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Facultad de Economía
Escuela Profesional de Economía
Taller Grupal 02
REGLAS VERSUS
DISCRECIONALIDAD
CONTENIDO
I. REVISIÓN HISTÓRICA
II. PERSPECTIVA MONETARISTA Y NEOKEYNESIANA
III. HIPÓTESIS DE EXPECTATIVAS RACIONALES
IV. APORTES DE LUCAS
V. PROBLEMA DE LA CONSISTENCIA DINÁMICA
I. REVISIÓN HISTÓRICA
McCallum (1997, pág.1) señala que las contribuciones más notables fueron
hechas por Thornton (1802), Bagehot (1873), Wicksell (1907), Fisher (1920,
1926), Simons (1935), Friedman (1948, 1960), Laidler (1996) y Humphrey (1992).
Clases de reglas monetarias
(Glasner, 2017, pág.1)
Surgen las expectativas racionales: “si los agentes utilizan toda la información
disponible en la formación de sus expectativas, incluirán en dicha
información la política del gobierno, lo que obliga a tener en cuenta la
reacción de los agentes privados tanto en el diseño de la política económica,
como en sus efectos”. Una de sus implicancias más importante fue la
imposibilidad de la política monetaria anticipada de generar alteraciones en
la producción y el empleo (Rhenals y Saldarriaga, 2008, pág.13).
Crítica de Lucas (1972): “los modelos econométricos que no tengan en cuenta que
los sujetos actúan racionalmente en la formación de sus expectativas pueden
presentar errores de especificación que los harán inadecuados para la comparación
de los efectos de distintas políticas” (Argandoña y Gámez, 1996, pág.92).
Los trabajos de Kydland y Prescott (1977) y Barro y Gordon (1983) mostraron que la
consecuencia de una extrema flexibilidad o discrecionalidad en el manejo
monetario conducía a la pérdida de credibilidad, afectando directamente el objetivo
de estabilización. Esto se debe a que el gobierno tiene objetivos que pueden ser
contrapuestos y solo pueden ser logrados a través del cumplimiento de los anuncios
en materia de inflación (Rhenals y Saldarriaga, 2008, pág.16).
II. PERSPECTIVA MONETARISTA Y
NEOKEYNESIANA
La primera propuesta concreta para el manejo de la política monetaria fue
planteada por Friedman en 1960 por medio de la regla del k%: “la autoridad
monetaria debe manejar sus operaciones de mercado abierto de tal manera que la
oferta monetaria (M2) se incremente a un ritmo anual constante” (Baca, 2008,
pág.457). Posteriormente, en 1967, incorporó el concepto de tasa natural de
desempleo (comúnmente llamado desempleo friccional) y concluye que la política
monetaria posee un efecto nulo frente a la reducción arbitraria de la tasa de
desempleo por debajo de su nivel natural, excepto en el corto plazo.
Figura 2.1. Efectos de una mejora en
las oportunidades de inversión
𝑒
Muth supuso que la expectativa subjetiva 𝑥𝑡+1 de la variable x para el periodo
t+i, es la esperanza matemática de x, condicionada a la información disponible en t.
donde:
Et = Espeanza matemática de la variable x en el periodo t
It = Conjunto de información disponible en t
Si la variable y se forma a partir de x según la función:
𝑦𝑡 = 𝑎+𝑏𝑥𝑡 [2]
ii Es un predictor eficiente
Muth supone que el agente conoce el modelo y estima el valor teórico
(esperanza matemática) de x a partir del mismo. Que esto se encuentra
condicionado a la información disponible significa que sólo se puede usar esa
información, y que la llegada de nueva información relevante exige al agente
repetir los cálculos, introduciendo la información en un proceso continuo de
actualización (Argandoña y Gámez, 1996, pág.91).
IV. APORTES DE LUCAS
¿Cómo forma el público sus expectativas sobre el nivel de precios tomando en cuenta la
información disponible? Este constituye el problema de la extracción de señales y para
explicarlo desarrollaremos el modelo de las islas de Lucas (Baca, 2008, págs.465-468).
Supone que los agentes están distribuidos en N islas, ellos conocen los precios de su
propia isla (Pi) pero no el de las otras. Saben que el precio de su isla i se desvía del nivel
general de precios (P) por un factor aleatorio zi
Pi = P + zi [5]
Se añade el supuesto de que todo el mundo sabe, con base en la experiencia pasada,
que el nivel general de precios se desvía del nivel esperado a comienzos del periodo en
una cantidad aleatoria u. Formalmente:
P = P0e + u [6]
Combinando [5] y [6]:
Pi = P0e + u + zi [7]
Tras una ligera manipulación en [7] se aprecia que la diferencia entre el precio que cada
individuo observa en su isla y el nivel de precios esperado al inicio del periodo es igual a
la suma de: el error en predecir correctamente el nivel general de precios (u) y la
desviación aleatoria del precio de su propia isla relativo al nivel general de precios (zi).
Donde:
α = Fracción de u respecto a (u + zi )
Lo anterior sugiere que cuando la economía tiene una historia de alta volatilidad de
precios, al mismo tiempo que la dispersión de precios relativos es baja, el valor de [8]
tiene a uno, lo que significaría un ajuste rápido de las expectativas de los agentes
respecto a los precios, tomando en cuenta los precios observados en sus propias islas.
La crítica de Lucas (1972) señala que los modelos econométricos que no tengan en
cuenta que los sujetos actúan racionalmente en la formación de sus expectativas
pueden presentar errores de especificación que los harán inadecuados para la
comparación de los efectos de distintas políticas (Argandoña y Gámez, 1996, pág.92).
Por lo dicho antes, los coeficientes de las ecuaciones dinámicas que reflejan la conducta
de los agentes dependerán no sólo de los parámetros estructurales sino también de las
reglas de política seguidas.
Donde b0 y b1 son sendas establecidas por la autoridad monetaria y conocidas por el público
Donde:
Las ecuaciones [14], [15], [16] y [17] representan la oferta, curva IS, curva
LM y la capacidad productiva de la economía, respectivamente. Se tiene
además que Zt es un vector de variables exógenas.
Con el sistema anterior de ecuaciones se obtiene la siguiente función de
pérdida cuadrática que la autoridad monetaria debe minimizar a nivel social:
∞
t−1 ´
K12 K22
´
L = E0 δ [ yt , pt K yt , pt + yt , pt K1 , K2 + + ] [18]
4 4
t=1
Para minimizar [18], la autoridad debe comparar las siguientes dos estrategias:.
(i) Usar una política de fijación de la tasa de interés, a través de la siguiente
función de reacción:
rt = Gθ∗t−1 [19]
Donde:
θ∗t−1 = Información conjunta de los valores de las variables a partir del final de t
mt = Hθ∗t−1 [20]
Pero, independientemente de cual sea la función de reacción (o regla de
política) seleccionada, esta deberá producir la menor pérdida social. Dicho de
otro modo, las aparentes ventajas de la discrecionalidad respecto a reglas fijas
desaparecen totalmente cuando el público anticipa las políticas del gobierno y
las incorpora en sus reglas de decisión (Baca, 2008, pág.475).
El argumento central de este modelo es que, aún cuando exista una función objetivo
social bien definida y aceptada por todos, y el gobierno conozca la duración y
magnitud de los efectos de sus acciones, nunca será posible elegir una secuencia de
políticas óptimas que maximicen dicha función objetivo (Baca, 2008, pág.476).
Sea [21] una secuencia de políticas entre los periodos 1 y t, y [22] es la
secuencia correspondiente de decisiones de los agentes económicos.
π = π1 , … , πT [21]
x = x1 , … , xT [22]
Se supone que existe una función de utilidad social aceptada por común acuerdo:
S = S x1 , … , xT , π1 , … , πT [23]
xt = F xi , π ∀i = 1,2, … , t − 1 [24]
Así, una política óptima es aquella secuencia que resuelve el siguiente problema:
Para demostrar el problema de la inconsistencia consideremos T=2, con lo cual
el problema [25] se convierte en:
∂S ∂x2 ∂S
. + =0 [27]
∂x2 ∂π2 ∂π2
Si la política es consistente entonces esta ignorará el efecto de π2 sobre x1, así para
una regla de decisión óptima la condición de primer orden será:
Con esta estructura, la decisión de política será óptima para cada estado de la
naturaleza de acuerdo a la regla de política que la autoridad usará en el futuro.