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Trabajo de Dioses del

Olimpo y otros.
Realizado por Javier Corbacho Silva 4ºD
Hefesto/Vulcano
De sc e nde nc ia
Hefesto era hijo de Hera, con o sin la
cooperación de Zeus. Hefesto era bastante
feo, lisiado y cojo. Incluso se dice que, al
nacer, Hera lo vio tan feo que lo tiró del
Olimpo. Tanto es así, que caminaba con la
ayuda de un palo y, en algunas vasijas
pintadas, sus pies aparecen a veces del
revés.
Dominios

Hefesto es el dios del fuego y la forja, así


como de los herreros, los artesanos, los
escultores, los metales y la metalurgia.
La fragua de Vulcano
La forja de Hefesto estaba en el monte Olimpo, pero lo
habitual era situarla en el corazón volcánico de la isla egea de
Lemnos. Hefesto era identificado por los griegos con los
dioses-volcanes del sur de Italia Adranos y Vulcano.
Escritores clásicos posteriores siguieron esta idea
describiendo una forja del dios en las islas volcánicas de
Lipari, cerca de Sicilia. Los colonizadores griegos de esta isla
terminarían asociando la fragua de Hefesto con el Etna.
Atributos
Se le suelen atribuír un martillo, unas tenazas, un
yunque y un hacha.

Se le representa como un hombre con largos cabellos,


túnica sin mangas. Cojo y feo, pero cordial. Sabio,
competente, atareado en su fragua.
Mito
s
Un día su padre, furioso al verle tomar partido por Hera en una disputa, le
agarró por un pie y lo precipitó al vacío desde las alturas del Olimpo.
Hefesto cayó en la isla de Lemnos y quedó cojo a causa de la caída.
Según otras versiones fue su madre la que lo arrojó a la tierra,
avergonzada al verlo deforme y poco agraciado. Hefesto cayó durante
nueve días y noches hasta el mar, donde dos diosas del mar, una nereida
llamada Tetis (madre de Aquiles) y la oceánide Eurínome, lo recogieron y
lo cuidaron en la isla de Lemnos, donde creció hasta convertirse en un
maestro artesano. De mayor, Hefesto se vengó de Hera regalándole un
trono de oro que la inmobilizó con mágicas ligaduras en cuanto la diosa
se sentó en él. Hefesto puso como condición para liberarla que se le
permitiera regresar al Olimpo y recuperar su puesto entre los dioses
convirtiéndose en marido de Afrodita.
Mito
s
Debido a su inmensa belleza, Zeus temía que Afrodita fuera la causa de violencia
entre los otros dioses. Por ello la casó con Hefesto, el severo y malhumorado
dios del fuego y la fragua. Hefesto estaba contentísimo de haberse casado
con la diosa de la belleza y forjó para ella hermosa joyería, incluyendo el
cesto, un cinturón que la hacía incluso más irresistible para los hombres.
La infelicidad de Afrodita con su matrimonio hizo que buscase la compañía de
otros, normalmente Ares, pero también Adonis. Hefesto fue informado del
adulterio que su esposa mantenía con Ares por Helios. Como venganza,
atrapó ingeniosamente a Ares y Afrodita con una red de finas cadenas que
había dispuesto sobre el lecho para que cayeran al más mínimo contacto.
Entonces llamó a todos los demás dioses olímpicos para burlarse de ellos (sin
embargo, «las diosas se quedaron en casa, todas por vergüenza»); algún dios
desenfadado comentó que no le habría importado sentir tal vergüenza.
Hefesto no los liberó hasta que Poseidón le prometió que Ares pagaría
desagravios, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no
mantuvieron su promesa.

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