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Las conversaciones como

base de las relaciones


interpersonales.
- DOCENTE :Darío Quil Flores
La conversación

Una conversación es un diálogo entre dos o más personas.


Se establece una comunicación a través del lenguaje hablado (por
teléfono, por ejemplo) o escrito (en una sala de chat).
Es una interacción en la cual los interlocutores contribuyen a la
construcción de un texto, a diferencia del monólogo, donde el control de
la construcción lo tiene sólo uno. Por eso se señala su carácter dialogar.
Pero, no lo hacen al mismo tiempo sino que cada cual tiene su turno de
habla.
La conversación
La conversación puede girar en torno a uno o muchos temas y está
condicionada por el contexto. En una situación informal éstos pueden variar
con facilidad y sin previa organización. Los dialogantes pueden expresar su
punto de vista y discutir. En cambio en otros, las posibilidades mencionadas
pueden estar limitadas para uno o ambos actores.
La conversación contiene diferentes atributos que deben ser tomadas en
cuenta:
INICIAR CONVERSACION
• Como ocurre en cualquier otra actividad compartida, el primer requisito es
que dos o más personas quieran conversar.
Características:
• Los saludos: Constituyen en sí, un intercambio oral mínimo.
• Las preguntas: Es otro recurso habitual muy utilizado para iniciar una
conversación. Enunciado interrogativo.
• Las exclamaciones: Son otras expresiones que utilizamos para iniciar una
conversación.
La conversación
• MANTENER LA CONVERSACIÓN
Los participantes deben cooperar para que la interacción se desarrolle con
éxito. Esto, significa, que, deberán estar de acuerdo en: mantener, o, cambiar,
el, tema, el tono, las finalidades del discurso, etc.

• ACABAR LA CONVERSACIÓN
Acabar la conversación es una tarea delicada, una buena parte del éxito de
una conversación radica en que tenga buen final. Los cierres convencionales
suelen constar de cuatro partes:
Requisitos para una buena conversación

Según Paul Grice cualquier interacción verbal está regida por el


principio de cooperación: "Haz que tu contribución sea la requerida para
la finalidad del intercambio conversacional en el que estas implicado".
este principio básico se desglosa en cuatro máximas:

- De cantidad: Haz que tu contribución sea tan informativa como sea


necesario.
- De cualidad: Haz que tu contribución sea verdadera.
- De relación: Sé pertinente, no digas algo que no viene al caso.
- De manera: Sé claro, evita la ambigüedad, sé breve, sé ordenado
Tipos de Conversación
• Estructurada:
En esta categoría es posible encontrar a los discursos o conferencias. Se trata
de diálogos previamente preparados y definidos. Busca obtener un resultado
previsto del interlocutor para que este piense, sienta o haga algo determinado.
Cada detalle del dialogo esta planeado para encontrar el efecto que se desea
tener sobre el otro u otros participantes. Para que esto tenga éxito, el interlocutor
deberá tener en cuenta el contexto y el ambiente en donde se encuentre en el
momento de dialogar, de manera que deberá elegir el momento adecuado si desea
lograr diversos efectos, ser adecuado y oportuno, etc.

• Semiestructurada:
Los participantes cuentan con ciertas “reglas” para realizar este tipo de
conversaciones y suelen distinguirse en debates o entrevistas, donde uno
mantiene un diálogo estructurado pero no del todo planificado ya que se debe tener
en cuenta las opiniones y preguntas de los otros interlocutores.
Para esto el participante debe reconocer su oportunidad de proponer
sus opiniones e ideas para convencer a los otros individuos, no interrumpir y
explicar de manera breve y concisa sus ideas para tratar de esclarecer al máximo
sus opiniones en el menor tiempo posible.
• Cotidiana o común:
Son conversaciones ocasionales que se pueden encontrar en la vida
cotidiana o en programas de radio y televisión que no tengan un libreto a
seguir. No requiere planificaciones y puede influir el ambiente y el contexto
en donde se encuentren sus participantes

• Improvisada:
Esta conversación esta dirigida para divertirse, distraerse, despejarse, pasar
el rato. Se trata de un diálogo ligero y sin importancia, que tiene como
resultado la relajación de los participantes y un sentimiento de sentirse bien.
Para esto es necesario que los interlocutores se expresen y dejen expresar al
otro libremente, evitar discutir y competir, evitar temas complejos y centrarse
en temas superfluos.
Estructura de la conversación
• La conversación suele presentar la siguiente estructura:

- Apertura: indicación del deseo de entablar el dialogo mediante una


invocación al destinatario. También consiste en un saludo o llamada de
atención con los que se da inicio a la conversación.
- Orientación: en esta frase se introduce el tema o se orienta la
conversación hacia él.
- Desarrollo: está formado por las distintas intervenciones de los
interlocutores en la que estos intercambian sus opiniones sobre el tema
inicial y van introduciendo temas nuevos durante el cual se puede incluir
una secuencia narrativa, descriptiva, argumentativa, etc.
- Conclusión: clausura del tema para finalizar el diálogo o introducir un
nuevo tema, que formará un nuevo núcleo transaccional.
- Cierre: es la parte final, en la que se da por concluida la conversación
con alguna fórmula de despedida
Importancia de la comunicación oral
en la conversación
La conversación es un intercambio comunicativo de ideas a través del
contraste de criterios y opiniones diversas.
En la conversación se establece un clima de acercamiento mutuo entre los
interlocutores, que permiten la confrontación de opiniones en forma amigable.
La conversación es muy útil para el desarrollo intelectual de las personas, ya
que se practica un activo ejercicio mental y se ponen en juego diversas
facultades humanas en forma espontánea.
Cuando la conversación versa sobre un tema previsto de antemano y hay
intención de intercambiar opiniones, se produce el diálogo. Éste es el resultado
de la concurrencia e interacción de varias opiniones, con el fin expreso de
llegar a conclusiones comunes.
Tanto la conversación como el diálogo ofrecen las siguientes ventajas:

• Facilitan la expresión coherente de los propios razonamientos.


• Ayudan a interpretar otros razonamientos.
• Facilitan el intercambio de opiniones e ideas, dando una visión más amplia
de los hechos.
• Gracias a ellos se descubre que las soluciones no son unilaterales, claras y
evidentes, porque la verdad tiene muchas perspectivas.
• Crean una capacidad de juicio más ponderado y equilibrado.
Redes de conversaciones
• Para dirigir, corregir, guiar, gestionar, facilitar, mandar, etc., es necesario
conversar. ¿Por qué es entonces que dedicamos tan poco tiempo a la forma
en que se conversa en una organización?
• Los seres humanos nos creamos a través del lenguaje. Somos como somos
en función de cómo nos comunicamos, de las cosas que decimos, de cómo
escuchamos. El lenguaje crea al mundo en el que vivimos.
Si analizamos nuestra actividad diaria, tanto en el plano personal como
laboral, lo que hacemos es básicamente conversar (ya sea con nosotros
mismos o con otros).
La comunicación es el medio más poderoso con el que contamos para
construir relaciones efectivas y lograr los objetivos y resultados que deseamos
o soñamos. Adquirir competencias en el hablar y el escuchar puede traer a
nuestras vidas una mayor felicidad.
Me quiero referir aquí, en particular, a las “comunicaciones personales” que se
establecen entre individuos en los ámbitos laborales, que en la mayoría de los
casos difieren en aspectos tales como costumbres, capacidades, modelos
mentales, idiosincrasias, educación, etc.
La mayoría de las veces cuando nos enfrentamos a un problema que debe ser
solucionado, nos remitimos directamente al proceso para ver qué fue lo que
falló, quién se equivocó, ¿es correcto el proceso o debe ser mejorado? Aún
frente a situaciones en las que los procesos se fracturan, poco reflexionamos
acerca de la manera en que las personas implicadas interactúan, es decir, la
forma en que conversan...
Conversaciones públicas y privadas

En nuestras conversaciones se integran procesos complejos del


escuchar y el hablar, y la mayoría de nosotros pensamos que por el solo
hecho de tener la destreza física para hablar y escuchar, es suficiente y
que con eso están dadas las condiciones para hacerlo y por lo tanto no
habría nada que aprender y mejorar.
Piense en una persona en su trabajo que realmente no le agrade.
Ahora imagine que esta persona se acerca con bombones el día de su
cumpleaños. Esta persona viene con las mejores intenciones de hacerle
un obsequio, pero usted realmente siente desagrado por ella, “le cae
mal”. Es probable que en esta situación usted piense: “Quiere
comprarme, necesita algún favor”, “seguramente le interesa llevarse
bien conmigo y por eso me trae un regalo”. A fin de cuentas, usted
recibe los bombones y amablemente le da las gracias (conversación
pública) pues es de buenos modales hacerlo, pero la sensación de
desagrado no desaparece (conversación privada), aún cuando se
tratase de los bombones más caros y sabrosos.
• Ahora imagine esta misma situación con una persona en su trabajo en la que
confía y goza de su agrado. ¿Es diferente?, apuesto que sí. Su conversación
privada, lo que “no dice cuando dice”, es positiva y los juicios que tiene
acerca de esta persona también lo son.
Esta distinción entre “lo que digo” y “lo que no digo cuando digo” puede
bloquear intenciones de generar acuerdos, coordinar acciones, proyectos,
etc. que implique el vínculo laboral de estas dos personas.
"Todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en
ese espacio donde se crea la realidad en
que vivimos." (Humberto Maturana)
Aprender a conversar

Cuántas demoras, explicaciones ambiguas, imprecisiones, dudas, frustrados


marcos de obviedad, que afectan directamente a operatorias o prestación
de servicios, con consecuencias en la productividad (economía), confianza,
credibilidad llegando muchas veces a situaciones de errores graves, que de
acuerdo con la actividad desarrollada, pueden dar lugar a accidentes, con
daños a personas, equipos e instalaciones propias y/o de terceros, impacto
ambiental, etc.
Simplemente por una ineficaz coordinación de acciones, por ineficaces
conversaciones.
La respuesta está, desde esta mirada, en que existen conversaciones “no
abiertas” que se oponen a lo que se pretende, con los otros o con Ud.
mismo, y así el resultado esperado no llega. Sea un objetivo económico, el
desarrollo de una estrategia de negocios, la conformación de un equipo
orientado al resultado, la captación y fidelización de clientes..., o nada más
ni nada menos que la creación de vínculos humanos necesarios para
generar contextos que nos acerquen al éxito. Abundan las frases del tipo:
No se puede... no va andar... nunca... de eso no se habla... no es el
momento... para qué cambiar... siempre lo hicimos así.... ¿Le suenan
conocidas?
Para ello es preciso entender que vivimos en mundos interpretativos, que la
realidad objetiva no existe en nuestra mente, que la filtramos a través de
modelos mentales propios construidos en el tiempo, que vamos forjando
“creencias” profundas y no siempre racionales (y no siempre verdaderas) que
guían nuestras acciones y decisiones con la fuerza poderosa de “nuestra
verdad absoluta”.
Son estos filtros los que operan continuamente en el “qué “y “cómo”
percibimos. Lo que interpretamos cuando escuchamos u observamos, si no es
chequeado y puesto a prueba con nuestras conversaciones internas, nuestros
juicios, nuestras inferencias automáticas, y emociones que lo condicionan,
generará conversaciones infructuosas donde cada uno mantendrá “su verdad”,
sin generar una posibilidad de acción.
Es necesario, entonces, entender y hacerse cargo de las conversaciones
privadas, tanto del equipo de trabajo como las suyas, pues son las
conversaciones privadas las que dominan todo sistema conversacional.
Mientras más cercanas estén nuestras conversaciones públicas a nuestras
conversaciones privadas, más abierto será nuestro diálogo y por ende más
potente.
Para comprenderlo mejor el profesor Rafael Echeverría (“Ontología del
Lenguaje”) plantea una división de las conversaciones en tres sub-dominios:
• El lenguaje: escuchar / hablar (y el silencio, pilar fundamental)
• La emocionalidad: lo que “no decimos” cuando “decimos” pero que está
presente.
• La corporalidad: los gestos, el tono de voz, las posturas, lo que el cuerpo
dice.

Y dentro de estos dominios reconocer y diferenciar “juicios” (subjetivos) de


“observaciones”; poner a prueba las conclusiones “automáticas” inferidas a
partir de pocos y no siempre confiables datos; la empatía al escuchar...
Cada una de ellas se puede convertir en herramienta al servicio de la
conversación, que se puede aprender a utilizar, entrenarse en ella y ponerse
en práctica en las organizaciones.
Es necesario entender y hacerse cargo de
las conversaciones privadas

Para recordar:

• El 80% de la efectividad en una conversación está basado en la


escucha. No en vano tenemos dos orejas y una sola boca.
• Usted puede obtener mejores resultados y procesos más efectivos si
modifica su forma de conversar, incluso consigo mismo.
• Conversar efectivamente no es sencillo, usted debe entrenarse y
practicar. Busque cursos, artículos y libros sobre el tema.
• Evite forzar las conversaciones en su equipo de trabajo, hágase cargo
de escuchar y entender las conversaciones privadas que dominan al
grupo.
• La apertura empieza por uno mismo, de nada servirán sus esfuerzos si
no aprende primero a observar sus propias conversaciones y trabaja
en usted mismo.
Si cada uno de nosotros como líderes (o simplemente como personas
vinculándonos y trabajando) nos transformamos en modelos y promotores de
las competencias conversacionales será más posible que ante una situación
de quiebre, se diseñe la conversación adecuada que genere la acción
superadora y el marco de aprendizaje y transformación que todo cambio
verdadero requiere.

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