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Introducción
En este apartado se hará la presentación
de la problemática y justificación de su
importancia para la formación
profesional.
Abordar el tema en discusión no es fácil, sobretodo cuando se habla de comunicación de la nueva ética
de paz. Y si para ello le anexamos el hecho de que se parte de una ética de posconflicto en Colombia.
Si, delicado. Pero lo es porque nosotros los colombianos sentimos ser los protagonistas de éste desafío.
Cuando nos fijamos en la discordia que como sujetos morales se presenta en una base como la
corrupción, que destruyó la credibilidad en la justicia y de distintas maneras está por todas partes: en el
Estado, las empresas, los medios de comunicación, la educación, las organizaciones populares, el
Ejército y, por supuesto, los partidos políticos, los grupos armados ilegales, las comunidad religiosas.
Yo, Yolima Medina Herrera, creo que nos hemos lanzado a un vacío ético cuando nos olvidamos de
seguir un proceso que se fundamenta en la moral. Esta, dejó de ser lo que era, brindando excusas para
actuar frente a lo que está bien y mal. Ahora, nos damos cuenta que no tenemos nada, no habíamos
construido una moral civil, válida para todos los ciudadanos, vigente en la sociedad, respetuosa de
creencias y filosofías, de una democracia real.
Con el vacío moral vino la destrucción brutal de la vida humana porque los cimientos de la convivencia
estaban rotos. Primero, los años de la Violencia, con 300.000 asesinatos de campesinos. Luego, los
homicidios cotidianos, que llegaron a más de 30.000 por año, el narcotráfico y la guerra política
degradada, con 8 millones de víctimas.
Ahora estamos aquí, para comunicar la nueva ética de paz, donde desde el punto de vista como
ciudadano, puedo explicar a mi modo de ver éste nuevo paso “evolutivo” hacia una paz, la paz que
tanto deseamos. Hablaré un poco de lo que a mi modo de ver es el problema, no solamente para mi,
sino para las personas que compartimos estos puntos de vista. Saber qué lo causa, es mostrar la verdad
de algo con lo que hemos vivido a través de la historia, muchas generaciones han nacido y crecido en
medio de un conflicto que no nos pertenece. Es fácil verificar los efectos que ésta guerra ha dejado y la
evolución del Posconflicto. Pero, hay que tener en cuenta igualmente las consecuencias que trae a
nuestra sociedad; ya que no somos ajenos a lo que viene, en nosotros está hacer historia, cambiarla
hacia nuestro beneficio. Si, donde nosotros seamos los primeros bendecidos por una paz real, donde
seamos constructores de una ética ciudadana para poner cimientos fuertes hacia un país que conoce su
historia y que no está dispuesto a olvidarla, claramente, para no repetirla.
Ética y Ciudadanía - Fase 4: Experimentación Activa
¿Cuál es el problema?
Colombia, durante gran parte de su historia, se ha caracterizado por tener un conflicto armado interno. Ha
sido tomado por grupos al margen de la ley, actualmente sufre una serie de cambios debido a la
desmovilización de las Farc EP y la implementación de los acuerdos de paz entre ese
grupo y el Gobierno Nacional. Estamos viviendo un periodo histórico, pero para que sus efectos sean
favorables hacían nosotros como ciudadanos, necesitamos apoyarnos con herramientas de cambio, de tal
manera nuestro país florezca y active sus economías. Es en éste punto que la ética ciudadana, debe
instaurarse, mediante normas morales y códigos de ética, que eleven los estándares morales de las
personas, la sociedad.
La ética no es un juego, es fundamental y debe partir de cada uno como ciudadano, pasando por el estado,
de manera que irradien en el ambiente un cambio ético, que permita a cada colombiano y generaciones
futuras vivir en paz, con más y mejores oportunidades y una mejor calidad de vida.
Colombia, ha perdido sus valores, sufre una crisis ética importante, se ha invadido de corrupción, una
anticultura de corrupción extrema; de aceptación o tolerancia del crimen sin reacción social alguna;
de pérdida de elementales parámetros éticos en el enjuiciamiento de los conflictos.
¿Qué lo causa?
La verdadera ética de la paz, no se reduce a la “tranquilidad del orden”, cuando ese orden se logra a costa de
la justicia; la paz plena y auténtica no puede ser un efecto del militarismo, de la economía de las armas, de
las alianzas defensivas, de la política de partidos. La paz debe tener una significación, mas cuando se
construye con los valores básicos de la libertad social y de la justicia socio-económica; cuando integra los
derechos humanos, los cuales se concretan históricamente en la democracia real y en la justicia económica.
Los grupos terroristas Farc, han causado dentro de cada uno, un sentimiento de miedo, vergüenza, pero
también un sentimiento que va en contra de todo lo que ellos, a su juicio combaten. Tanto tiempo frente a
las armas y actuando en contra de la democracia, ha generado contra ellos el resentimiento más real que se
pueda sentir. No sentirnos seguros, pensar que las autoridades no tomaban partido para derrotarlos.
Ejercían control en el entorno por un largo periodo, que luego da paso a un fenómeno de criminalidad y
nacimiento de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC que tomaron los cascos urbanos y las Farc se
mantienen en las zonas rurales.
Pasaron a realizar cultivos intensivo y comercializar la hoja de coca. Al principio fue cultivado con productos
de pan coger y posteriormente con la tecnificación del proceso de elaboración de cocaína. Es donde ellos
perdieron aun más su visión y respeto por la ética. La importancia de esta, está en las organizaciones del
estado, consideradas como instituciones sociales que reflejan el estado actual y la cultura de una sociedad y
considerando que parte de la sociedad colombiana, se encuentra inmersa en las economías ilícitas
relacionadas a las actividades del narcotráfico.
El miedo al terrorismo, secuestro, masacres, drogas, muerte. Se generalizó en el pueblo colombiano. Que
aún esperando que el dichoso proceso de paz sea consolidado en la realidad, aún experimenta esa
sensación de incredulidad y espera en cada momento retornar en medio del dolor a lo que hemos vivido
durante más de 60 años.
Ideas de Solución
Desde mi papel como docente formador de niños pequeños, pienso que la enseñanza en la ética y moral debe
ser asumida por las Instituciones y especialmente por los docentes como un reto generador de cambios.
Dentro de las Instituciones educativas, se debe ejercer, un ejercicio de deconstrucción-reconstrucción cultural,
para definir qué se debe cambiar y qué debe permanecer dentro de la Institución, encaminada a la
construcción colectiva de nuevos modelos de convivencia social basados en una nueva cultura escolar.
La institución es el centro social, en la cual se propicien experiencias para el reconocimiento del otro, la
aceptación de la diversidad cultural, la tolerancia, la búsqueda de modelos de convivencia y la negociación
como mecanismo para el tratamiento de los conflictos, en la perspectiva de la concertación. Debe reconocer
el carácter pluri-étnico y pluricultural del país, permitir la convivencia de las diversas culturas, así como las
diversas concepciones y maneras de ver y entender el mundo. Ello exige pensar los contenidos y la pedagogía
adecuada a los diferentes sectores de población, elaborándolos mediante la negociación cultural, con el fin de
que la educación adquiera sentido aún para los grupos étnicos o sociales más desfavorecidos.
Así mismo es necesario un compromiso de debate ético que ha recuperado una gran actualidad, para indagar
por el tipo de ciudadanos y de proyecto ético que quiere ayudar a formar, en el proceso de construcción de
una sociedad civil fuerte y organizada, cimentada en los valores de la democracia, la justicia, la solidaridad, la
paz, el respeto por el medio ambiente, el respeto por los derechos humanos y el desarrollo de los seres
humanos, como mínimos para asegurar la convivencia democrática. Así conocer las distintas concepciones
sobre la ética que concurren a la discusión, para que sean ellos quienes determinen con cual concepción y
cual proyecto ético se comprometen.
Los constructores y las constructoras de la paz, pues, no surgen por casualidad; sobre todo, si la paz se
entiende como fruto de la verdad, la justicia, la libertad y el amor. Es necesario enseñar a los hombres y
mujeres a amarse y educarse en la paz, y a vivir con benevolencia, más que con simple tolerancia. Esto implica
el cultivo de ciertas actitudes básicas. Acción, compasión y justicia.
Ética y Ciudadanía - Fase 4: Experimentación Activa
Propuesta de Solución
Desde las Instituciones educativas, que exista un norte definido hacia la búsqueda de una sensibilización
generando la confianza que los colombianos necesitan para que sea viable el proceso.
Claro que la promueve, cuando se plantea una iniciativa hacia la educación ciudadana, con proyectos
sociales, reconocimiento de vínculos culturales, históricos y de referentes morales instalados en la
ciudadanía.
Cuando desde el papel docente se forman a las nuevas generaciones en un ambiente propicio para la
enseñanza en la ética y moral; porque en ese momento es cuando se reconstruye nuevos modelos de
convivencia social basados en una nueva cultura.
Es cuando se experiencias para el reconocimiento del otro, la aceptación de la diversidad cultural, la
tolerancia, la búsqueda de modelos de convivencia y la negociación como mecanismo para el tratamiento
de los conflictos, en la perspectiva de la concertación. Aceptar la diversidad cultural, étnica, social,
permitiendo su convivencia.
Conclusiones
Fortaleciendo los aprendizajes obtenidos se logra crear una presentación que propone una solución a la
problemática EL TRASFONDO DEL POSCONFLICTO ¿Cómo comunicar la nueva ética de paz?. Donde se
abordó efectivamente la promoción de la ética ciudadana.
Se entiende la relación con la Ética y Ciudadanía, aportando reflexiones coherentes sobre el problema
planteado, causas, efectos y consecuencias, y su relación con la sociedad.
Ante una posible solución del problema planteado, se orienta a ella, mediante puntos de vista de carácter
personal, donde se conjugan la ejecución, responsabilidad y resultados esperados.
Basados en el trabajo, se dio mayor importancia a la ética ciudadana y a su consolidación en las nuevas
generaciones que buscan la paz duradera.
SIERRA H. Victor Hugo (2017) EL POSCONFLICTO Y LA RECONCILIACIÓN, UNA MIRADA ÉTICA. Recuperado de:
https://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/handle/10654/16047/SierraHuertasVictorHugo2017.pdf?seq
uence=1&isAllowed=y
SALAZAR Prada Ramón, MARIN Arenas León Dario (2017) Educación para la paz. La apuesta pedagógica del
Posconflicto. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/dsetaie/v8n15/2007-2171-dsetaie-8-15-
00009.pdf
REVISTA Semana (2019) ¿En qué momento se acabó la ética en Colombia? Recuperado de :
https://www.semana.com/nacion/articulo/seis-academicos-reflexionan-sobre-la-crisis-etica/531795
Diario el correo. (2018) Mafalda: la niña filosófica de las caricaturas cumple 56 años
https://steemit.com/spanish/@ficciones/ortografia-y-la-comunidad-hispanohablante-el-punto-y-
coma-y-algunos-datos-sobre-la-orthographia-espanola
Ética y Ciudadanía - Fase 4: Experimentación Activa.
AUTOEVALUACIÓN.
Final El estudio de la psicología, va muy de la mano con la ética. La participación ciudadana, no es sólo
para las personas del común, sino que es necesaria para todos los ciudadanos y si yo, como futura
psicóloga, quiero hacer la diferencia con mi profesión, debo tener en cuentas los aspectos éticos y
morales que me van a formar y a realizar un trabajo responsable.
El profesional de la psicología, debe ser personas que hagan el bien y se esmere en su trabajo;
Autoevaluación de la también que desde su perspectiva, sea capaz de discernir toda acción social, ambiental, de las
experiencia en el curso. decisiones que pueda tomar; respondiendo éticamente a los desafíos de una sociedad que
involucra su cultura, economía y todos los aspectos que la conforman, pero que carecen de lo que
la hace, que es la ética.
Como estudiante me preparo en un sentido ético para los desafíos que me esperan,
empoderándome del entorno que tendré en apoyo. Para poder desarrollar iniciativas de
compromiso ciudadano y de emprendimiento social. Inspirar a otros con comportamientos que
impulsen a la identidad ciudadana y profesional de manera que cree impactos en la sociedad de
mi país.