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Víctor Antonio Nava Marín, María Rosa Rodríguez Quintana, Alan Alexei Hernández Martínez,
Carmen Itzel Ramírez Rosas y Lucía Rábago Canela
1.- Las funciones de la crítica
La poesía y la prosa
Lenguaje poético
El poema es verbalmente autoconsciente, no es modesto y no se busca que la atención se
centre solo en el significado, sino en él mismo también.
“Los poemas se diferencian por el ratio que establecen entre significante y significado.”
Los formalistas ignoran lo anterior y fueron el primer grupo de críticos modernos que
definió la poesía como un exceso de significantes con respecto a los significados.
Formalistas
Literariedad
Lenguaje que es especialmente consciente de sí mismo como tal o lenguaje que se ha
hecho extraño de forma que se vuelve perceptible de nuevo para el lector u oyente.
Relación entre diferentes tipos de discurso.
Concepto relativo porque al hablar de desviación se debe hablar de norma y las normas
lingüísticas no son fijas.
La semiótica de Yuri Lotman
Para él un poema no es solo una estructura o un sistema de signos, sino un sistema de
sistemas.
Esos sistemas mantienen una interacción dinámica mutua.
Un poema lleva una doble vida como paradigmático (estructura total del texto,
considerado como un todo especial) y sintagmático (relaciones establecidas
lateralmente, conforme el poema avanza por el tiempo verso tras verso)
La falacia de la encarnación
Corriente según la cual el contenido y la forma en la poesía están eternamente de
acuerdo porque el lenguaje de un poema de algún modo “encarna” su significado.
4.- En busca de la forma
El significado de la forma
Contenido: lo que el poema dice Forma: cómo lo dice
¿Son inseparables?
Forma: se ocupa de: tono, altura, ritmo, dicción, volumen, métrica, cadencia, modo, voz, textura,
estructura, sintaxis, puntuación, etc.
Contenido: Significado, la acción, el personaje, la idea, trama, visión moral, argumento.
“Parece que la poesía revelase la verdad secreta de todo escrito literario: que la forma es
constitutiva del contenido y no como un mero reflejo de este”
Forma contra contenido
Forma que trasciende el contenido
La poesía como acto performativo
Los poemas son acciones. Podemos considerar un poema como una estructura de
sonido y significado; pero también lo podemos usar como una estrategia que
pretende lograr algo.
5.- Cómo leer un poema
¿Es la crítica meramente subjetiva?
Se dice que verificar lo literal, la métrica que emplea, las rimas son objetivos. El modo,
tono, gesto dramático son subjetivos.
Los significados están profundamente relacionados con nuestro comportamiento cultural.
Tono, modo y altura
Intensidad y cadencia
Textura
Sintaxis, gramática y puntuación
Ambigüedad
Puntuación
Rima
Ritmo y métrica
Imaginería
No toda la imaginería es visual.
Dificultades en la definición. Ejemplo: Oxford English Diccionary. (figuras retóricas y símiles)
Sí figuras retóricas como la hipérbole, lítotes, ironía, personificación.
No quiasmo.
PENSAMIENTO Y POESÍA
La poesía y el pensamiento filosófico se han
enfrentado intrínsecamente dentro del hombre
desde el inicio de los tiempos.
Hoy, poesía y pensamiento parecen “dos
FILOSOFÍA Y mitades del hombre”, dos formas insuficientes.
En la poesía se encuentra la individualidad y en
POESÍA– MARÍA la filosofía, el hombre se halla en su historia
universal. La poesía encuentra, la filosofía busca.
El camino filosófico es claro y seguro, puesto El poeta no busca, porque tiene, y contrario al
que se ancla en la firmeza y verdad de sus filósofo, no necesita definir los límites de su
sentencias. objeto de estudio (en este caso creativo)
puesto que la contemplación estética
modifica dichos límites hasta el punto de su
inexistencia.
El filósofo persigue la unidad, la multiplicidad El filósofo busca el “ser oculto tras las
de todas las cosas, mientras que el poeta apariencias”, mientras que el poeta se queda
parece ignorarla a favor de la admiración y en dichas apariencias.
completitud de las cosas por sí mismas, así
como la heterogeneidad de los elementos
que admira.
FILOSOFÍA POESÍA
Las apariencias son las que suscitan la El estado de asombro en el poeta no es
violencia en el filósofo para conocer al ser. infinito, porque la palabra en sí implica el
“Es preciso resolver las apariencias y alejamiento de las apariencias para
volverlas coherentes con esa invisible concretarlas.
unidad”.
La unidad es el fin último del filósofo, la La poesía es afín a la música en tanto que
esperanza de la filosofía por una justificación “cada pieza musical es una unidad compuesta
total. de fugaces instantes”, así como el poema. El
poema es en sí una unidad.
La diferencia radica en que el filósofo busca una realidad absoluta, sin mezclas de
multiplicidad, mientras que el poeta se conforma con las unidades frágiles que
produce.
“La cosa del poeta no es jamás la cosa conceptual del pensamiento, sino la cosa
complejísima y real, la cosa fantasmagórica y soñada, la inventada, la que hubo y la que
no habrá jamás. Quiere la realidad, pero la realidad poética no es sólo la que hay, la
que es; sino la que no es; abarca el ser y el no ser en admirable justicia caritativa, pues
todo, todo tiene derecho a ser hasta lo que no ha podido ser jamás”.
Así como la música tiene un trasfondo matemático, la poesía tiene su afianzamiento en
el logos filosófico.
El poeta no es ajeno a la búsqueda de verdad, sin embargo, su verdad es distinta a la
verdad filosófica en tanto que no es excluyente ni imperativa. Su “todo” es a posteriori,
y sólo llega a él cuando cada cosa ha llegado a su plenitud.
“En el principio, era el logos. Sí, pero… el logos se hizo carne y habitó entre nosotros,
lleno de gracia y de verdad”.
POESÍA Y ÉTICA
A pesar de que las palabras sean ignoradas, su eco es duradero.
Eso pasa con la condenación platónica a la poesía en favor de lo verdadero y justo.
En Platón la poesía es condenada en tanto que va en contra de la verdad y de la justicia.
Platón le es fiel al descubrimiento del ser, y por tanto, a la condición de justicia.
En Heráclito la unidad nunca puede ser completa, en tanto que siempre existe “lo otro”,
lo que “no es”. La justicia es la armonía.
Para Platón la justicia es armonía punitiva. Recoge la disparidad en torno a la unidad.
La poesía es mentira en tanto que refleja al ser que es. No es razón, sino reflejo.
Finge ser lo que no es.
La verdad es aquello que reintegra el origen del hombre, por lo que en ella no
cabe la poesía. Y la filosofía es el camino que revela la condición del ser.
Por ende, para los griegos la Razón iba de la mano con la esperanza.
Para Platón en la República no había un hombre individual aún, sino la humanidad
como unificación del hombre.
El hombre era independiente en tanto racional.
La poesía era el único agente que no pregonaba la razón, era voz de un pasado
melancólico. La poesía era la traición del logos.
Tanto poesía como razón son palabra, pero la poesía es irracional.
Sin embargo, al excluir a la poesía, también excluye las emociones humanas.
FILOSOFÍA POESÍA
El filósofo vive con cuidado y preocupación. El poeta vive como huésped en el mundo, lo
Entonces, no vive, puesto que vivir es delirar. ama, pues es bello.
El filósofo intenta elidir la belleza perceptible Al querer plasmar la belleza (pues es finita),
por la vista, para enfocarse en la belleza el poeta se fija únicamente en los
intrínseca de la sabiduría. “fantasmas”, los cuales al filósofo no le
importan, puesto que son perecederos ante la
muerte.
El filósofo siempre busca algo más, mientras El poeta vive esclavo de la palabra; el filósofo
que el poeta es fiel a lo que ya tiene. quiere poseerla.
Nadie se ha atrevido a la misma condenatoria que Platón, pues la poesía se ha
vuelto más lúcida con el tiempo, alcanzando su culmen en Baudelaire.
Dicha lucidez ha devenido en una ética de la poesía, muy distinta a la del filósofo.
La ética poética radica en el martirio, en la entrega irrevocable a la poesía.
Todas las sentencias de Platón no hacen más que poner en evidencia la manera de
vivir del poeta, su fidelidad.
Mística y poesía
La poesía es el pecado de la carne hecho palabra, completamente irracional, pues sólo
ve lo que ya está dado y fija la dispersión, alejándose de la unidad.
Platón le hereda al cristianismo el horror de la carne, e introduce la liberación de la
tumba corporal.
Las pasiones corporales son degradantes en la República.
El alma es pura hasta que cae en el cuerpo, que es tumba y cárcel.
Es necesario que el alma combata contra las fuerzas de la pasión carnal, pues recuerda su
alto origen (divino, mortal y eterno). Dicha lucha se da por medio de la búsqueda por la
verdad.
Por ende, la filosofía es el camino para encontrar la verdad. Por medio de la filosofía es
que el alma se encuentra consigo misma y se purifica.
Aquel que encuentra la esencia de su propio ser sólo tiene en común con el resto
de los hombres el hecho de sentir pena de su miserable condición, y se da a la
tarea de educarlos o convertirlos. (Fedón)
Así pues, nace la esperanza de la filosofía, que ya no depende de dioses ni de
destino, sino que depende de uno mismo.
“La filosofía es un ejercitarse en morir y la estancia del filósofo entre los hombres
es muy semejante a la de alguien que ha muerto y que por privilegio especial ha
obtenido la gracia de volver junto a los hombres como mensajero de la violencia
que hace falta para que se realice la conversión, como una llamada de lo que del
otro lado es pariente de la alterada naturaleza humana”.
“El amor al saber determina una manera de vivir. Porque es ante todo, una manera
de morir, de ir hacia la muerte. Estar maduro para la muerte es el estado propio
del filósofo”.
El filósofo, según Platón, debe partir en su búsqueda por la belleza verdadera a partir
de la belleza física, pues considera que es un reflejo de la interior e imperceptible.
Eventualmente será golpeado por un “relámpago de belleza” verdadera.
Por ende, pareciera que el amor carnal, nacido a través de la sensibilidad, fuese
entonces un camino al verdadero conocimiento.
“Y ahora, después de leer El Banquete, se presenta la duda de que haya, en realidad,
dos caminos de salvación: el de la dialéctica y el del amor, esta otra dialéctica amorosa,
esta purificación del alma dentro del amor mismo, sin que sea menester su
aniquilación”.
Platón falla al reconocerle a los poetas la posibilidad de alcanzar lo divino por medio
del amor.
El amor carnal es reflejo de la idea del Amor platónico, como algo divino.
Así es como se ha salvado del ascetismo del cristianismo, porque lleva un a priori del
ideal femenino.
Por ende, en el amor se reconcilian poesía y pensamiento.
POESÍA Y METAFÍSICA
En la época Moderna, la filosofía renace y sus pretensiones resurgen de diferente
manera.
La filosofía y religión se unieron desde Platón hasta el Renacimiento, e incluso en
obras poéticas como la Divina Comedia se ven unificadas en el plano artístico.
La “nueva esperanza” pretende renunciar al ascetismo cristiano-platónico a favor
de lo que ya existe en este mundo.
El ser deja de ser independiente del humano, sino que se autodetermina.
El hombre es reflejo de la divinidad en tanto es creador.
Entonces, la noción del arte se vuelve central para esta “metafísica de la creación”.
(Schelling, Hegel, Kant, etc)
De esta corriente nace el Romanticismo, en el que se abrazan la filosofía y la
poesía.
Destacan, como dioses que quieren crear y abarcar todo, Victor Hugo, Novalis y
Hólderlin. Los suceden Baudelaire y Kierkegaard, más medidos, quienes purgan la
embriaguez anterior y la reducen a sus justas proporciones.
Al traer conciencia, Baudelaire y Kierkegaard vuelven a abrir un parteaguas entre
filosofía y poesía.
La poesía adquiere conciencia de sí misma, y nace la teorización del propio arte y
del proceso creativo.
En eso, aparece Paul Valery, quien arroja luz sobre el arduo trabajo que implica la
expresión del sueño. Hay precisión en el delirio.
“La poesía lo es todo, en cuanto al conocimiento, en cuanto a la realización
existencial del hombre. El poeta se basta con hacer poesía, para existir; es la forma
más pura de realización de la esencia humana”.
En la modernidad, el hombre quiere ser, ante todo. Se siente absoluto y completo.
Sin embargo, anida en él la angustia.
La angustia parece ser la raíz originaria de la metafísica.
Al tomar consciencia de su individualidad, el hombre en la metafísica experimenta
aislamiento, que trae consigo la angustia. El sistema se convierte entonces en la
forma de la comunicación de la angustia, en la forma de poder.
En poesía, la conciencia no tiene que ver con el poder, sino con necesidad de que
el “sueño” se fije y precise. Es creación de lo inconmensurable, en vez de
descubrimiento de lo medible.
En la poesía también hay angustia, pero ésta es provocada por la creación, y se
siente salvado por la palabra.
La angustia, presente en toda filosofía, se comprueba en Kierkegaard y en
Heidegger.
Hay 3 aspectos de la metafísica Kierkegaardiana: la persona, el espíritu y el poder (que
deriva de la angustia y que no es más que el sentido de posibilidad de un ser).
El filósofo es el que queda prendido de ese poder, mientras que el poeta renuncia o no
lo percibe.
La angustia del poeta no viene de la voluntad de poder, sino del amor que le lleva hasta
la creación.
La angustia metafísica resulta de la eliminación de los límites, es “el vértigo de la
libertad”, mientras que la poesía sería el vértigo del amor.
El poeta requiere límites: los límites están en el sueño que debe reconquistar, al que se
reintegra. Por eso es melancólico, pues la melancolía borra la angustia.
En un momento filosófico volcado en la libertad y la individualidad, el poeta reconoce
sus límites y se vuelve colectivo a través de la palabra, pues así es como comparte su
sueño.
Mientras que la filosofía avanza hacia adelante en la historia queriendo actualizarla, la
poesía recapitula.
POESÍA
La filosofía aspira a encontrarse a sí mismo, a poseerse de forma exclusiva, sin
comunidad.
El poeta reconoce que tiene orígenes, comunidad, y los abraza con locura. Busca
en sus propios orígenes aquello que el filósofo busca dentro de sí mismo.
El poeta siente temor de alcanzar aquello que busca y huye a la vez que lo busca,
en un eterno ir y volver.
Quiere volver a los orígenes, pero quiere incorporar a éstos todo lo que ha
encontrado en el camino.
El poeta no quiere poseerse a sí mismo, sino que quiere poseerse desde la
palabra, que queda fuera de sí, y en ella escapa de sí mismo.
“La poesía se separa de la filosofía porque el poeta no quiere conquistar nada para
sí. Únicamente lo ofrece como gloriosa manifestación de quien tan generosamente
se lo regala”. la poesía es servidumbre.
No todas las filosofías han sido individualistas (Platón, Aristóteles, Spinoza y
Leibniz no lo fueron), y aquellas que han ahondado en la unidad para sostener el
mundo comparten el mismo amor que tiene la poesía.
Difieren de la poesía en el método, pues la poesía no lo tiene.
Ambas cosas se unifican en la palabra, la de la filosofía precisa y segura, la de la
poesía, irracional. Quizás algún día vuelvan a reintegrarse.
POESÍA Y POEMA
La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar
al mundo, la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual,
es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro.
[…] no todo poema —o para ser exactos: no toda obra construida bajo las leyes del
metro— contiene poesía. […] Un soneto no es un poema, sino una forma literaria,
excepto cuando ese mecanismo retórico —estrofas, metros y rimas— ha sido tocado
por la poesía. […] hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser
poéticos: son poesía sin ser poemas.
Cuando la poesía se da como una condensación del azar o es una cristalización de
poderes y circunstancias ajenos a la voluntad creadora del poeta, nos enfrentamos a
lo poético. Cuando el poeta es el hilo conductor y transformador de la corriente
poética, estamos en presencia de algo radicalmente distinto: una obra. Un poema es
una obra. Lo poético es poesía en estado amorfo; el poema es creación, poesía
erguida. Sólo en el poema la poesía se aísla y se revela plenamente. El poema no es
una forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre.
El arco y la lira (primera edición: 1956, segunda edición corregida y aumentada: 1967, tercera edición:
1972 y cuarta edición: 2006):
EL POEMA
El lenguaje
El titmo
Verso y prosa
La imagen
EL LENGUAJE
La historia del hombre podría reducirse a la de las relaciones entre las palabras y
el pensamiento. Todo periodo de crisis se inicia o coincide con una crítica del
lenguaje.
Toda crítica filosófica se inicia con un análisis del lenguaje: Nietzsche comienza su
crítica de los valores enfrentándose a las palabras: ¿qué es lo que quiere decir
realmente virtud, verdad o justicia?
Estamos hechos de palabras. Ellas son nuestra única realidad o, al menos, el único
testimonio de nuestra realidad. No hay pensamiento sin lenguaje, ni tampoco
objeto de conocimiento: lo primero que hace el hombre frente a una realidad
desconocida es nombrarla, bautizarla. Lo que ignoramos es lo innombrado.
A diferencia de lo que ocurre con los otros objetos de la ciencia, las palabras no
viven fuera de nosotros. Nosotros somos su mundo y ellas el nuestro.
La palabra es un símbolo que emite símbolos. El hombre es hombre gracias al
lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del mundo
natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear un lenguaje. Por la
palabra, es una metáfora de sí mismo.
La palabra no es idéntica a la realidad que nombra porque entre el hombre y las
cosas —y, más hondamente, entre el hombre y su ser— se interpone la conciencia
de sí. La palabra es un puente mediante el cual el hombre trata de salvar la distancia
que lo separa de la realidad exterior.
El lenguaje es poesía y cada palabra esconde una cierta carga metafórica dispuesta
a estallar apenas se toca el resorte secreto, pero la fuerza creadora de la palabra
reside en el hombre que la pronuncia. El hombre pone en marcha el lenguaje.
El poeta transforma, recrea y purifica el idioma; y después, lo comparte. Por obra de
la poesía la palabra recobra su naturaleza original: su posibilidad de significar dos o
más cosas al mismo tiempo.
EL RITMO
El poeta encanta al lenguaje por medio del ritmo. Una imagen suscita a otra. Así, la
función predominante del ritmo distingue al poema de todas las otras formas
literarias. El poema es un conjunto de frases, un orden verbal, fundado en el ritmo.
El ritmo es sentido y dice “algo”: aquello que dicen las palabras del poeta ya está
diciéndolo el ritmo en el que se apoyan esas palabras. Y más: esas palabras
surgen naturalmente del ritmo, como la flor del tallo (la frase o idea poética no
precede al ritmo, ni éste a aquélla. Ambos son la misma cosa).
VERSO Y PROSA
El metro nace del ritmo y vuelve a él. […] La distinción entre metro y ritmo
prohíbe llamar poemas a un gran número de obras, correctamente versificadas
que, por pura inercia, aparecen como tales en los manuales de literatura.
LA IMAGEN
Designamos con la palabra imagen toda forma verbal, frase o conjunto de frases,
que el poeta dice y que unidas componen un poema. Estas expresiones verbales
han sido clasificadas por la retórica y se llaman comparaciones, símiles,
metáforas, juegos de palabras, paronomasias… […] todas ellas tienen en común el
preservar la pluralidad de significados de la palabra sin quebrantar la unidad
sintáctica de la frase o el conjunto de frases.
El poema es unidad que sólo logra constituirse por la plena fusión de los contrarios.
No son dos mundos extraños que pelean en su interior: el poema está en lucha
consigo mismo. Por eso está vivo.
DECIR, HACER
A Roman Jackobson
“Teoría e historia, ya lo ven, eran los términos a los que acudía Saint Beauve para
designar las dos “maneras” de la crítica, y continúan siendo dos de los subtítulos que
he querido poner a esta cátedra: Literatura francesa moderna y contemporánea,
historia, critica y teoría.
Guerra y literatura
Guerras clásicas feudales (caballeros)/ Guerras mundiales (Anónimos)
Futbol / Combate deportivo
Canonización del texto literario
Livre de Push / Prime de faire
Acelerador/catalizador de la novedad
Superstición influencia de la nuevo
Crisis de la conciencia Europea (1925)
Literatura, moderno catalizador de la novedad (Técnica económica creativa)
Make it now (Ezra Pound)
Literatura numérica
Construcción/ destrucción
Nokia y ordenador (piedra filosofal)
Donde queda la escritura
En el curso de la literatura, ésta ha mostrado tener un poder de utilidad y
pertinencia en los lectores.
Al respecto, autores como Francis Bacon han dicho que la lectura hace a un hombre
completo, la conversación hace a un hombre alerta, y la escritura hace a un
hombre cabal; además, evita tener que recurrir al disimulo, la hipocresía y el
desengaño: nos hace, por tanto, sinceros y fiables o simplemente mejores.
Otro de sus poderes aparece con la Ilustración, profundizada por el romanticismo,
que hacen de ella “no ya un medio de instruir divirtiendo, si no un remedio”. A la
vez que libera al individuo de su sometimiento a las autoridades, es un remedio
contra el oscurantismo religioso, e instrumento de justicia y de tolerancia.
Una tercera versión del poder de la literatura es la de suplir los defectos del
lenguaje “A partir de Mallarmé y de Vergson, la poesía se concibe como un
remedio, no ya contra los males de la sociedad, si no, más concretamente, contra la
inadecuación del lenguaje.
De igual modo, entre sus múltiples poderes puede mencionarse el que señala Ítalo
Calvino: “la forma de mirar al prójimo y a sí mismo […], de atribuir valor a cosas
grandes y a cosas pequeñas […], de encontrar las proporciones de la vida, el lugar
que en ella ocupa el amor, así como su fuerza y su ritmo, y el lugar que
corresponde a la muerte, la forma de pensar en ella o de no pensar en ella”, así
como otras cosas necesarias , como la piedad, la tristeza, la ironía, el humorismo, …
• Paul Michel Foucault (1926-
1984)
• Filosofía, Historia, Psicología,
Sociología, Medicina, Crítica
Filosofía, cultural o Literaria
literatura y • El hombre es una creación
arte reciente
• Saber- Poder
• Normal y lo anormal
Las palabras y las cosas (1966)
• Gramática general, historia natural,
análisis de la riqueza