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Las soluciones químicas se pueden clasificar de varias maneras, incluyendo por su concentración (insaturadas, saturadas, sobresaturadas), cantidad de soluto (diluidas, concentradas), conductividad eléctrica (electrolíticas o no), y osmolaridad (hipotónicas, hipertónicas, isotónicas). La concentración, solubilidad, y equilibrio osmótico entre el soluto y solvente determinan el tipo de solución.
Las soluciones químicas se pueden clasificar de varias maneras, incluyendo por su concentración (insaturadas, saturadas, sobresaturadas), cantidad de soluto (diluidas, concentradas), conductividad eléctrica (electrolíticas o no), y osmolaridad (hipotónicas, hipertónicas, isotónicas). La concentración, solubilidad, y equilibrio osmótico entre el soluto y solvente determinan el tipo de solución.
Las soluciones químicas se pueden clasificar de varias maneras, incluyendo por su concentración (insaturadas, saturadas, sobresaturadas), cantidad de soluto (diluidas, concentradas), conductividad eléctrica (electrolíticas o no), y osmolaridad (hipotónicas, hipertónicas, isotónicas). La concentración, solubilidad, y equilibrio osmótico entre el soluto y solvente determinan el tipo de solución.
Hay diversos factores que afectan a las soluciones, como
el soluto, la fase en el que se encuentran, y por supuesto, la solubilidad. Por lo que en función de estas características se definen varios tipos de soluciones. SEGÚN SU CONCENTRACIÓN La concentración de una solución expresa el grado de solubilidad de la misma, por lo esta juega un papel importante a la hora de definir el tipo de solución. Insaturadas: son aquellas en donde es posible seguir añadiendo más soluto a la solución, es decir que no se ha alcanzado la máxima solubilidad del solvente. Saturadas: son soluciones en las que dada una temperatura, el soluto ya no se disuelve completamente en el solvente. Sobresaturadas: en estas soluciones, el soluto está presente en una cantidad excesiva y se deposita en el fondo del recipiente a través del proceso de cristalización. SEGÚN LA CANTIDAD DE SOLUTO Diluidas: son soluciones en la que la cantidad de soluto es muy poca con respecto a la cantidad de solvente. Concentradas: contienen una gran cantidad de soluto, pero no la suficiente para alcanzar el grado máximo de saturación, por lo que el solvente puede seguir aceptando más soluto. SEGÚN SU CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA Dependiendo de los componentes de la solución, esta puede disolverse en iones y moléculas que en el proceso de separación de la mezcla pierden o ganan electrones, convirtiéndose en un componente con exceso de carga (anión) o, por el contrario con déficit de carga (catión). Cuando este tipo de procesos ocurre, se dice que la solución es electrolítica. SEGÚN SU OSMOLARIDAD
Este es un tipo especial de solución que está presente en las células y es de
importancia en estudios de medicina y biología. En este tipo de soluciones los solutos son cristaloides o coloides, y el solvente es una sustancia acuosa. La osmolaridad es una unidad de concentración de las sustancias involucradas que cuantifica cómo los moles del soluto afectan la presión osmótica de la sustancia. Así, teniendo en cuenta este factor, las soluciones puede ser divididas en: Hipotónicas: son soluciones en las que los solutos fuera de la membrana osmótica tienen una baja concentración en comparación con las sustancias de adentro, esto origina una diferencia de presiones que hace que la solución acuosa pase a través de la membrana haciendo que esta aumente su tamaño. Hipertónicas: Al contrario del caso anterior, en las soluciones hipertónicas la concentración de soluto es mayor fuera de la membrana que dentro de esta. Isotónicas: en este tipo de soluciones la concentración del soluto dentro y fuera de la membrana osmótica es la misma, por lo que la presión osmótica se mantiene en equilibrio en ambos lados.