Texto: Dr.

Ernesto
¡Alabad a Dios pues por la palabra de Dios fueron hechos los
cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. Él
habló, y fue hecho; Él mandó, y se estableció. Dios hace
nulo el consejo de las naciones, y frustra las maquinaciones
de los pueblos (Salmo 33:1-10).
 La mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), es fácilmente
observable, madura en 12 días, y “se reproduce por miles, en envases
con leche. Bastan unos plátanos para alimentarlas a todas, y su ciclo de
vida es corto (15-21 días). Sólo tienen cuatro pares de cromosomas
(13,600 genes).” *R. Milner, Encyclopedia of Evolution 1990, p. 169.

Nota: (*) significa que no es creacionista.

 A partir de 1906 y durante 30 años, el zoólogo *Thomas H. Morgan
(premio Nobel 1933), se dedicó a la investigación genética, y expuso a
miles de generaciones de moscas de la fruta (equivalentes a todas las
generaciones de humanos que hubieran existido en millones de años
sobre la Tierra), a radiaciones, sustancias químicas y agentes biológicos
(virus), con el fin de causarles mutaciones, logrando causar solo
monstruosidades; pero nunca su cambio a una nueva especie.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 “La mosca de la fruta ha sido el objeto favorito de los experimentos de
mutación. (Desde 1928, gracias a *H. J. Muller), los rayos X
incrementaron en 15,000 % el índice de sus mutaciones. Esto equivalente
a muchos millones de años de mutaciones naturales (espontáneas), y de
evolución”. *Jeremy Rifkin, Algeny (1983), p. 134.
Nota: (*) significa que no es
creacionista.
 La irradiación de la pequeña mosca de la fruta, permitió calcular
cuántas mutaciones eran benéficas, neutrales, o dañinas. Pero “bajo
cualquiera de las circunstancias hasta ahora diseñadas, las moscas de
la fruta se rehúsan a convertirse en otra cosa que no sea mosca de la
fruta.” *Francis Hitching, Where Darwin Went Wrong 1982, p. 61.

Nota: (*) significa que no es creacionista.

 “En los organismos mejor conocidos, como la Drosophila, se han
identificado innumerables mutaciones. Si fuéramos capaces de combinar
mil o más de estas mutaciones en un solo individuo, el resultado no se
parecería en nada a algo reconocible como una (nueva) especie en la
naturaleza.” *Richard B. Goldschmidt, American Scientist, Enero 1952, p.
94.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 “De las 400 mutantes (ahora ya son mil) que la Drosophila ha
mostrado, no existe una que pueda calificarse como nueva especie.
Por lo tanto, no parece ser que el problema central de la evolución,
pueda ser resuelto a base de mutaciones.” *Maurice Caulery, Genetics
and Heredity, 1964, p. 119.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 Además, se concluyó que “la exposición a la irradiación de alta energía
de cualquier tipo, y a cualquier dosis, es en potencia dañina, pues las
mutaciones por lo general, son proporcionales a la dosis recibidas y su
efecto es acumulativo”. *E. J. Gardner, Principles of Genetics, 1964, p.
192.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 “La mayoría de los mutantes en un organismo, muestran, con relación
a sus predecesores, desventajas en mayor o menor medida. Los
mutantes clásicos de la Drosophila, muestran deterioro, fallas, o
desaparición de algunos de sus órganos.” *Dobzhansky, Evolution,
Genetics and Man, 1955, p. 105.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 “No debe olvidarse que la mutación (se supone que) es la fuente de
toda variación genética presente en las poblaciones naturales, y lo único
que daría material nuevo y disponible para que la selección natural
trabaje.” *E. Mayr, Populations, Species and Evolution, 1970, p. 103. *T.
Dobzansky, en American Scientist, 45 (1957), p. 385.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
Pero el Paleontólogo de Harvard, Stephen Jay Gould (1985), dijo: “Una
mutación no produce en gran cantidad, nueva materia prima. No se
hacen nuevas especies a base de mutar las existentes. Es una idea
popular que la evolución es producto de mutaciones al azar, pero las
mutaciones no son la causa de los cambios evolutivos.”
Luigi Cavalli-Sforza, el famoso genetista de la Universidad Stanford que
encabezó el proyecto del genoma humano, dijo: “La evolución resulta
por la acumulación de nueva información. Las mutaciones genéticas
son espontáneas y por azar. Rara vez son benéficas y más
frecuentemente son inconsecuentes o perjudiciales.”
 “Sostengo que si al ‘azar’ se le da una interpretación seria y crucial
desde el punto de vista de la probabilidad, dicho postulado del azar, es
inverosímil en grado sumo; y que una adecuada teoría científica de la
evolución, debe aguardar el descubrimiento y elucidación de nuevas
leyes naturales.” Murray Eden, Mathematical Challenges to the
Neo-Darwinian Theory of Evolution, 1967, p. 109.
Pierre Paul Grassé (libro: La Evolución De Lo Viviente. 1977) agrega:
“independientemente de lo numerosas que sean, las mutaciones no
producen ningún tipo de evolución.” Y Crow y Cartwright concluyen:
“Las mutaciones que afectan el fenotipo (aspecto exterior del
organismo) casi siempre son perjudiciales.”
“Se ha encontrado que las mutaciones son de naturaleza azarosa, en lo
que se refiere a su utilidad, y en más del 99%, son dañinas en alguna
forma, tal y como se esperaría de los efectos causados por sucesos
accidentales.” *H.J. Muller, American Scientist, Enero 1950, p. 35.

Nota: (*) significa que no es creacionista.

“Una proporción de mutaciones favorables de una en mil, no suena
como mucho, y quizá sea generosa, ya que muchas de las
mutaciones son letales e impiden que el organismo sobreviva. El
resto, ‘desengrana,’ aunque sea discretamente, a la maquinaria.”
 Así, “aún no se ha dado la prueba absoluta de que, en condiciones
naturales, las mutaciones sean usadas para la evolución. *Julian Huxley,
Evolution, the Modern Synthesis, pp. 183 y 205, y Evolution in Action p.
41.
Nota: (*) significa que no es creacionista.
 Ahora, pues, ¿qué pide Dios de ti, sino que le temas y
andes en todos sus caminos; y que lo ames, y sirvas con
todo tu corazón, y con toda tu alma? He aquí, de tu Dios
son los cielos, y los cielos de los cielos: la tierra, y todas las
cosas que hay en ella. Porque nuestro Dios, es Dios de
dioses, y Señor de señores, Dios grande y poderoso
(Deuteronomio 10:12-17).