Вы находитесь на странице: 1из 47

Tesis de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación en relación


al Peritaje.


Presentan:
Licda. Claudia Yanet Carrillo Camarena
y
Licda. Marta Patricia Cruz Alvarado
9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXII, Septiembre de 2005;
Pág. 45


DICTÁMENES PERICIALES NO OBJETADOS. SU
VALORACIÓN.
En relación con la facultad de los Jueces para apreciar las pruebas, la
legislación mexicana adopta un sistema mixto de valoración, pues si
bien concede arbitrio judicial al juzgador para apreciar ciertos medios
probatorios (testimoniales, periciales o presuntivos), dicho arbitrio no
es absoluto, sino restringido por determinadas reglas. En tal virtud, el
hecho de que no se objete algún dictamen pericial exhibido en autos,
no implica que éste necesariamente tenga valor probatorio pleno, pues
conforme al principio de valoración de las pruebas, el juzgador debe
analizar dicha probanza para establecer si contiene los razonamientos
en los cuales el perito basó su opinión, así como las operaciones,
estudios o experimentos propios de su arte que lo llevaron a emitir su
dictamen, apreciándolo conjuntamente con los medios de convicción
aportados, admitidos y desahogados en autos, atendiendo a las reglas
de la lógica y de la experiencia, exponiendo los fundamentos de su
valoración y de su decisión. Por tanto, la falta de impugnación de un
dictamen pericial no impide al Juez de la causa estudiar los
razonamientos técnicos propuestos en él, para estar en posibilidad de
establecer cuál peritaje merece mayor credibilidad y pronunciarse
respecto de la cuestión debatida, determinando según su particular
apreciación, la eficacia probatoria del aludido dictamen.
Tercer Tribunal Colegiado Del Vigésimo Tercer Circuito.
Tomo XVII, Abril de 2003
Pág. 1079
Tesis Aislada (Penal)

9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta.


Dictamen Pericial. Su falta de objeción no impide que el juez lo
examine oficiosamente a fin de precisar su eficacia probatoria
(Interrupción de la jurisprudencia de rubro: “Peritos. Dictamen
No impugnado”,
la falta de objeción de un dictamen pericial por la parte a quien le pudiera
perjudicar no impide que el Juez lo examine oficiosamente a fin de
determinar si el mismo cumple con los requisitos legales, entre ellos, los que
prevé el artículo 252 de la codificación procesal mencionada, es decir, que los
peritos hayan practicado las operaciones y experimentos que su ciencia o arte
les sugiere, así como también si contiene los hechos y circunstancias que
hubieran servido de fundamento a sus dictámenes, ya que estos aspectos
permitirán establecer la eficacia probatoria que a dicho elemento de
convicción le corresponde; esto es así, en atención a que la ponderación de
que se trata no tiene el alcance de suplir las deficiencias sustantivas o
adjetivas de que aquél adolezca, sino de que el Juez que conoce del asunto
cumpla con la obligación de examinar la prueba y atribuirle, dentro del
ámbito de su competencia jurisdiccional, la eficacia que legalmente
corresponda a la prueba de peritos, ya que no es jurídicamente admisible que
por la sola circunstancia de que un dictamen pericial no sea objetado, deba
otorgársele valor probatorio pleno, sin el previo análisis por parte del
juzgador de que efectivamente reúne los requisitos legalmente establecidos, y
de que evidencia el hecho o dato materia de prueba.
Por lo que debe sostenerse que de conformidad con las disposiciones
aplicables, el juzgador, en uso del libre arbitrio jurisdiccional que la ley le
confiere para determinar la validez y eficacia de los dictámenes periciales,
debe examinarlos para evidenciar el hecho o dato objeto de prueba,
independientemente de que éstos hayan sido o no objetados por alguna de
las partes en el juicio.
8a. Época; T.C.C.; S.J.F.; Tomo XV, Enero de 1995; Pág. 281


Pericial, valor probatorio de la. en materia civil.
Si los dictámenes periciales no son rendidos ante el juez civil
competente, llenándose los requisitos que la ley exige, los
peritajes carecen de validez, en cuyo caso se hace innecesario el
estudio correspondiente de las razones científicas que en éstos
se contengan, para determinar el valor jurídico correspondiente,
puesto que la misma ley ordena que esa clase de pruebas se
rindan siempre con citación contraria, entregando una copia del
cuestionario a la contraparte, para que ejercite el derecho de
poder ampliarlo.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Tomo VII, Marzo de 1991
Pág. 142
Tesis Aislada(Civil)


Divorcio. valor probatorio del informe rendido por el
Departamento del Trabajo Social del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Jalisco.
Carece de valor probatorio el informe que, en un juicio de divorcio,
rinde el Departamento de Trabajo Social del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado de Jalisco, en el cual se hace mención a
declaraciones recabadas por personal de dicha oficina, en primer
lugar, porque se trata de una prueba confeccionada únicamente al
arbitrio de las trabajadoras sociales, sin observar formalidad judicial
alguna y, en segundo término, en virtud de que tales trabajadoras no
están investidas de fe pública ni tienen facultades legales para recibir
declaraciones de las partes o de terceras personas, lo cual incumbe
al juzgador de acuerdo con lo ordenado por el artículo 56 del Código
de Procedimientos Civiles de la mencionada Entidad Federativa.
P9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo II, Noviembre de 1995;
Pág. 498


Amparo indirecto. procedencia del, contra la admisión
de una prueba cuyo desahogo consiste en la realización
del estudio socioeconómico del quejoso en su
domicilio. Es un acto de imposible reparación.
El amparo indirecto es procedente, cuando la resolución reclamada se
hace consistir en la admisión de una prueba consistente en la
realización de estudios socioeconómicos del quejoso, ya que
constituye un acto dentro de juicio de ejecución irreparable, en tanto
que afecta de modo inmediato derechos sustantivos, a saber, los
derivados de la inviolabilidad del domicilio, ya que a través de tal acto
se obliga al quejoso a permitir el acceso al interior del mismo a una
persona (trabajadora social), con la consecuencia de que se afecten
sus derechos a la vida privada, a la intimidad y a la tranquilidad del
hogar, lo cual evidentemente representa un acto de molestia a uno de
los derechos fundamentales del gobernado garantizados por el artículo
16 constitucional, es decir la inviolabilidad del domicilio como
prolongación a la libertad individual.
10a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Libro III, Diciembre de 2011,
Tomo 5; Pág. 3844


Prueba pericial. Para su eficacia probatoria no es
indispensable que el perito acompañe al dictamen la serie de
exámenes o estudios respectivos.
La prueba pericial tiene por objeto ilustrar al Juez cuando a fin
de dilucidar los hechos controvertidos se requiera de
conocimientos especializados sobre una ciencia, arte, industria u
oficio, los cuales, por su naturaleza, escapen a dicho juzgador;
de ahí que el dictamen que al efecto se rinda será el medio a
través del cual se proporcionarán al órgano jurisdiccional los
elementos para establecer si la cuestión debatida o planteada en
el litigio quedó o no acreditada, toda vez que es la opinión del
experto, quien a través de sus deducciones técnicas o de una
declaración de ciencia con base en el análisis de otras pruebas,
proporciona al juzgador los conocimientos especializados de que
carece, necesarios para verificar los hechos, y le informa sobre
las reglas técnicas que existen al respecto.
Es decir, el perito es un órgano de prueba que no debe ser confundido
con el objeto o la materia de ésta. El objeto de la prueba, o sea, aquello
que debe ser materia de la actividad probatoria, se constituye en el
proceso por los hechos sobre los cuales verse el debate, mientras que
el perito es la persona por cuya actividad se adquiere precisamente el
conocimiento en relación con tales hechos. En ese sentido, no es
indispensable para que un dictamen sea susceptible de engendrar
convicción, que el perito exhiba materialmente los documentos
justificativos de los estudios o análisis en que se haya apoyado para
emitir su opinión, pues no son el perito ni su juicio de valor lo que
constituye en el proceso el objeto o materia de la prueba;
por el contrario, el perito es la persona u órgano de prueba por cuya
actividad se obtienen en el procedimiento los conocimientos para
determinar si el hecho controvertido por las partes, materia de la prueba,
está o no demostrado, siendo por ello incorrecto condicionar la eficacia de
un dictamen a que pruebe el perito que realizó la serie de exámenes o
estudios que afirme le llevaron a emitirlo, pues sería tanto como pedir al
testigo que además de exponer la razón de su dicho demostrase, a través
de otros medios de convicción, que efectivamente tenía conocimiento de
los hechos sobre los que depuso. Basta, pues, con que el perito mencione
que llevó a cabo los análisis que de acuerdo a la ciencia o técnica de que
se trate consideró necesarios, y así se desprenda de los fundamentos del
dictamen o de la explicación que haga, para que se estime que los
realizó; ello con independencia, desde luego, de la apreciación que haga
el juzgador sobre la fuerza de convicción de tales fundamentos, que le
conduzca a aceptarlos o rechazarlos.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Febrero de 2010;
Pág. 2900


Prueba pericial. Si el único dictamen rendido en el juicio es el
de la contraparte del oferente, debe ser valorado y no
declararse desierta esa prueba.
Si el dictamen del perito propuesto por la contraparte del oferente fue
incorporado legalmente a los autos del juicio, no es admisible declarar
desierta la prueba pericial, sobre la base de que no se aportó el
dictamen que debió rendir el experto designado por quien ofreció esa
probanza, aun cuando el juzgador invoque el artículo 299 del Código
de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, sino que debe
considerarse que la prueba pericial se integró con un solo dictamen,
en atención a que la regulación prevista en el artículo 347 del
ordenamiento invocado da tal posibilidad, al abandonar el sistema de
que esa prueba debía ser necesariamente colegiada. De ahí que al
constar en el expediente un único dictamen, éste debe ser valorado,
en su caso, en conjunto con las demás probanzas, en conformidad con
las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia, en términos del
artículo 402 del cuerpo de leyes citado. La doctrina actual distingue
entre fuentes de prueba y medios de prueba.
Las fuentes de prueba existen antes y con independencia del
proceso y pertenecen a las partes, pues sólo ellas saben de su
existencia, la cual es anterior e independiente del proceso; los
medios de prueba son las actuaciones judiciales a través de las
cuales las fuentes de prueba se incorporan al proceso, por eso
pertenecen al ámbito del órgano jurisdiccional y, por ende, están
sujetos a una reglamentación, pues la ley prevé los formalismos
que deben observarse, para que las fuentes de prueba se
incorporen al proceso. Una vez que se han incorporado al proceso
las fuentes de prueba, a través de los medios de prueba, dejan de
pertenecer a las partes, pues se prueba para el proceso y en virtud
del principio de adquisición, cualquiera de las partes o el juzgador
puede prevalerse de ella.
La prueba pericial es el prototipo de medio de prueba, porque
por regla general, sólo puede tener vida con plenos efectos
jurídicos, si existe un proceso; de ahí que basta su
ofrecimiento, para que deje de estar a la disposición exclusiva
del oferente. Puede haber casos en que la prueba pericial
sea importante para ambas partes del juicio; pero al ofrecerla
una de ellas, la otra considere innecesario hacer lo propio,
sino que proceda a cumplir lo que le incumbe en la integración
de la prueba; pero avanzado el proceso, el oferente desista, o
bien, por causa imputable a él, el dictamen del perito que
propuso no se haya recibido a más tardar en la audiencia o en
su único diferimiento, en conformidad con el artículo 299 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal.
En tal caso, se debe partir de la base de que se prueba para el
proceso y como la pericial es un medio de prueba, una vez ofrecida
entra en el ámbito de las facultades con que cuenta el juzgador en
materia probatoria y, por tanto, ante la actitud de las partes está en
condiciones, tanto de proceder estrictamente en los términos del
artículo 347 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito
Federal, al surtirse los distintos supuestos previstos en tal disposición,
o bien, utilizar los amplísimos poderes que, en materia probatoria, los
artículos 278 y 279 del propio ordenamiento confieren a los
juzgadores, quienes en tal virtud, pueden valerse de cualquier
persona, sea parte o tercero, de cualquier cosa o documento, para
conocer la verdad de los hechos controvertidos. De igual manera, para
el mismo fin, pueden practicar o ampliar cualquier diligencia
probatoria, sin que se pierda de vista el derecho de audiencia de las
partes y el principio de igualdad de éstas en el proceso.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXXI, Febrero de 2010;
Pág. 2899


Prueba pericial. la circunstancia de que se tenga por
conforme a una de las partes con el único dictamen
rendido, no implica que deba otorgársele valor
probatorio pleno (legislación del distrito federal).
De los artículos 347, 348, 486, fracción I y 569 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, se desprende que la
prueba pericial, incluso la que se refiere al avalúo de bienes, debe
desahogarse, en principio, de manera colegiada, lo que se explica por el
objeto mismo de la prueba, dado que persigue ilustrar al Juez sobre
cuestiones que escapan a su conocimiento y es preferible entonces contar
con dos o más opiniones sobre el punto de que se trate. La propia ley
establece que en determinadas circunstancias dicha prueba podrá
considerarse válidamente desahogada con el dictamen de un solo perito,
como acontece si la parte que deba nombrarlo no lo hace, o si no presenta
al perito, etc., y para estas situaciones ciertamente prescribe que se
considerará conforme a la parte de que se trate, con el único dictamen
rendido.
Ahora bien, esta conformidad debe entenderse en cuanto a que la parte
acepta que la prueba sea desahogada a través de la emisión de un
dictamen único, ya que de otro modo se alargaría el procedimiento
buscando la reunión de dos o más dictámenes, mas no en el sentido de
que automáticamente conduzca tal conformidad a atribuir valor
probatorio pleno al único dictamen rendido, toda vez que esto
equivaldría a privar al Juez de sus facultades y deberes de apreciar una
prueba que, por su misma naturaleza, requiere siempre de la ponderada
valoración del juzgador, basada en un análisis lógico de los fundamentos
y conclusiones del dictamen, y de lo contrario se pasaría por alto que la
ley procesal civil consagra el sistema de libre apreciación de las pruebas,
salvo tratándose de instrumentos públicos, y que en un sistema de esta
clase, no cabe admitir que la misma ley ordene al Juez aceptar
ciegamente las conclusiones del perito, sea o no que lo convenzan, o le
parezcan absurdas o dudosas, porque entonces vendrían a suplantarse
las funciones del Juez y a constituir al perito en Juez de la causa. Si la
función del perito se limita a ilustrar el criterio del juzgador, al servirle de
guía y facilitarle los conocimientos técnicos de que carece, debe ser el
propio Juez quien decida si acoge o no sus conclusiones y, por tanto, el
que se tenga por conforme a una de las partes con el único dictamen
pericial rendido en autos, no impide al Juez efectuar el estudio
correspondiente de los razonamientos técnicos respectivos, para estar
en posibilidad de fijar su valor.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXVIII, Julio de 2008;
Pág. 1835


Prueba pericial en el juicio de amparo. La designación de los
peritos necesarios recae en el Juez de Distrito, por lo que es
potestativo para las partes proponer los suyos para que se asocien
a los nombrados por aquél, o para que rindan su dictamen por
separado.
 
Del artículo 151, párrafo tercero, de la Ley de Amparo, se advierte que
una vez ofrecida la prueba pericial en el juicio de garantías, corresponde
al Juez de Distrito nombrar a los técnicos necesarios para el desahogo de
la diligencia, por lo que es potestativo para las partes proponer sus peritos
a fin de que se asocien a los nombrados por aquél, o rindan su dictamen
por separado.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XVIII, Diciembre de
2003; Pág. 1383


Dictamen pericial. Si no aporta elementos de convicción
que justifiquen los conocimientos especiales requeridos
por el juzgador para resolver, debe tenerse por
dogmático y carente de eficacia probatoria (Legislación
del Distrito Federal).
Conforme a los artículos 175 y 254 del Código de Procedimientos Penales
para el Distrito Federal, los peritos están obligados a realizar todas las
operaciones y análisis que su ciencia o arte les sugiera y deberán expresar en
su dictamen los hechos y circunstancias que sirvan de fundamento a la
conclusión a la que lleguen; asimismo, la autoridad judicial con ponderación
de las circunstancias del caso concreto establecerá la fuerza probatoria que
corresponde a esa prueba.

Así, cuando la opinión a la que arriba el perito se constriñe a formular


afirmaciones genéricas sobre la causa de los hechos sin soportarlo en bases
razonadas y fundadas, y en orden a los conocimientos técnicos y científicos
correspondientes (hechos y circunstancias), sin que se justifiquen o
demuestren las conclusiones dictaminadas, debe entenderse que tal
dictamen no aporta elementos de convicción que justifiquen los
conocimientos especiales que necesita el juzgador para resolver el problema
fáctico sometido a la prueba experticial de mérito; por tanto, dicho dictamen
debe tenerse por dogmático y, por ende, carente de eficacia probatoria.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XIV, Octubre de 2001;
Pág. 1115


Dictamen pericial dogmático. Carece de valor probatorio
(Legislación del Estado de Puebla).
La interpretación armónica de los artículos 136 y 200 del Código de
Procedimientos en Materia de Defensa Social, que a la letra dicen:
"Artículo 136. Si para el examen de alguna persona o de algún objeto
se requieren conocimientos especiales, se procederá con intervención
de peritos." y "Artículo 200. La fuerza probatoria de todo juicio pericial,
incluso el cotejo de letras y los dictámenes de los peritos, serán
calificados por el Juez o Sala, según las circunstancias.", permite
establecer que todo juicio pericial debe estar debidamente apoyado
con los procedimientos técnicos o científicos que llevaron al experto a la
conclusión respectiva; por tanto, si en el dictamen afecto el perito sólo
se concreta a establecer una simple opinión, sin señalar cómo y de qué
forma llegó a la misma, ésta es dogmática y, como consecuencia,
carece de valor probatorio.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XVII, Abril de 2003;


Dictamen pericial. Su falta de objeción no impide que el Juez lo
examine oficiosamente a fin de precisar su eficacia probatoria
(interrupción de la jurisprudencia de rubro: “peritos, dictamen
no impugnado”, visible en la página 186, tomo ii, sexta época
del apéndice al semanario judicial de la federación 1917-2000).
Conforme al artículo 841 de la Ley Federal del Trabajo, las Juntas
de Conciliación y Arbitraje tienen facultad soberana para apreciar
las pruebas sin sujetarse a reglas o formulismos, pero esa facultad
no las exime de su obligación de estudiarlas acuciosa y
pormenorizadamente, exponiendo las circunstancias que la
fundan, lo que resulta de trascendental importancia cuando se
trata del perito tercero en discordia, cuyo dictamen se originó por
la existencia previa de dos peritajes contradictorios.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XVIII, Diciembre de
2003; Pág. 1383


Dictamen pericial. Si no aporta elementos de convicción
que justifiquen los conocimientos especiales requeridos
por el juzgador para resolver, debe tenerse por
dogmático y carente de eficacia probatoria (Legislación
del Distrito Federal).
 
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su anterior
integración, en la tesis jurisprudencial citada, estableció el criterio de que las
violaciones sustantivas o adjetivas que pudieran derivarse del análisis de un
dictamen pericial, únicamente podían examinarse, en vía de amparo, en el
caso de que dicho peritaje hubiera sido legal y oportunamente impugnado
ante el Juez del orden común. Ahora bien, con fundamento en los artículos
194 de la Ley de Amparo y sexto transitorio del decreto de veintiuno de
diciembre de mil novecientos ochenta y siete, publicado en el Diario Oficial de
la Federación el cinco de enero de mil novecientos ochenta y ocho, este
Tribunal Colegiado interrumpe dicho criterio jurisprudencial, por las razones
siguientes:
Conforme al sistema de apreciación probatoria que actualmente impera
en el Código de Procedimientos Penales del Estado de Aguascalientes, y
concretamente en el artículo 303, el juzgador tiene la facultad de
ponderar, a su arbitrio, los dictámenes periciales que en el proceso se
rindan, apreciación que dependerá de las circunstancias especiales del
caso y de los elementos contenidos en los propios dictámenes periciales.
Bajo esta premisa, la falta de objeción de un dictamen pericial por la
parte a quien le pudiera perjudicar no impide que el Juez lo examine
oficiosamente a fin de determinar si el mismo cumple con los requisitos
legales, entre ellos, los que prevé el artículo 252 de la codificación
procesal mencionada, es decir, que los peritos hayan practicado las
operaciones y experimentos que su ciencia o arte les sugiere, así como
también si contiene los hechos y circunstancias que hubieran servido de
fundamento a sus dictámenes, ya que estos aspectos permitirán
establecer la eficacia probatoria que a dicho elemento de convicción le
corresponde;
esto es así, en atención a que la ponderación de que se trata no tiene el
alcance de suplir las deficiencias sustantivas o adjetivas de que aquél
adolezca, sino de que el Juez que conoce del asunto cumpla con la
obligación de examinar la prueba y atribuirle, dentro del ámbito de su
competencia jurisdiccional, la eficacia que legalmente corresponda a la
prueba de peritos, ya que no es jurídicamente admisible que por la sola
circunstancia de que un dictamen pericial no sea objetado, deba
otorgársele valor probatorio pleno, sin el previo análisis por parte del
juzgador de que efectivamente reúne los requisitos legalmente establecidos,
y de que evidencia el hecho o dato materia de prueba. Por lo que debe
sostenerse que de conformidad con las disposiciones aplicables, el juzgador,
en uso del libre arbitrio jurisdiccional que la ley le confiere para determinar la
validez y eficacia de los dictámenes periciales, debe examinarlos para
evidenciar el hecho o dato objeto de prueba, independientemente de que
éstos hayan sido o no objetados por alguna de las partes en el juicio.
 
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo IV, Noviembre de 1996;
Pág. 428


Dictamen pericial, no carece de validez si se rinde
únicamente por un perito.
De la interpretación relacionada de los artículos 100 y 137 del Código de
Procedimientos en Materia de Defensa Social para el Estado de Puebla,
se concluye que la regla general consistente en que los dictámenes
periciales rendidos en la causa penal deben ser emitidos por dos peritos,
admite como excepción, que uno solo de ellos dictamine en los casos en
que únicamente éste pueda ser habido, de que exista peligro en el retardo
y en el supuesto de que el asunto sea de poca importancia; por tanto, si
en el juicio penal se tiene por acreditado el padecimiento de facultades
mentales de la ofendida por el delito de violación equiparada, con base en
el dictamen pericial rendido por un perito en psicología, no se infringen
las disposiciones legales citadas, máxime que el estado de incapacidad
mental de una persona es susceptible de apreciarse por cualquier otra, sin
necesidad de que sea especialista en la materia y existe el reconocimiento
de tal circunstancia por el inculpado.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo X, Diciembre de 1999;
Pág. 762


Prueba pericial. El hecho de que un dictamen sea similar a
otros, en cuanto a la forma, es insuficiente para considerar
que le pueda corresponder un valor igual.
El perito es un auxiliar técnico de los tribunales, en determinada materia
y como tal, su dictamen constituye opinión ilustrativa sobre cuestiones
técnicas emitidas bajo el leal saber y entender de personas versadas en
materias que requieren conocimientos especializados, expresados en
forma lógica y razonada, que proporcionen al juzgador elementos
suficientes para orientar su criterio en materias que éste desconoce; por
tanto, resulta intrascendente que aquél omita adjuntar los resultados de
los estudios de gabinete que practicó con la finalidad de emitir su
dictamen, pues es suficiente que la Junta responsable atienda a las
consideraciones fundamentales de las peritaciones en que se apoyó el
mismo.
 
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo IX, Marzo de 1999; Pág.
1312


Pericial. Basta con expresar en el dictamen las
consideraciones fundamentales en que se apoyó el perito
para emitirlo.
La circunstancia de que un dictamen rendido por un perito, sea similar en
cuanto a su forma a los rendidos por el mismo perito en relación a diversos
actores, es insuficiente para considerar que a todos los dictámenes les
pueda corresponder un valor igual, pues es claro que el valor de un
peritaje depende exclusivamente del contenido de éste y de las razones
que se expongan en el mismo, siendo indiscutible que puede haber
dictámenes que se parezcan en cuanto a su estructura pero diferentes en
su contenido, pues en ellos se dictaminan diferentes cuestiones y se
exponen razones distintas, tratando de sustentar sus consideraciones.
8a. Época; T.C.C.; S.J.F.; Tomo XIII, Enero de 1994; Pág. 209


Dictamen pericial. Requisitos de credibilidad deben de
precisarse y fundamentarse.
El hecho de que la responsable considera que a su juicio un dictamen
pericial no reúne los requisitos de credibilidad no es suficiente para
considerar que está expresando los motivos por los cuales no le otorga
valor probatorio, pues esos motivos debe precisarlos para cumplir con su
obligación constitucional del debido fundamento legal, pues es necesario
que mencione los motivos por lo que niega valor al dictamen para efecto
de no dejar en el estado de indefensión a la parte interesada.
9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XI, Mayo de 2000; Pág.
969


Prueba pericial médica en el juicio laboral. Es necesario aportar el
resultado de los estudios practicados en la persona del trabajador,
para suplir las deficiencias del dictamen, si éste es dogmático.
Si el dictamen del perito no aporta los elementos necesarios para crear
convicción, en cuanto a que el trabajador presenta un estado de
invalidez, ya que sólo señaló que llegó a una conclusión por la revisión
del trabajador y los estudios clínicos y de gabinete que mandó realizar,
será dogmática, si no estableció en su dictamen los resultados de esos
estudios, ni anexó al mismo los referidos estudios clínicos y de gabinete
que indicó; de ahí que el peritaje mencionado no sirve para determinar
los padecimientos del trabajador, ni su etiología, ni si condicionaba un
estado de invalidez, siendo necesario exhibir los estudios indicados para
que durante el desahogo de la prueba pericial la parte contraria, incluso
los integrantes de la Junta, tuvieran oportunidad de interrogar respecto
de tales estudios y estar así en posibilidades de determinar el valor
probatorio correspondiente.

Вам также может понравиться