• Actualmente, la mayor parte de la población mundial
permanece ajena al progreso social y económico alcanzado con la globalización y enfrenta serias dificultades incluso para satisfacer sus necesidades más básicas, como comer y alimentarse. • No en vano, cada cuatro segundos muere una persona por causas relacionadas con el hambre, mientras más de mil millones aún se encuentran en situación de extrema pobreza. • En este sentido, la globalización no solo se ha transformado en una gran plataforma de integración, desarrollo y bienestar, sino que también, en un complejo escenario que plantea grandes retos a los gobiernos e instituciones internacionales, que tienen la responsabilidad de superar esas dificultades si queremos vivir en un mundo más justo, más próspero y en armonía con el medio ambiente. Los contrastes económicos
• Nuestro mundo global está poblado de
fuertes contrastes económicos y sociales. • En los países más desarrollados (Estados Unidos, Canadá, gran Contraste en el PIB per cápita mundial UNIDAD 6 | 250 | parte de los Estados europeos, Japón, Australia y Nueva Zelanda) vive menos del 20 % de la población mundial, pero poseen más del 80 % de la riqueza total del planeta. • Entre los Estados más pobres –que se localizan en Asia meridional y oriental (Afganistán, Timor Oriental, Pakistán…), en Centroamérica (Haití) y, sobre todo, en el África subsahariana– y los más ricos del mundo se abre una enorme brecha, que es cada vez mayor. • Por estas razones, y durante los últimos años, han surgido diversas críticas a los efectos de la globalización, especialmente en términos de la distribución del ingreso global, y de la alta dependencia de las naciones menos desarrolladas respecto de la exportación de materias primas. • Lo anterior no hace más que dejar en evidencia que la globalización es asimétrica, es decir, un proceso que no ha sido, ni es igualitario, entre aquellos países que están “conectados” y los que no lo están. Las disparidades en el consumo
• Mientras en las sociedades más ricas se
produce un consumismo desmedido, las más pobres viven una situación de auténtica subsistencia. • La diferencia más preocupante se da en el consumo de alimentos. • En un extremo se encuentran los países más desarrollados, donde la obesidad se considera la «epidemia del siglo XXI». • Por ejemplo, en Estados Unidos, la ingesta media de calorías diarias supera las 3 600, lo que permite hablar de sobrenutrición. • En el otro extremo se sitúan numerosos países de África subsahariana y algunos de Asia y de Latinoamérica. • En ellos, un elevado porcentaje de sus habitantes padece desnutrición crónica, porque no tiene acceso a los alimentos necesarios que les aporten las 2 100 calorías diarias mínimas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Consumo de energía…
• El 80 % del consumo total de energía en el
mundo se concentra en América del Norte, Europa occidental, Japón, Rusia, Australia y Nueva Zelanda. Mientras, 2 500 millones de personas dependen de la leña para obtener la energía que necesitan. Consumo de bienes y servicios mas caros…
• Las diferencias son aún mayores en otros bienes y
servicios más caros, como televisores, electrodomésticos, computadores o el acceso a la información. Así, los países más pobres se ven privados de los avances tecnológicos y están excluidos de la actual revolución de la información y las comunicaciones. Comercio y desigualdad…
• Con la globalización y el incremento del comercio exterior, se
esperaba reducir la pobreza y la desigualdad entre los países. • Sin embargo, los estudios empíricos han puesto de manifiesto que la reforma del comercio no siempre ha impulsado una mejor distribución del ingreso, y que, en algunos países en desarrollo, ha aumentado la desigualdad salarial entre los trabajadores muy cualificados y poco cualificados después de la liberalización del comercio. • Por otro lado, la mayoría de los países subdesarrollados sufren el bloqueo de sus exportaciones agrícolas por parte de los países desarrollados que protegen su producción mediante la fijación de elevadas tasas y, sobre todo, mediante la concesión de grandes subvenciones a sus agricultores, lo que les permite rebajar los precios de los productos y hacerlos más competitivos • Los países pobres también encuentran barreras comerciales a las exportaciones de textiles, alimentos procesados, bebidas y otros productos. Según Naciones Unidas, las barreras comerciales que enfrentan los países en desarrollo cuando exportan a los países ricos son tres veces superiores a las que enfrentan los países ricos cuando comercian entre sí. • Así, en el comercio mundial, la participación conjunta de los países del África subsahariana, cuyas poblaciones suman cerca de 700 millones de habitantes, es menor que la de Bélgica, con 10,5 millones de habitantes. En consecuencia…
• Las desigualdades y fuertes contrastes económicos
presentes en el mundo global requieren de una urgente solución que permita disminuir las enormes diferencias entre naciones, haciendo extensivo los beneficios de la globalización a los actores de todo el mundo y no solo a quienes pertenecen a las naciones más desarrolladas. • En este sentido, y ante la probabilidad que en el corto plazo aumente el número de personas en condición de pobreza en las naciones en vías de desarrollo, se estima necesario tomar una serie de medidas para evitar que se produzca esta situación. • Por ejemplo: • Incrementar el flujo de capital hacia las regiones menos avanzadas; aumentar la participación de los países más pobres en el mercado internacional; facilitar el acceso a las tecnologías modernas; disminuir las trabas a la migración internacional y el libre movimientode trabajadores no calificados. • Aquellas alternativas extraídas de las recomendaciones del Banco Mundial y Naciones Unidas, parecen apuntar a un desarrollo económico global más equitativo y que no descarta la construcción de nuevas alternativas. • Después de todo, la pobreza es una realidad que millones no tienen otra opción que enfrentarla todos los días. Incluso, en estos instantes.