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PHILIPPE JULIEN

PSICOSIS, PERVERSIÓN, NEUROSIS: La


lectura de Jacques Lacan
INTRODUCCIÓN
 Psicosis, perversión, neurosis. Esta clasificación
constituye una nomenclatura: un saber para compartir
que da el sentido de cada denominación. Pero la
verdad por su parte, es otra: <<Yo, la verdad,
hablo>>. Habla por la boca del analizante. Y no se
detiene. Por haber querido escucharla, Freud no dejó
de despertar para conquistar un saber siempre nuevo
sobre ella. Así, Freud no dejaría de correr para
desconcertar a los suyos, a sus discípulos, que creían
saber por fin a qué atenerse con él: <<¡Pero no, no es
eso!>>
 Y, a su turno, Jacques Lacan no dejaría de poner en
cuestión el sentido oficial de las definiciones: psicosis,
perversión, neurosis, pero no para borrar sus huellas
como lo quiso el DSM, sino para subvertir su
significación.
I. PSICOSIS
EL PASO QUE HAY QUE DAR

Como el lenguaje es la condición del inconsciente, Lacan, al retomar


el inconsciente según Freud, podrá abordar por fin la psicosis gracias
a la invención de una triple nominación: de lo simbólico,
representado por el significante; de lo imaginario, representado por
la significación; y de lo real.

Durante veinte años, desde 1932, Lacan quiso comprender la


psicosis, es decir, captar sus significaciones. Desde 1953 la actitud
es la inversa: ya no comprender sino explicar.

Primera ley: en cuanto causa de las significaciones, el significante


explica, porque lo simbólico determina lo imaginario y no al revés.
No hay imaginario puro. El significante procedente del Otro da tal o
cual significación a una imagen del cuerpo.
El paradigma de esta ley de la primacía de lo simbólico sobre lo
imaginario es el del significante fundamental que es el Nombre-del-
Padre. Solo este introduce la exclusión recíproca que es la diferencia
entre las generaciones y la prohibición del incesto.
 Segunda ley: si el significante falta, hay a cambio
proliferación de significaciones que suplen esa falta. El
Nombre-del-Padre es un puro significante. Si falta, se darán
significaciones que respondan a la pregunta: ¿qué es ser
padre?
 La cosa puede sostener durante un tiempo, pero
¿reemplaza realmente al significante faltante? Es cierto,
Lacan constata esta suplencia:
<<Así, la situación puede sostenerse mucho tiempo, los
psicóticos viven compensados, tienen en apariencia los
comportamientos ordinarios considerados como
normalmente viriles, y de repente, de manera misteriosa,
Dios sabe por qué, se descompensan>>
Es preciso, por lo tanto, abordar por fin la cuestión
fundamental: <<¿Qué convierte en súbitamente
insuficientes las muletas imaginarias que permitían al
sujeto compensar la ausencia del significante? ¿Cómo
vuelve el significante a formular sus exigencias en cuanto
tales? ¿Cómo interviene e interroga lo que faltó?>>
LA PSICOSIS, UNA RESPUESTA AL ACONTECIMIENTO

 No hay psicogénesis de la psicosis, si se entiende por génesis


un movimiento inmanente que conduce necesariamente a tal
o cual término.
 Aquel a quien se llama prepsicótico no es reconocible como
tal. Al parecer, se comporta como todo el mundo, socialmente
hablando, se las arregla bastante bien para abrirse camino.
¿De qué manera? <<Por medio de una imitación, un
enganche>> a la imagen del semejante, del par, que le sirve
de muleta, el prepsicótico puede vivir sin que se declare una
psicosis. Vive <<en su capullo, como una polilla>>.

 La cosa se repite en el par hasta el día en que aparece el


impar: puede ser que el acontecimiento, como encuentro con
lo real, trastorne ese equilibrio.
UN NUEVO REPARTO DE CARTAS

 Puede suceder fortuitamente que un


acontecimiento, como encuentro con lo real,
rompa con las significaciones adquiridas; se les
escapa.
 La verdad singular sobrepasa el saber que
respondía hasta ese momento. Había
coincidencia entre saber y verdad, y resulta que,
de improviso, el acontecimiento se erige en
suplemento.
 En efecto, es transgresión de las reglas admitidas
y de las garantías reconocidas de acuerdo con lo
que ordena la ley de los intercambios. El
acontecimiento es uno de más, que hace impar.
 En cada ocasión, con una nueva verdad, el saber falta y la interrogación
queda suspendida.

 ¿Cuál va ser la respuesta psicótica a esta interrogación? Para que una


psicosis llegue a dar respuesta, se requiere ante todo la co-incidencia de
dos <<caídas>>, el encuentro fortuito de dos elisiones, una en lo
imaginario, la otra en lo simbólico: yuxtaposición de dos agujeros.

LA ELISIÓN EN LO IMAGINARIO
Lacan retoma su esquema L, que articula dos diagonales: la de la relación en
lo simbólico (A S) y la de la relación en lo imaginario (a ’ a)
La relación en espejo según la imagen puede sostener una
distancia a lo largo de toda una vida, salvo que un día no
logre proporcionar la respuesta exigida por la novedad de la
aparición de tal o cual acontecimiento. En efecto, para
responder a ella, el modelo de las significaciones que dan
los otros ya no basta.
Schreber, hace esta observación respecto de su designación
como presidente de la cámara en la corte de apelaciones:
<<esta tarea era tanto más pesada cuanto que los
miembros del consejo (compuesto por cinco jueces) cuya
presidencia tenía que asumir me superaban en edad, y con
mucho (hasta en veinte años) >>
 Hay inversión de generaciones. En ese caso ¿cómo asumir entonces una
función de autoridad paterna de presidente? Solo es posible hacerlo
pasando del otro al Otro, del apoyo de lo especular al apoyo de la palabra, o
bien de las significaciones establecidas a los significantes puros como
fundadores de nuevas significaciones.
 Si ese pasaje se efectúa, el sujeto puede tomar por sí solo la palabra y hacer
frente al acontecimiento. Ahora bien, el pasaje requiere que en el Otro, lugar
de los significantes, se inscriban para el sujeto los significantes
fundamentales de la existencia humana, en particular el de la paternidad: el
Nombre-del-Padre. Con esta condición, el sujeto que debe cortar amarras
con lo especular puede internarse pese a todo en lo desconocido, con la ley
del significante inconsciente como único apoyo.

LA ELISIÓN EN LO SIMBÓLICO

Hemos visto la primera elisión. Un día, lo imaginario que hacía de sostén y


referencia en la prepsicosis falla. Así, podía señalar en Schreber una
incertidumbre acerca de su identidad sexual: ¿qué es ser un hombre, una
mujer? Los modelos ya no bastan para responder. Hay descompensación.
Pero una psicosis se desencadena cuando a esa falla se suma, coincide con
ella una segunda, debido al encuentro con otro acontecimiento: el llamado a
un significante de base, llamado procedente de una autoridad calificada de
paterna y dirigido al sujeto.
 Ahora bien, esta invocación situada en el Otro, lugar de los significantes primordiales,
no es recibida por el sujeto. Esos significantes son forcluidos, abolidos, sin Bejahung
posible. Allí mismo donde hay elisión de las significaciones en lo imaginario, el sujeto no
puede responder: hay elisión en lo simbólico. El llamado abre en el prepsicótico un vacío
insoportable en el orden simbólico.

 En efecto, el significante del Nombre-del-Padre no es transmitido al sujeto ni por un


hombre que se declara padre ni por la sociedad política o religiosa, sino por el deseo de
la madre en cuanto mujer. Ella instaura esta metáfora: sustituye el significante de su
deseo, que es enigmático para el niño por carecer de significación, por otro significante,
el del padre, el significante de la paternidad. Y de esa metáfora nace una significación:
el falo, es decir, lo que falta en la madre y es la razón de su deseo de mujer.

 Así, a la angustia del sujeto frente al enigma del deseo de la madre, esta misma
responde transmitiendo el significante de su falta. Tal es la condición previa del Edipo
freudiano.

 Entonces, después de esta transmisión primordial, pueden resultar para el sujeto


diversas significaciones de la paternidad de acuerdo con la singularidad de su historia y
su cultura; la desaparición o el cambio de aquellas no es catastrófico.

 Si, al contrario, el Nombre-del-Padre está forcluido, habrá que adicionar sin cesar
significaciones como respuesta al ser padre, con el riesgo de que algún día la adición no
baste. Por ejemplo, se definirá al padre como genitor, o quien se ocupa del niño, o quien
transmite el patronímico, o aquel a quien el niño reconoce y adopta como padre, y más.
Ninguna significación es decisiva, a menos que el significante del Nombre-del-Padre la
enganche, la polarice.
LAS DOS CARAS DE LA PSICOSIS
 Una psicosis se desencadena a partir de la coincidencia de dos agujeros en uno solo:
por una parte, la elisión en lo imaginario a raíz de la novedad de una elección a hacer,
y por la otra, la elisión en lo simbólico por la ausencia de apelación al Nombre-del-
Padre. A partir de ese agujero único no va a tardar en generarse un
desencadenamiento de la palabra según estos dos tiempos sucesivos: el de la
perplejidad, el de la convicción.

PERPLEJIDAD

Lo que en el Otro está forcluido de lo simbólico vuelve desde afuera en lo real. Allí
donde en el Otro se revela un vacío, surge lo que se denomina fenómenos elementales.
La psicosis se declara así: unas palabras se imponen al sujeto como si procedieran del
exterior con la forma de voces, como eco del pensamiento, enunciación de actos a
cumplir o comentarios sobre ellos. A raíz de un nuevo acontecimiento frente al cual el
sujeto no sabe qué hacer, he aqui que aparecen signos personalmente dirigidos a él.

Hay intrusión del significante: la cosa habla sola, automáticamente, según una
sonoridad específica, y suscita en el sujeto la impresión de que lo interpela; la cosa
habla para él.

<< Ese núcleo de la psicosis –dice Clérembault- es ideáticamente neutro>>. En efecto,


las voces no tienen nada de persecutorio; su neutralidad por lo tanto, no hace más que
acentuar la sensación de extrañeza causada por el enigma de su presencia insistente.
¿Qué hacer entonces con esa impersonalización? ¿Cómo salir de la perplejidad?
CONVICCIÓN
 La función del delirio es dar respuesta al enigma: <<una tentativa de
curación, una reconstrucción -escribe Freud-, lo cual permite al psicótico
reconstruir el universo, no en la verdad más espléndida, pero sí al menos de
tal manera que pueda volver a vivir en él. Lo reconstruye por medio de su
trabajo delirante>>. Trabajo de convicción.
 En el delirio, las voces del discurso interior se atribuyen a tal o cual otro, en lo
sucesivo nombrable y denunciable. Además, el delirio da significaciones a las
voces, y los significantes quedan reducidos a la mera función de expresarlas.
 En Schreber, el lugar en el que falta la metáfora paterna es ocupado por otra
metáfora: la de la impregnación, una fecundación femenina con vistas a la
procreación de una nueva humanidad bajo la influencia de Flechsig y luego
de Dios. Schreber “reconstruye al padre”. El padre vuelve en lo real desde el
exterior, en la medida en que, como Nombre, está forcluido desde siempre en
el Otro
 El otro quiere esas significacions: siempre es él quien tiene la iniciativa,
cualquiera sea la forma del delirio. No soy yo, es el otro quien hizo de mí el
centro de su universo.
 De tal modo, cuando el sujeto no ha podido responder a cierto llamado, el
delirio llega a recubrir la relación con el Otro mediante <<una abundancia
imaginaria de modos de ser que son otras tantas relaciones con el pequeño
otro>>. El Otro se afirma vigorosamente, pero en la modalidad de la relación
dual, imaginaria, por una proliferación de significaciones. Así, dice Lacan,
llega a restaurarse la estructura imaginaria.
Elisión Restauración
1. De lo imaginario 3. En lo real: perplejidad
2. De lo simbólico 4. En lo imaginario: delirio

¿QUÉ INCONSCIENTE?

La psicosis no compete al inconsciente como lugar de lo reprimido y de


su retorno en la neurosis. Ya en 1911, Freud reconoce otro mecanismo:

<<No era exacto decir que el sentimiento interiormente reprimido se


proyectó hacia afuera; vemos, más bien, que lo abolido en el interior
vuelve desde el exterior>>

Abolición, rechazo, cercenamiento, elisión. Lacan dirá: forclusión.


Ausencia de Bejahung referida a un significante y que pueda permitir
luego una represión por Verneinung.
Lacan refiere: <<Si el caso es bueno, cuando les falta
EQUIVALENCIA Y DISTINCIÓN
uno de esos anillos de cordel, ustedes tienen que
volverse locos. Y en eso consiste el buen caso, a saber,
que si hay algo normal, es que, cuando una de las
dimensiones se les va a pique por una razón cualquiera,
ustedes deben volverse locos>>.
Es el “buen caso” en comparación con el malo: la cosa
Si uno de los anillos de cordel se va a pique, otros dos se
mantienen juntos y <<eso quiere decir que uno es un
neurótico>>. Y Lacan agrega:

<<Aspecto en el cual, en verdad, siempre afirmé esto, que no se sabe lo


suficiente: que los neuróticos son incansables (…) ¡Ya les falte lo real, lo
imaginario o lo simbólico, siempre aguantan! >>

En 1973, Lacan había formulado una definición de la psicosis: el


desanudamiento de las tres consistencias. Pero dos años más tarde,
añade una precisión: la psicosis es el no anudamiento de tres; pero
esta negación puede significar no sólo ese desanudamiento que es la
“locura”, sino, de muy otra manera, un anudamiento que no se
sostenga sin un cuarto elemento.
 El sinthome hace nudo. <<¿Cómo anudar esas tres consistencias

independientes? Hay una manera que es la que yo llamo Nombre-


del-Padre. Es lo que hace Freud>>.
 El Nombre-del-Padre ya no es simplemente el nombre que nombra el

lugar del Padre en el orden simbólico, sino lo inverso: el Padre-del-


Nombre, el Padre nombrador.
 El Padre como nombre y como quien nombra no es lo mismo. El

Padre es el elemento cuarto sin el cual en el nudo de lo simbólico, lo


imaginario y lo real nada es posible.
 Sólo puede mantener unido todo eso porque <<todo se sostiene en

la medida en que el Nombre-del-Padre es también el Padre del


nombre>>
SER EL SINTHOMA
 El sinthome tiene función de suplencia y compensación cuando
hay forclusión del Nombre-del-Padre y por lo tanto ausencia de
anudamiento borromeo de las tres consistencias. Un cuarto
elemento llega entonces a actuar de empalme e impedir la
locura del desanudamiento.
 Se ejerce de maneras muy diversas según los casos, en lugar
del Nombre-del-Padre. Y cuando esa función fracasa ante la
novedad del acontecimiento, se desencadena una psicosis con
delirio.
 Ser un sinthoma, ser una personalidad: J. Joyce lo logró al
hacerse un nombre entre el público. Así, su ego tiene función de
sinthoma como suplencia y compensación de la psicosis. Al no
sostenerse la relación imaginaria com exclusión recíproca entre
el yo y el otro, es preciso un cuarto elemento, cuando el
Nombre-del-Padre está forcluido. Joyce es ese cuarto elemento
por su nombre propio. De ese modo, Joyce pudo evitar delirar.
Hay delirio cuanto el cuarto elemento no logra hacer nudo. Y, al
contrario, el delirio cesa el día en que se instaura el cuarto
elemento.
II. PERVERSIÓN
EL PUNTO DE INFLEXIÓN DE 1910

 Freud en primer lugar, efectúa la conjunción entre el descubrimiento de 1905 del


fetichismo del pie o de la cabellera como aberración de orden sexual (primero de los
Tres ensayos) y, por otra parte, el descubrimiento de 1908 respecto de que entre las
teorías sexuales infantiles están las consistentes en atribuir un falo a las mujeres.
Ese lazo se anuda en 1910 con Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci: el fetiche
es el Ersatz (sustituto) del falo de la madre.

 De tal modo, Freud se encamina hacia una nueva definición de perversión. A partir
del complejo de castración, la perversión recibe en 1927, en el artículo Fetichismo,
su verdadero nombre:
ni una represión ni una forclusión, sino una renegación (Verleugnung), es decir, una
doble posición a la vez: reconocimiento de que la madre no tiene el falo y negación de
este reconocimiento: la madre lo tiene a través del fetiche como falo desplazado. La
perversión es renegar de la diferencia sexual: todas las mujeres tienen el falo.

EL COMENTARIO DE LACAN
La lectura de Lacan consiste en trazar la distinción entre simbólico, imaginario y real.
Freud habla de la percepción visual de la ausencia de un órgano real en la mujer.
Lacan desplaza a Freud: no se trata de lo real, sino del falo simbólico imaginario. La
argumentación se ordena en tres tiempos:
1. LA MADRE NO TIENE EL FALO:
Si el niño ha recibido de su madre la significación fálica de su falta, puede entonces
hacerse para ella objeto fálico como imagen. El sujeto, es por la imagen de su yo lo que
falta en la madre: la madre no tiene el falo, por lo tanto, yo lo soy para ella.

2. LA ANGUSTIA
¿Cómo estar a la altura del deseo de la madre? De lo imposible de responder nace la
angustia de castración. Ser el objeto fálico imaginario para colmar el deseo de la madre es
la angustia misma de ser tragado por ella. Freud hablaba del horror a la castración de la
mujer. Lo hacía con referencia al fetichismo. En efecto, la perversión se origina allí como
consecuencia de la angustia.

3. LA MADRE TIENE EL FALO:


Tal es la Verleugnung: renegación de la primera posición, según la cual la madre no tiene
el falo. Así, el sujeto puede respirar: postula al fetiche como sustituto del falo faltante en
la madre. Allí donde falta en ella el falo simbólico, el sujeto sitúa un fetiche como falo
imaginario. La mujer, por lo tanto, “tiene el falo en el marco del hecho de no tenerlo”,
decía Lacan; hay clivaje, división, disyunción. Y el fetichismo se convierte en el paradigma
de toda perversión. El splitting por el lado del objeto materno tiene efecto de splitting por
el lado del sujeto: él es el falo y no lo es, porque la madre no lo tiene en cuanto deseante
y lo tiene como fetiche en cuanto está colmada. Así el sujeto no elige entre to be or not to
be el falo.

El fetiche es por consiguiente una defensa contra la angustia del deseo de la madre.
Instala una protección en un puesto de avanzada frente al peligro de ser devorado por el
deseo insaciable del Otro.
DELANTE O DETRÁS DEL VELO
 Lacan va a poder presentar a partir del fetiche la estructura de
cualquier perversión. Lo hace en su seminario La relación de objeto,
en el que muestra la doble función del velo o la cortina. El velo es a
la vez lo que oculta y lo que designa. En la perversión, la tarea del
sujeto es ocultar la falta fálica de la madre, a un tiempo que
designa con la ayuda del velo la figura de aquello que falta.

 El velo oculta la Nada que está más allá del Objeto en


cuanto deseo del Otro: la madre no tiene el falo. Pero
al mismo tiempo y pese a ello, el velo es el lugar en el
cual se proyecta la imagen fija del falo simbólico: la
madre tiene el falo.
DELANTE DEL VELO
 Esta proyección de la imagen fálica que oculta y designa
la Nada es lo que el sujeto coloca delante de él. Según
esta estructura, tenemos las siguientes perversiones:

1. El fetichismo:
Pone un velo sobre la falta fálica de la madre. El velo es el
Ersatz del falo desplazado sobre el pie, el zapato, la
cabellera, etc.
2. El masoquismo:
Freud describió el masoquismo en su artículo de 1919,
Pegan a un niño: es preciso que el Otro tenga el látigo como
poder fálico.
3. El voyeurismo:
El voyeur entra en el deseo del Otro por la hendidura, la ranura, el postigo o
cualquier pantalla. Enfoca el deseo del Otro, lo sorprende en su pudor y su
intimidad a través de la hendidura. En el fantasma, el sujeto es la hendidura,
fisura del velo que separa lo oculto de lo mostrado, lo privado de lo público del
espacio del Otro. Freud habló de ello con referencia a la escena primitiva
concerniente a los padres. Lo que el Otro deja ver sin saberlo es lo que permite
negar la falta fálica, de conformidad con la creencia perversa: todos los seres
humanos tienen un falo.

4. La homosexualidad femenina:
En su seminario La relación de objeto, Lacan comenta el artículo de Freud de
1920 titulado “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”.
En dicho caso, lo que la joven desea en la Dama está más allá de la mujer
amada; es lo que le falta, el falo simbólico. La perversión consiste en velar esa
falta mediante un sustituto: el hijo como imagen fálica.
Hay una inversión: en el lugar de la frustración del objeto real (el hijo) por el
padre simbólico, se establece una identificación con el padre imaginario. Ese
duelo del objeto demandado se cumple mediante la identificación con quien
podría darlo, pero lo ha negado.
Así, la joven se sitúa en la posición de la perversión: velar la falta fálica en la
Dama por el don del hijo como imagen fálica.
Al arrojarse a las vías del tren, la joven se hace la hija de la Dama, como
sustituto de la falta fálica en ella. Perversión lograda contra el padre.
DETRÁS DEL VELO
 Pero el fetiche como falo imaginario no siempre es puesto por el sujeto delante de la
Nada como más allá de la madre. A la inversa, puede ser puesto por un sujeto que,
al identificarse con la madre, lo presenta a partir de ese lugar situándose detrás del
velo, en <<el lugar de la madre>> dirá Lacan.

 Desde esta posición del sujeto detrás del velo se deducen varias perversiones
posibles:

 1. El travestismo: la actitud de envolverse en trajes femeninos es una identificación


del sujeto masculino con la madre poseedora del falo. Así, la protección contra la
angustia es exitosa y se trata de ocultar la falta de objeto: está precisamente donde
no está.
 2. El sadismo: el látigo, presentifica la imagen fálica. La identificación con la madre
protege de la angustia.
3. El exhibicionismo:
El exhibicionista “entreabre su pantalla”, como un pantalón que se abre
para ofrecerse a la vista del Otro, tocarlo “más allá de su pudor” y
ponerse a merced de su deseo. Deja ver para ver al Otro sorprendido por
el develamiento. Lacan decía: <<La técnica del acto de exhibir consiste,
para el sujeto, en mostrar lo que tiene en la medida en que el Otro no lo
tiene>>. El sujeto presentifica a la madre como si en ella no hubiera
falta.

4. La homosexualidad masculina
<<En el sujeto se trata de su falo –decía Lacan- pero, cosa curiosa, del
suyo en cuanto va a buscarlo en otro>> Porque se identifica con una
madre que debe tenerlo, es decir, <<en el lugar que ocupa la madre
que hace la ley para el padre>>. Identificación, no con el deseo de la
madre y tampoco con su amor, sino con su goce. El hijo, en tanto fue el
objeto de tal goce del Otro, lo perpetúa gozando a su vez de un objeto
semejante a lo que él mismo fue. Hay pues narcisismo en materia de
elección de objeto, pero al servicio del goce del Otro que debe
mantenerse.
UNA DESMENTIDA DE LO REAL

1960-1966: DEL FETICHE AL FANTASMA


Entre 1960-1966 Lacan hace silencio sobre la perversión. Lo que importa
está en otra parte: la invención del objeto a minúscula como causa del
deseo por el lado del sujeto puesto que hay incompletud de lo simbólico,
que Lacan anota S(A). El Otro está barrado; el significante que daría
respuesta al che vuoi? falta para siempre. Entonces, el sujeto engendra la
respuesta situando en ese agujero en lo simbólico, su fantasma.
Esa a minúscula como objeto parcial es lo pulsional mismo, subjetividad
según los cuatro objetos: pecho, heces, mirada, voz.

1966-1973: DEL DESEO AL GOCE


¿Cuál es la posición del sujeto en la perversión? No se conforma con el
fantasma como respuesta a la cuestión del deseo del Otro, sino que el
sujeto se hace objeto al servicio del goce del Otro.
Lejos de fundarse en un desprecio del Otro, el perverso es quien se
consagra a tapar ese agujero en el Otro. Se entrega y se dedica al goce
del Otro, para que el Otro exista no barrado, no incompleto. Así, según
las dos pulsiones, la escópica y la invocante, el sujeto se hace objeto a en
favor de un plus de gozar del Otro.
III. NEUROSIS OBSESIVA
EL HORIZONTE DE FREUD
DE 1894 A 1905

La innovación nosográfica de Freud consistió en hablar a partir de los síntomas de ideas o


actos compulsivos. Freud construye esta nueva neurosis por analogía con el mecanismo de la
histeria, de acuerdo con estos dos tiempos:

 Un primer tiempo, de orden etiológico. En la infancia hubo una excitación sexual precoz
donde hubo actividad con placer;
 un segundo tiempo. Los afectos que resultan de él, por ser inconciliables con el yo, se
separan de sus representaciones primeras para efectuar una falsa ligazón con nuevas
representaciones por desplazamiento. Esas son las obsesiones propiamente dichas como
formaciones de compromiso: reproches a sí mismo, inhibiciones para actuar, etc.

DE 1905 A 1913
En los Tres ensayos, se marca un punto de inflexión. Las defensas del yo actúan un retorno
regresivo al estadio anal. Toma su lugar en 1909 el análisis del Hombre de las ratas: la
revelación a este del horror de un goce ignorado por sí mismo se produce durante el famoso
relato que hace el capitan X de un suplicio oriental de orden anal. Contra esta representación
surgen conminaciones y juramentos: “Tú debes…”

DE 1913 A 1929
Freud aplica la relación intrínseca entre el Tú debes y la función del superyó. Se aplica al
superyó lo que incumbía al sadismo de la erótica anal. Hay desmesura en tanto que en la N.O los
procesos superan la medida normal, y el superyó se vuelve especialmente severo y duro mientras
que el yo, desarrolla importantes formaciones reactivas.
Hay inversión del sadismo de la erótica anal, se invierte para convertirse en agresión a sí mismo.
EL VERDADERO ESCÁNDALO

 Freud supo recoger la verdad que habla en los labios del obsesivo y la
transcribió en Tótem y tabú; el superyó es interiorización de un padre que
hace la ley; sólo se mata al amo para incorporarlo, y así, mejor
someterse a él.
 Debemos al mito de Freud al testimonio que el obsesivo aporta de su
estructura a lo que se revela en la relación sexual como imposible de
formular en el discurso.
 En el caso de la N.O el fin de análisis es el paso de la ley heredada por el
niño con la declinación del Complejo de Edipo, hacia la ley del deseo que
da un nuevo sentido a la castración: una negación creadora: “La
castración quiere decir que es preciso rechazar el goce, para que pueda
alcanzárselo en la escala invertida de la ley del deseo”.
 La N.O es el síntoma de las exigencias de la moral civilizada, nadie más
deseoso de normatividad que el obsesivo. Esa normalidad puede
soportarse por algún tiempo, hasta el día en que se revela la debilidad
del yo ante las coacciones del superyó.
IV. HISTERIA
LA RUPTURA FREUDIANA

 El psicoanálisis no se funda en otra cosa que la


regla fundamental, es decir, asociar con toda
libertad, no libremente, sino como se le ocurra.
La verdad habla así, habla histéricamente, en el
imprevisto, en el malentendido, con el síntoma,
el acto fallido, la palabra que surge repentina.
 La histérica nos presenta el nacimiento de la
verdad en la palabra, y de ese modo
tropezamos con la realidad de lo que no es ni
verdadero ni falso.
UNA TRIANGULACIÓN FUNDADORA

 La histeria es una tentativa de identificación con un


sujeto deseante cuyo objeto está en posición
tercera. Y esa identificación se produce gracias al
síntoma que le sirve de marca. En consecuencia, hay
a la vez nacimiento del deseo por identificación con
el otro deseante, e insatisfacción del deseo que se
debe mantener.
 El rasgo diferencial de la histérica es precisamente
este: en el movimiento mismo de hablar, constituye
su deseo.

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