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RADIOFARMACOS

JULIETH DAYANA BECERRA RINCÓN


QUIMICA FARMACEUTICA
GRUPO N
EMISORES ALFA
Alto poder ionizante y corta penetración por esto son utilizados para terapia
de enfermedades localizadas.

223
Ra tiene un tiempo medio de 11,4 días y ha sido estudiado para la terapia
de tumores óseos en ratones y ratas.
225
Ac tiempo medio de 10 días es también un radioisótopo atractivo para la
endoradioterapia y sus subsiguientes hijos se liberan alrededor de 27 MeV.
Los datos de biodistribución indican que la inyección de 225Ra debe ser un poderoso
agente para producir la muerte de células asociadas con el hueso; sin embargo, la
toxicidad de este radioisótopo, que es similar a la de otros emisores alfa,
limita la dosis que puede ser tolerada.

La radioinmunoterapia se ha probado clínicamente en pacientes con linfoma no


Hodgkin, la mayor transferencia lineal de energía (LET) de las partículas alfa
permiten una destrucción de las células tumorales mas eficiente y selectiva, sin
embargo hay varios obstáculos para el uso de la inmunoterapia con partículas alfa,
que incluyen problemas con la quimica de la quelación y toxicidad para los tejidos.
EMISORES BETA NEGATIVOS

Los emisores de partículas β- se han utilizado clásicamente en los radiofármacos


terapéuticos. Estas partículas, de baja transferencia lineal de energía (LET por
la sigla en inglés) , actúan indirectamente a través de la generación de los
radicales libres. El rango o alcance de las partículas β- se refleja en sus
requerimientos de biodistribución, que no son tan restrictivos como en los
emisores de electrones Auger, dado que un radionucleído emisor β-, aún
distribuido inhomogéneamente en un tumor, puede irradiar uniformemente al
mismo
El 90Y es un emisor beta puro con un período de semidesintegración de 64
horas que por desintegración se transforma en Zr. Tiene una alta energía beta y
un recorrido efectivo de 5,3 mm2 que corresponde a 100-200 diámetros
celulares, dando un amplio efecto de “fuego cruzado” cuando se conjuga con un
anticuerpo monoclonal tal como el ibritumomab. Se postula que este efecto
aumenta la destrucción tumoral más que los anticuerpos no marcados por
irradiación de las células tumorales no unidas al anticuerpo, y puede ser
particularmente beneficioso en pacientes con tumores voluminosos o
pobremente vascularizados
RADIOFARMACOS PARA TERAPIA
DE CANCER
Los radionucleidos más apropiados para la terapia de los huesos son los que emiten
partículas beta de mediana energía en la desintegración. Se ha demostrado la eficacia
de las partículas beta de una energía de 1 a 2 MeV, ya que pueden penetrar los escasos
milímetros del tejido maligno sin rebasarlo y, por ende, sin comprometer demasiado la
médula ósea, lo cual es una característica de importancia capital en el diseño de RPT
nuevos para la terapia ósea.

Además del fósforo 32 y el estroncio 89, hay varios radionucleidos que están
despertando interés rápidamente en relación con la terapia del cáncer óseo. Entre éstos
se incluyen el samario 153, el renio 186 y, en menor medida, el holmio 166 y el disprosio
165. El renio 186, el samario 153 y algunos otros radionucleidos osteófílos se pueden
producir en reactores de investigación de flujo de neutrones de mediano a alto mediante
la irradiación neutrónica de los blancos apropiados.
BIBLIOGRAFIA

https://
humanhealth.iaea.org/HHW/NuclearMedicine/Radionuclide_Therapy/IAEATrainingCours
esandMeetings/RegionalTrainingCourseArgentina2012/presentations/Monday/1130hs_LI
C_CASTIGLIA.pdf

http://
sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/46740/Documento_completo.pdf?sequence=1

file:///C:/Users/JUDAB/Downloads/1275-4930-1-PB.pdf

https://www.iaea.org/sites/default/files/35105882427_es.pdf

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