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La fatiga mental se produce cuando hay un exceso de carga mental en el trabajo, como consecuencia de la tensión que este provoca. Algunos de los factores que influyen en la aparición de la fatiga son las condiciones ambientales como la iluminación y el ruido, la organización de las tareas y la falta de pausas adecuadas. La fatiga es un mecanismo de regulación del organismo que indica la necesidad de descanso.
La fatiga mental se produce cuando hay un exceso de carga mental en el trabajo, como consecuencia de la tensión que este provoca. Algunos de los factores que influyen en la aparición de la fatiga son las condiciones ambientales como la iluminación y el ruido, la organización de las tareas y la falta de pausas adecuadas. La fatiga es un mecanismo de regulación del organismo que indica la necesidad de descanso.
La fatiga mental se produce cuando hay un exceso de carga mental en el trabajo, como consecuencia de la tensión que este provoca. Algunos de los factores que influyen en la aparición de la fatiga son las condiciones ambientales como la iluminación y el ruido, la organización de las tareas y la falta de pausas adecuadas. La fatiga es un mecanismo de regulación del organismo que indica la necesidad de descanso.
La fatiga mental es originada por el trabajo psíquico o
nervioso, y se caracteriza por fenómenos conscientes y por fenómenos objetivos. Los primeros constituyen la sensación de fatiga, cansancio o agotamiento, que unida a diversas molestias, integra la llamada fatiga subjetiva.
Cuando alguien afirma que se está fatigando,
generalmente lo hace porque siente que el esfuerzo que realiza para lograr el trabajo le resulta progresivamente más penoso, y va acompañado de malestares tales como sensaciones dolorosas de tensión, congestión, vacío, etc. Los trabajadores que indican que en su puesto existen variables generadoras de fatiga mental señalan, de forma mayoritaria, la presencia de causas de riesgo de accidente. Esta relación es significativa en muchos casos, de los que queremos resaltar algunos:
La presencia por separado de las variables de
fatiga mental atención y ritmo elevado se relaciona significativamente con las causas de riesgo el área de trabajo o superficie es insegura, hay que sacar la producción por encima de todo, el trabajo obliga a realizar operaciones peligrosas, falta de espacio y causas relacionadas con el tráfico La presencia de la variable tareas repetitivas y de corta duración ha resultado asociada a las causas de riesgo por cansancio o fatiga y causas relacionadas con el tráfico.
La fatiga mental ocasionada por el trabajo se
produce básicamente en las personas que tienen un exceso de trabajo de tipo intelectual, donde se exige un gran esfuerzo mental de forma continuada, tales como: comprensión, razonamiento, solución de problemas, memoria, etc. La fatiga mental provocada por el trabajo es una consecuencia de la tensión que éste produce y suele eliminarse mediante un adecuado descanso.
La fatiga es un mecanismo regulador del organismo,
y tiene un gran valor adaptativo en tanto y cuanto que indica la necesidad de descanso.
Cuando aparece la fatiga mental en el trabajo se
produce una disminución significativa de los niveles de atención, provoca un pensamiento lento lo cual disminuye el nivel de respuesta a los problemas, y provoca una disminución significativa de la motivación hacia el trabajo. Estas situaciones producen una bajada en el rendimiento profesional, reducen la actividad y hay un aumento de errores en la ejecución de las tareas encomendadas.
En el organismo la fatiga mental produce
diversos trastornos psicológicos y psicosomáticos tales como: irritabilidad, inestabilidad emocional, ansiedad, estados depresivos, alteraciones en el sueño.
Como alteraciones psicosomáticas pueden
producirse: astenia, mareos, dolor de cabeza, dolores musculares, problemas digestivos, alteraciones cardíacas, etcétera. Para prevenir la fatiga mental hay que mejorar las condiciones de trabajo y la organización de las tareas del puesto de trabajo.
Desde las condiciones ambientales en el
entorno de trabajo tales como: iluminación, ruido, calidad del aire, climatización; equipamiento del puesto de trabajo: mobiliario ergonómico, útiles y herramientas de trabajo. Una de las mejores recomendaciones que existen para prevenir la fatiga consiste en la organización del tiempo de trabajo de manera que permita la realización de pausas.
Si se realizan pausas a lo largo de la jornada
de trabajo, se puede prevenir el estado de fatiga.
Pero para que las pausas sean realmente
efectivas deben permitir desconectar de los temas del trabajo y que la persona pueda apartarse físicamente del puesto de trabajo, cambiando el foco de atención. Otras medidas convenientes para reducir la fatiga son:
Mejorar la información y documentación que
se maneja, mejorar también tipo de soporte de esta información.
Incorporar al trabajo variedad de tareas de
distinto tipo y responsabilidad para evitar la monotonía.
Evitar el aislamiento, posibilitando la
comunicación entre los trabajadores.
Facilitar entre los trabajadores las relaciones
de cooperación, tanto formales como informales. La fatiga se produce cuando hay un exceso de carga mental en el trabajo.
Es decir, cuando las exigencias de nuestra tarea diaria -
esfuerzo requerido, ritmo de trabajo, nivel de atención, tensión emocional- superan nuestra capacidad de respuesta.
Esto puede ocurrir en trabajos que requieren una
intensa actividad intelectual o una implicación emocional fuerte.
Pero también en trabajos que aun siendo monótonos y
repetitivos exigen atención continua. En todo caso, es más frecuente en puestos sedentarios, con poca actividad física. En una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo a finales de 1999, dos de cada tres personas que decían mantener un ritmo alto de trabajo y un nivel elevado de atención durante más de la mitad de la jornada presentaban síntomas claros de fatiga.
En este punto, sin embargo, conviene aclarar dos
cosas: primero, que la fatiga no siempre está motivada por el trabajo; segundo, que nunca está motivada sólo por el trabajo.
Los hábitos poco saludables en la vida diaria y las
circunstancias personales del individuo también influyen. La fatiga, además, es un síntoma habitual en muchas enfermedades graves, por lo que el afectado no debe confiarse pensando que el problema está causado por el trabajo, la falta de sueño y una dieta poco recomendable. La visita al médico es obligada. La sensación de fatiga, sea o no síntoma de otra enfermedad, nos indica la necesidad de descanso.
Es un mecanismo regulador del organismo. Cuando
aparece, nuestro cuerpo y nuestra mente ponen en marcha sistemas de defensa sin que seamos conscientes de ello: ralentizamos el ritmo de trabajo, hacemos más comprobaciones de las habituales y aplazamos las tareas más críticas.
Todo esto ocurre cuando la fatiga ya es una realidad.
Pero, ¿cómo evitar que aparezca? Lo primero que hay que hacer es fortalecer la propia capacidad de resistencia mejorando los hábitos de alimentación, descanso y ejercicio.
Son tres factores que, por sí solos, pueden provocar
una sensación de cansancio permanente si no se les presta la debida atención. La organización de las tareas del puesto de trabajo también es clave para prevenir la fatiga. La asignación de funciones a cada trabajador y el establecimiento de timings razonables dependen fundamentalmente de la empresa, pero la persona también puede tomar algunas medidas:
Establecer objetivos parciales de trabajo a lo largo del
día ayuda a tener una sensación de avance, de 'cosas terminadas', que previene la fatiga.
El problema de estas metas parciales es que, si no se
distribuyen correctamente y resulta imposible alcanzarlas a la hora prevista, originan lo que algunos expertos llaman 'agendas calientes' y acaban teniendo un efecto contrario al deseado. Es muy importante poder hacer pausas durante la jornada. Pausas que serán mucho más reparadoras si se cumplen dos condiciones: que el trabajador las pueda distribuir según sus necesidades y que verdaderamente permitan 'desconectar'.
Estar esperando una información o una llamada de
teléfono no es hacer una pausa, porque la persona permanece alerta. Sí lo es alejarse del puesto de trabajo y cambiar el foco de atención durante unos minutos.
Las condiciones ambientales en el entorno de trabajo
también pueden influir en la aparición de la fatiga.
La mala iluminación o el exceso de ruido obligan a
hacer un esfuerzo suplementario que provoca más cansancio. a) Reflejos y deslumbramientos
Los puestos de trabajo deberán instalarse de tal forma
que las fuentes de luz, tales como ventanas y otras aberturas, los tabiques transparentes o translúcidos y los equipos o tabiques de color claro no provoquen deslumbramiento directo ni produzcan reflejos molestos en la pantalla.
Las ventanas deberán ir equipadas con un dispositivo
de cobertura adecuado y regulable para atenuar la luz del día que ilumine el puesto de trabajo.
b ) Ruido
El ruido producido por los equipos instalados en el
puesto de trabajo deberá tenerse en cuenta al diseñar el mismo, en especial para que no se perturbe la atención ni la palabra. c) Calor.
Los equipos instalados en el puesto de trabajo no
deberán producir un calor adicional que pueda ocasionar molestias a los trabajadores.
d) Emisiones.
Toda radiación, excepción hecha de la parte visible del
espectro electromagnético, deberá reducirse a niveles insignificantes desde el punto de vista de la protección de la seguridad y de la salud de los trabajadores.