio que está del otro lado de las fronteras y que las tribus de indios recorren.
Ya entonces la palabra pampa era palabra de lejanía […]:
Ansí la pampa y el monte
a la hora del mediodía
un desierto parecía
pues del uno al otro horizonte
ni un pajarito se vía

Flores de suave fragancia


toda la pampa brotaba,
al tiempo que coronaba
los montes a la distancia
un resplandor que encantaba.
Jorge Luis Borges. “La pampa y el suburbio
son dioses”. El tamaño de mi esperanza .
Lengua: la que utiliza generalmente con sus particularidades
es la empleada por los habitantes fonéticas y de vocabulario.
del campo bonaerense desde fines
del siglo XVIII
Particularidades fonéticas
• Tendencia a la diptongación indebida: riunión – pior.
• Cambio de vocales: menistro – polecía – cubijas.
• Simplificación de grupos consonánticos: otener (por
“obtener”) – dotor.
• Cambio de consonantes: jusil – refalar – junción.
• Desaparición de consonantes intervocálicas o finales: burlao –
tempestá.
• Equivalencia entre c, s y.
• Yeísmo: cambio de la ll por y.
• Cambio en la acentuación: tráigameló.
Particularidades de
vocabulario
• Persistencia de arcaísmos de origen hispánico: mesmo –
ansina – vide –dende.

• Americanismos: flete – estancia – parejero – mazamorra –


cimarrón.

• Vulgarismos: auja (aguja) - pa – dir.

• Voseo: tomá vos – vinistes.

• Uso de aumentativos y diminutivos: torazo – ahicito.


Antecedentes
• Algunas composiciones anónimas del siglo XVIII, como una
“Relación” escrita en Colonia del Sacramento en 1778, en décimas
octosílabas, que da algunos detalles de la vida y las faenas propias
del campo.
• Juan Baltasar Maciel (1727 – 1788), autor de un romance titulado
“Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo
Señor don Pedro de Cevallos” (1777).
• Juan Gualberto Godoy (1793 – 1864). Nacido en Mendoza, tuvo una
vida sumamente azarosa. Desempeñó diversos oficios, entre ellos
los de periodista: fue redactor de algunos periódicos, como El Eco de
los Andes, El Coracero o El Huracán, en los que publicó algunos
“cielitos”. Pero su recuerdo literario está fundado en un largo poema
titulado Confesión histórica en diálogo que hace el Quijote de Cuyo,
Francisco Corro, a un anciano que tenía ya noticias de sus aventuras,
sentado a la orilla del fuego, la noche que corrió hasta el pajonal, lo
que escribió a su amigo.
Juan Gualberto Godoy
Hasta el año ‘30 se lo vio en Dolores y en el Tuyú, y esto da
pie a un mito (¿se habrá cruzado allí con Santos Vega?). Juan
Gualberto Godoy fue además de periodista, poeta y narrador,
uno de los grandes payadores de la Argentina. Perseguido por
su postura política adversa al gobierno de aquel entonces,
emigró hacia la provincia de Buenos Aires donde instaló una
pulpería. Según algunos estudiosos, la misma donde Santos
Vega paya contra el diablo. Se dijo, se dice, ese payador casi
invencible en la lid con Santos Vega fue Juan Gualberto Godoy.
Una vez repuesto, volvió a Mendoza y publicó un nuevo
periódico satírico, El Coracero, por el que tuvo que huir de
nuevo a Chile y resistir el destierro por 26 años más.
Juan Gualberto Godoy
Hay un dato extra que añade a la agitada vida de Juan Gualberto una
corona curiosa. Según Domingo Fidel Sarmiento, “Godoy fue el primero
que ensayó en la República el metro de los payadores, haciendo versos
notables, ya por la dulzura y el sentimiento de que estaban
impregnados, ya por la sátira punzante que fustiga los vicios y
desmanes sociales, en la forma genuina del cantor gaucho”.
Digamos: el creador de la gauchesca. Sarmiento calcula: “Hemos dicho
el primero, teniendo presente la época en que apareció el "Diálogo
Patriótico entre Chano y Contreras" de D. Bartolomé Hidalgo. Algún
tiempo antes de esta publicación D. Juan Godoy escribió e hizo
imprimir su ‘Corro’, folleto de treinta páginas en octavo, compuesto en
el mismo metro y la misma habla que el anterior y alusivo al
Coronel Corro, que traba un diálogo con un gaucho, su amigo, después
de su derrota y expulsión de San Juan, donde había encabezado una
revolución”.
Viejo, enfermo y achacoso, Godoy volvió a Mendoza en 1856
buscando alivio en el temperamento de su ciudad natal para
su ‘enfermedad al pecho’, que sufría desde joven. Varios
cargos públicos desempeñó en Mendoza, pero por rencores
inapagables lo obligaron a aceptar el puesto de canciller del
Consulado de Chile en Mendoza, estando siempre un poco del
otro lado. No tuvo paz, de todas formas, ni en las canas. Tuvo
que ver, incluso, cómo su ciudad quedaba hecha escombros
tras el terremoto del ’61 y cómo sus familiares no lo
sobrevivirían.
Y si bien la tradición oral le reservó mejor suerte (de hecho,
Arturo Roig recuerda a su madre recitando algunas coplas de
Godoy como solían hacer las maestras del Normal) al menos
tuvo el epitafio que quería: en el viejo cementerio de
Mendoza, bajo la palabra poeta, una lira tallada y un simbólico
ciprés.
Evolución de la poesía gauchesca a
través de sus autores

• El gaucho de las luchas por la Independencia: Bartolomé


HIDALGO.
• El gaucho de las luchas civiles: Hilario ASCASUBI (Seud.
“Aniceto el Gallo”).
• El gaucho de la Organización Nacional: Estanislao DEL
CAMPO (Seud. “Anastasio el Pollo).
• El gaucho frente a la civilización: José HERNÁNDEZ.
• El gaucho como recuerdo o tradición: Rafael OBLIGADO.
• El resero: Ricardo GÜIRALDES.
Distintos tipos de gauchos
según Sarmiento en el Facundo
El
rastreador

El
baqueano

El gaucho
malo
El cantor
Siempre Borges…
“Sobre la mayor o menor autenticidad de los gauchos escritos,
cabe observar, tal vez, que para casi todos nosotros, el gaucho es
un objeto ideal, prototípico. De ahí un dilema: si la figura que el
autor nos propone se ajusta con rigor a ese prototipo, la
juzgamos trillada y convencional; si difiere, nos sentimos
burlados y defraudados. Ya veremos después que de todos los
héroes de esa poesía, Fierro es el más individual, el que menos
responde a una tradición. El arte, siempre, opta por lo individual,
lo concreto; el arte no es platónico […]”.

“El iniciador, el Adán, es Bartolomé Hidalgo, montevideano […]”.

Jorge Luis Borges. “La poesía gauchesca”, en Discusión (1932)


Bartolomé Hidalgo
• Nació en Montevideo en 1788.
• Sus padres fueron Juan Hidalgo y Catalina
Jiménez, ambos argentinos.
• La familia estaba compuesta además por
cuatro mujeres, y al morir su padre, en
1800, debió enfrentar el mantenimiento
de toda la familia.
• De origen “oscuro” (posiblemente
mulato) y muy pobre, debió trabajar en
diversos oficios, sin contar con los
privilegios de otros escritores de su
tiempo: “ya he dicho –afirma Hidalgo-
que soy de una familia muy pobre, pero
honrada; que soy hombre de bien y que
esto es todo mi patrimonio”.
Bartolomé Hidalgo según Borges
“La circunstancia de que en 1810 fue barbero parece haber
fascinado a la crítica; Lugones, que lo censura, estampa la voz
‘rapabarbas’. Rojas, que lo pondera, no se resigna a prescindir
de ´rapista’. Lo hace, de una plumada, payador, y lo describe en
forma ascendente, con acopio de rasgos minuciosos e
imaginarios: ‘vestido el chiripá sobre su calzoncillo abierto en
cribas; calzadas las espuelas en la bota sobada del caballero
gaucho; abierta sobre el pecho la camiseta oscura, henchida
por el viento de las pampas, alzada sobre la frente el ala del
chambergo, como si fuera siempre galopando la tierra natal;
ennoblecida la cara barbuda […]’. Harto más memorables que
esas licencias de la iconografía y la sastrería, me parecen dos
circunstancias, también registradas por Rojas: el hecho de que
Hidalgo fue un soldado; el hecho de que, antes de inventar al
capataz Jacinto Chano y al gaucho Ramón Contreras, abundó –
disciplina singular en un payador- en sonetos y en odas
endecasílabas”.
Bartolomé Hidalgo
• Nada se sabe de su instrucción, salvo que debió ser impartida
por los padres franciscanos, y su propia obra nos aproxima a
su conocimiento de los neoclásicos españoles, tanto los líricos
como los dramáticos.
• En 1803 aparece como empleado en la tienda de don Martín
Artigas, el padre de su gran amigo José Artigas, libertador y
jefe de los patriotas uruguayos.
• En 1806 pasa a ser empleado del Ministerio de la Real
Hacienda, por sus conocimientos contables.
• En 1807 participó de las luchas contra los invasores ingleses en
el combate de El Cardal, luego de haber sentado plaza en al
batallón de milicianos.
• En 1811, vuelto a su puesto burocrático, se vincula con los
partidarios de Artigas. Compone para esa fecha su “Himno
Oriental”, por cuya causa fue declarado “Benemérito de la
Patria”.
Bartolomé Hidalgo
• En 1814 fue nombrado Administrador de Correos.
• En 1815, retiradas las tropas argentinas, el nuevo gobierno
nacional lo designó ministro interino de Hacienda, cargo que
dejó al poco tiempo para ocupar el cargo de Oficial Mayor en
el mismo ministerio.
• En 1816, el 30 de enero, se representó en la Casa de Comedias
su unipersonal “Sentimiento de un patriota”. Fue nombrado
Director del Teatro.
• En 1817 pasó a ser censor de la Casa de Comedias (se vio
reducido al nivel ínfimo de “corrector de los textos literarios
que se representaban en aquel teatrillo”).
• Se traslada a la Argentina y termina allí, sin ser conocido,
vendiendo sus Cielitos a caballo.
“Hidalgo perteneció a la baja burguesía criolla; a mitad de
camino entre los peones criollos y los hombres de mediano
pasar, su existencia puede ser paradigmática de la
transformación relativa que la Revolución de Mayor
proclamó, pero que no llevó a cabo en el plano social […]
Hidalgo no poseyó bienes heredados, apellido ilustre ni título
profesional logrado en la Universidad. Tampoco perteneció al
clero, la casta militar o formó parte de los grupos políticos
importantes […] Su origen humilde (y su estigma personal) no
van a permitirle llegar muy alto y su vida toda es como un
relámpago que lo eleva hasta un puesto prominente y en dos
años lo reduce nuevamente al lugar pobrísimo de donde
partió. Con un agravante: los últimos años de su vida
debieron ser de una miseria paupérrima”.

Rodolfo Borello. La poesía gauchesca; Una perspectiva


diferente
“La situación conflictiva de Hidalgo en la sociedad de su época
explica esos reclamos de estima y justicia […] Por eso se
defiende con tono dolorido […] Sin exagerar la importancia de
ese conflicto no es extraño que sea un individuo excéntrico,
arrojado fuera del mundo aceptado y vigente (de la case que
decidía), el que ponga en marcha una forma literaria
divorciada marcadamente de los módulos de la época. De
alguna manera, el uso de un habla rural y de un estilo
crudamente antiliterario, la elección de un tipo fuera de la ley,
violentamente separado de la sociedad dominante, pueda ser
tal vez vista como una compensación […] O tal vez, los poemas
gauchescos, que comenzaron siendo vehículos de una clara
intención política, pasar a ser, en los últimos años, la vía para
encauzar veladas intenciones de transformación social”.

Rodolfo Borello. La poesía gauchesca; Una perspectiva


diferente
Pues bajo de ese entender Publicando su dolor;
Emprestemé su atención Y así yo de rancho en rancho
Y le diré cuanto siente Y de tapera en galpón,
Este pobre corazón, Ando triste y sin reposo,
Que como tórtola amante Cantando con ronca voz
Que a su consorte perdió De mi patria los trabajos,
Y que anda de rama en rama De mi destino el rigor.

Escribe que los revolucionarios están separados: “robarnos


unos a otros / Aumentar la desunión / Querer todos
gobernar “ y la segregación social:

Que hasta el nombre de paisano y una tropilla de pobres


Parece de mal sabor, que metida en un rincón
Y en su lugar yo no veo canta al son de su miseria;
Sino un eterno rencor ¡No es la miseria mal son!
Mérito de Hidalgo según Borges
“Yo […] pienso que ha sido superado por muchos y que sus
diálogos, ahora, lindan con el olvido. Pienso también que su
paradójica gloria radica en esa dilatada y diversa superación
filial. Hidalgo sobre vive en los otros, Hidalgo es de algún modo
los otros. En mi corta experiencia de narrador, he comprobado
que saber cómo habla un personaje es saber quién es, que
descubrir una entonación, una voz, una sintaxis peculiar, es
haber descubierto un destino. Bartolomé Hidalgo descubre la
entonación del gaucho; eso es mucho. No repetiré líneas suyas
[…] Básteme recordar que en las ajenas melodías que oiremos
está la voz de Hidalgo, inmortal, secreta y modesta.
Hidalgo falleció oscuramente de una enfermedad pulmonar, en
el pueblo de Morón, hacia 1823”.

Jorge Luis Borges. “La poesía gauchesca”, en Discusión (1932)


“Qué trae de nuevo –se pregunta Borello- y, a la vez, de antiguo la poesía
de Hidalgo? En primer lugar, la elección de un tipo humano y social hasta
ese momento no elevado a personaje central, a protagonista de una obra
literaria. En segundo término, el hacerlo hablar su lenguaje en una obra
cuyo nacimiento tuvo poco que ver con la literatura vigente. En tercer lugar,
el insertar en lo literario un elemento folklórico que hasta ese momento
pertenecía a la tradición oral, y que continuaban (con formas heredadas del
siglo XVIII) un largo proceso comenzado en España con los romances más
antiguos. Estos son los aspectos más urticantes, más anómalos que trae esa
poseía”.

“Lo nuevo, lo revolucionario, es que esa habla rural y ese


personaje quieren ahora, nada más ni nada menos, que
ENCARNAR LA VOZ DIFERENCIADA DE TODO UN PUEBLO que
intenta fundarse como nación a través de la afirmación de tales
diferencias […] En el caso de Hidalgo, sobre todo, lo político se
expresa a través de la elección de UN TIPO SOCIAL QUE
SIMBOLIZABA LA MAYOR DIFERENCIACIÓN POSIBLE FRENTE A
LO HISPÁNICO” (Rodolfo Borello. La poesía gauchesca).
Traslado a la literatura
de un habla no común
para los lectores
cultos

Intenciones propagandísticas

Incorporar a los iletrados de Hacer que su modo de vida


la campaña a la empresa y sus reclamos lleguen a los
libertadora hombres de la ciudad

La visión de la realidad que ofrecen sus obras es escueta, primitiva, “sin


deslices hacia la falsedad embellecedora o hacia lo heredado”. Es apenas el
mundo y las preocupaciones de ese tipo social que es lo único que le
interesa.
La obra de Hidalgo

Hidalgo es un típico escritor


de la Ilustración en cuanto
“usa” la literatura con fines
que no son estéticos sino fác-
ticos: la poesía como porta-
dora de ideas y realidades, en
contacto con la realidad, con
lo que entronca con la lírica
tradicional hispánica de los
romances noticieros.
Antecedentes de la poesía de Hidalgo

Lírica: romancero Dramática; sainete


• De la tradición del romancero • La preeminencia de lo oral
tradicional elige la predis- (una poesía para ser dicha en
posición narrativa, aunque voz alta y no leída, para ser
elude lo lírico (que rea- recordada de memoria)
parecerá en Hernández). Los relacionan esta poesía con el
primeros poemas gauchescos teatro costumbrista español
de Hidalgo corresponden en del siglo XVIII.
mucho al tipo de los • Hidalgo escribió una poesía
“romances noticieros”, atados pensada para un público
a los hechos y a la determinado: al expresar tan
comunicación de lo cotidiano. honda y eficazmente los
• También el diálogo aparece en problemas, los dolores de un
este tipo de poemas. sector muy delimitado.
La obra de Hidalgo
• De acuerdo con el género, los poemas de Hidalgo se dividen
en Cielitos y Diálogos patrióticos.
• Tiscornia agrupa cronológicamente ambos tipos en dos
períodos netamente diferenciados: el primero va de 1811 a
1816, época a la que califica de “poesía militante”, con un fin
realista, envuelta en las pasiones de la lucha. La segunda
merece el título de “poesía expectante” con un fin ideal,
ejecutada en un ambiente más sereno, entre 1821 y 1822.
• Por su parte, Borello distingue, en relación con la realidad
histórica y con la tradición poética, tres grupos netamente
diferenciados: poesía comprometida, poesía celebrativa y
poesía costumbrista.
Poesía comprometida

En este grupo se incluyen los poemas que de alguna manera


se muestran comprometidos en la acción o en la situación.
Es una poesía que vale como arma por su contenido y
funcionalidad política o bélica. Poesía que interviene en la
realidad, que intenta transformarla. Poesía nacida de un
hecho concreto, histórico (Cielitos de 1812 y 1814).
Poesía celebrativa

Estos textos fueron com-


puestos siempre después de
los hechos que comentan:
expresan la alegría popular
por los triunfos de las armas
americanas en la guerra. Describen de manera jubilosa o
sarcástica hechos pasados irreversibles, pero positivos
como experiencias a corregir. En este apartado pueden
incluirse los Cielitos de 1821, dedicados al Ejército
Libertador del Perú, y el segundo a la toma del Callao y
Lima. El público al que están dedicadas estas composiciones
es la comunidad toda.
Poesía costumbrista

Lo central es la visión de lo
urbano por un observador rural.
La justificación es lo cómico: no
intervenir en la realidad, ni
cantar hechos gloriosos, sino
sólo entretener.

“Hidalgo ha sido un observador, hablante, poeta, en una


situación excepcional. Por una parte, pertenecía a los de
abajo (pobreza, baja situación social, incapacidad de alcanzar
el poder en esa sociedad). Por otra parte, alcanzó a poseer
una parte de los medios culturales y de educación que le
permitieron contemplar desde otra perspectiva
(circunstancial, la verdad sea dicha) la realidad social de la
época” (Rodolfo Borello. La poesía gauchesca).
Los Cielitos
Los Cielitos
• Nombre: preexistente a Hidalgo
• Antecedentes: el cielito en la tradición oral
Allá va cielito y cielo que vencen los imposibles
cielito de mi esperanza el amor y la constancia
• Finalidad: primero sentimental, luego militante
Los chanchos que Vigodet Cielito de los gallegos
Ha encerrado en su chiquero ¡ay!, cielito del dios Baco,
Marchan al son de una gaita que salgan al campo limpio
Echando al hombro un fungueiro. Y verán lo que es tabaco.
• Contenido: anhelo de libertad
Cielito, cielo, cantemos unidos seremos libres
Cielito de la unidad sin unión no hay libertad.
• Caracterización de su estilo: “huyen del artificio de la metáfora,
dan a la expresión un acento harto gráfico” (Juan María Gutiérrez)
Diálogos
Captación de la lengua oral
El primero de sus Diálogos presenta a Jacinto Chano (capataz
de una estancia en las islas del Tordillo) y al paisano Ramón
Contreras, de la Guardia del Monte) que reclaman la libertad y
la igualdad entre los americanos, como solución para todos los
problemas.

Chano

Os lo pide humildemente
Un gaucho con ronca voz,
Que no espera de la Patria
Ni premio ni galardón
Pues desprecia las riquezas
Porque no tiene ambición
Contenido de los Diálogos
• Fórmulas de salutación.
• Ofrecimiento de algo al recién llegado: alimento, tabaco, etc.
• Reunión de los caballos.
• Lamentaciones por el tiempo pasado, por causas materiales o
políticas.
• Peleas que se describen en el diálogo.
• El gaucho en la ciudad: impresiones directas, narrativas, de
acontecimientos, fiestas, etc.
• Ausencia de la mujer, que desaparece como compañera:
disgregación de la familia.
• Eliminación del entorno: omisión del paisaje por considerarlo
sin importancia –a veces contenido y limitado a unas pocas
palabras, intuido o sugerido por alusiones-, y de los
personajes, más supuestos que detallados, más desdoblados
por el lector que afirmados en el poema.
Los tres diálogos tienen elementos
comunes en su estructura, fondo y
forma. Chano y Contreras son los Diálogos
únicos interlocutores; a modo de patrióticos
introducción relatan siempre
episodios que tienen por eje el
caballo, que ocupa un primer
plano en el mundo mental del
gaucho. Las visitas, hechas y
retribuidas a pesar de la distancia
que separa a ambos amigos, son
motivo para mostrar actitudes,
costumbres, modos de
comportamiento del gaucho, que
se entrelazan con la exaltación de
las glorias guerreras y los ideales
ciudadanos.
El tema de la injusticia social:
Hidalgo como precursor de la
literatura preocupada por la
cuestión social

• Tono quejoso
• Denuncia de corrupción y
deshonestidad del poder.
• El tema del indio: Hidalgo
es el único que se ocupa
de él sin identificarlo con
la barbarie, con el salvaje
feroz y vengativo.
• Culto de las virtudes
gauchas (amistad, coraje)
Hidalgo y la
poesía de su
tiempo

“Hidalgo se pone a escribir contra los módulos literarios de su época dos décadas
antes de Echeverría y de Sarmiento. Pero fue incapaz de olvidar, sin más, todo lo
aprendido. Y era natural que así fuese. Las formas neoclásicas, junto a reminiscen-
cias de la tradición romanceril que encontramos en sus poemas gauchescos no sólo
documentan vacilaciones creadoras […] también prueban la existencia de una situa-
ción de ambigüedad que el poeta uruguayo no podía resolver en su difícil situación
de iniciador de un género nuevo”
Conclusiones

En Hidalgo encontramos la elección de un tipo social característico y diferenciado,


que se erigirá en mito nacional y literario. El uso consciente de sus formas de
lenguaje, exageradas a veces como pintura de lo rural o con intenciones cómicas;
las referencias a su cultura (juegos, alimentos, diversiones, valores, costumbres,
visión del mundo) constituyen la materia de sus poemas, junto con sus reclamos de
justicia e ideales de libertad y unidad . Además, en Hidalgo tenemos las primeras
descripciones de combates que poblarán la gauchesca. Dos ausencias define
también su obra: la mujer (presente como recuerdo lejano) y el paisaje.

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