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p.p 349-365.
Marciano Vidal, propone cuatro actitudes
como síntesis del ethos social cristiano. Con
ellas se realizará la transformación tanto de
los corazones (a nivel de conciencia moral)
como de las estructuras, a fin de ir
alcanzando una nueva sociedad humana.
Estas actitudes son:
1.- La justicia radical
2.- La caridad política
3.- La opción preferencial por el pobre
4.- La solidaridad
El concepto de justicia constituye uno de los
núcleos primarios en los que se expresa y se
configura la conciencia ética occidental.
El significado de la justicia hay que captarlo
situándola en la matriz ideológica en la que
nació La interacción de los tres factores
básicos de la cultura occidental: la religión
judeo-cristiana, la filosofía griega y el derecho
romano.
Noción judeo-cristiana: introduce rasgos de
mesianismo, escatología, utopía. Para el judeo-
cristianismo, la justicia es una promesa divina
(un “trabajo del hombre”), una realización
presente y un horizonte de esperanza
escatológica.
La filosofía griega: introduce el logos clarificador.
Adquiere la precisión de la noción, la armonía de
la división y la claridad de la sistematización.
El derecho romano: proporciona a la justicia la
concreción de “positivización” jurídica que
precisa. Verificación de contenido, exigibilidad
de la vinculación, sociabilidad en la
exteriorización.
Sin embargo, en la reflexión teológico-moral de los últimos
siglos, la justicia fue perdiendo la fuerza inicial y cayendo
en algunas ambigüedades que desvirtuaban notablemente
su función específica:
a.- Al concretar el objeto de la justicia en el “ius”, la función
de la justicia queda “enmarcada” y “prejuzgada” dentro de
un orden previamente establecido, perdiendo así la fuerza
de la criticidad radical.
b.-Al enfatizar la nota de exigibilidad, la justicia queda
orientada hacia el “mínimo legal”, propiciando la confusión
de la moral y el derecho.
c.- La prevalencia de la justicia “conmutativa” frente a la
distributiva y la social supone una opción por la orientación
individualista en el planteamiento y en la solución de los
problemas ético-sociales. [En contraste con
la justicia distributiva, que toma en cuenta las diferencias de
mérito, Aristóteles concibe a la justicia conmutativa como la
que da a cada quien independientemente de sus
particularidades.]
La categoría moral de la justicia debe seguir
orientando la formulación de la ética social.
Pero, para ello ha de ser sometida a una
reorientación. Dicha reorientación ha de
realizarse siguiendo estos tres causes:
1.- La justicia como ideal utópico de igualdad
2.- La justicia como cuestionamiento radical
3.- La justicia como dinamismo de cambios
profundos.
Una de las formas de verificar hoy la dignidad
del hombre es la “aspiración a la igualdad”. La
ética social tiene sentido y funcionalidad en la
búsqueda permanente de la igualdad
humana; la “aspiración a la igualdad” es
principio y meta del ethos social.
La ética social que tenga la pretensión de
apoyarse sobre el fundamento de la justicia,
tiene que proyectarse necesariamente bajo el
impulso de la opción por la igualdad.
Con frecuencia se ha utilizado la justicia como una
actitud ética al servicio del orden establecido.
Prevalencia de lo “legal” por encima de lo “ético”.
La justicia así entendida, se convertiría en ciertas
ocasiones en justificación y apoyo de injusticias
estructurales.
Es necesario recuperar la noción de justicia como
“cuestionamiento” ético anterior a los
ordenamientos jurídicos. La justicia es una
instancia ética no domesticable por el orden
establecido; lo trasciende mediante su capacidad
crítica, que escapa a todo intento de manipulación.
Concepto de “Justicia social”