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Oración íntima al Espíritu Santo

Espíritu Santo, te consagro mi cuerpo con sus sentidos y te


suplico que me hagas emplearlos siempre en el bien.
Espíritu Santo, te consagro mis ojos para que miren sólo a
Jesús y a María en todas las cosas.
Espíritu Santo, te consagro mis oídos para que solamente
estén atentos a tus inspiraciones.
Espíritu Santo, te consagro mi interior para que sea un
templo vivo de pureza en el que descanse el corazón de
Jesús.
Espíritu Santo, te consagro mi memoria para que
únicamente recuerde las palabras y las actitudes que nos
enseñó Jesús.
Espíritu Santo, te consagro mi entendimiento para que
reconozca siempre los inmensos beneficios que me das.
Espíritu Santo, te consagro generosamente mi voluntad,
que de hoy en adelante quiero que sea siempre tuya.
Quiero morir a mi egoísmo y te pido que me consuma el
fuego de tu caridad.
Espíritu Santo, te consagro mis sufrimientos para que,
olvidado de mí, sepa entregarme a mis hermanos más
necesitados.
Espíritu Santo, te consagro mi corazón con todos sus
afectos para que, enamorado únicamente de tu amor, halle
siempre en ti la Paz, la Fuerza, la Luz y tus dones y frutos y
así te ame más cada día y haga que Tú seas amado por mis
hermanos y hermanas.
Amén.
La búsqueda del ser
humano es por una
espiritualidad que le
ofrezca un camino para la
experiencia de Dios y que
dé sentido a su vida.

¿Cuáles son las motivaciones más profundas


y auténticas en mi vida?
La búsqueda de principios
que conduzcan y den sentido
a la vida humana,

El ser humano se caracteriza


por la búsqueda de sentido
para su vida.

Para la mayoría de la gente, la


vida ordinaria está
caracterizada por la
sensación de que Dios está
ausente.
¿Cuál es la diferencia entre el ser
humano y los otros seres vivos? persiste todavía la búsqueda
por lo trascendente y por lo
espiritual en nuestra sociedad.
La espiritualidad, la mística, por lo tanto, será una actitud abierta,
vigilante, de ojos y oídos abiertos para ver, leer, y entender la
realidad para transformarla según el espíritu de Dios. Se pasa de una
forma muy concreta movida por el Espíritu de vivir el Evangelio, a
una manera precisa de vivir delante del Señor en solidaridad con
todos, sobre todo con los más pobres y oprimidos.
¿Cómo describiría mi deseo más
profundo y auténtico?
Desde este deseo, ¿cómo describiría el
sentido de mi vida?
Beata María Concepción
Cabrera de Armida
“Conchita”

Crecimiento espiritual
“Hay mujeres que son capaces de cambiar las cosas, siendo creativas
y audaces en sus proyectos, hasta conseguir realizarlos. Una mujer
enamorada, es capaz de superar cualquier desafío, llegando a la
esencia misma del amor. El caso de Concepción Cabrera de Armida,
es un buen punto de referencia, pues fue una laica y mística
completamente identificada con Cristo Sacerdote y Víctima, sin
haber abandonado nunca su entorno familiar y social. Ella, como
una mujer multifacética, pues fue joven, novia, esposa, madre,
escritora, fundadora, empresaria y abuela vino a recodarle al
mundo el Evangelio de la Cruz”.
El lema que marcó su vida y misión apostólica fue:
“Jesús, salvador de los hombres, ¡sálvalos!”

María concepción Cabrera de Armida


Esposa, madre, viuda, abuela, fundadora... y por indulgencia de Pio
X, murió canónicamente como religiosa en los brazos de sus hijos.
Nació el 8 de diciembre de 1862 en San Luis Potosí (México), siendo la
séptima de doce hermanos.

Tuvo un único novio: Francisco Armida García, con el cual, después de


nueve años de noviazgo, se casó el 8 de noviembre de 1884. Del fruto de ese
matrimonio nacieron 9 hijos, sin embargo 4 de ellos murieron. En el año de
1901 su esposo falleció, quedando ella viuda a la edad de 38 años pero
decidida a sacar adelante a sus hijos.
Desde luego, tuvo que enfrentarse a la incomprensión, pues no todos
entendían, cómo era posible que una mujer casada, fuera mística y
fundadora. Sin embargo, los prejuicios de su tiempo, resultaron insuficientes
para detenerla en el cumplimiento de su misión, la cual, a su vez, había sido
confirmada por sus directores espirituales.
De sus nueve hijos, una, Concha, fue religiosa de la
Cruz del Sagrado Corazón, congregación que ella
fundó, y un hijo, Manuel fue jesuita.

El cuidado de ellos ocupó la mayor parte de su vida


y desde entonces comenzó para ella otra vida
espiritual, llena de gracias y favores. Sus días eran
del Señor, de su familia y de sus obligaciones.

Tras la muerte de su esposo, lejos de quedarse


hundida en la depresión sacó adelante los hijos,
haciendo todo lo que estaba en sus manos, para
poder superar los efectos de la crisis económica en
la que se encontraban.

Aprendió a confiar en Dios, dejándose hacer y


deshacer por el Espíritu Santo, siguiendo el
ejemplo de la Santísima Virgen María. Nunca se
dejó vencer por el miedo o el desaliento.
fundó el Apostolado de la Cruz (1894),
las Religiosas de la Cruz del Sagrado
Corazón de Jesús (1897), la Alianza de
Amor con el Sagrado Corazón de Jesús
(1909) y la Fraternidad de Cristo
Sacerdote (1912), tras conocer al
Venerable Siervo de Dios P. Félix,
emprende la difícil tarea de dar origen a
la Congregación de los Misioneros del
Espíritu Santo (1914) en plena
persecución religiosa en México.

Una vez fundadas las cinco Obras de la


Cruz, Conchita siguió adelante en medio
de sus asuntos familiares, propiciando la
extensión del reinado del Espíritu Santo.

Concepción Cabrera murió el 3 de marzo


de 1937, a los 74 años de edad.
“El punto central de la
mística de María
Concepción Cabrera fue su
amor apasionado por Jesús y
su deseo de darlo a conocer
a todos los pueblos”

la Cruz del Apostolado.


Esa Cruz es el símbolo de la espiritualidad de la Cruz
Por la profundidad de sus
escritos, Conchita es reconocida
como gran mística del siglo XX.
Profundizó la espiritualidad de
la Cruz, necesaria para una
verdadera entrega a Dios por
Jesús en el poder del Espíritu
Santo.

Adelantándose al Concilio
Vaticano II, demostró que los
laicos tenían un lugar
importante en la vida de la
Iglesia, a partir de la vivencia del
sacerdocio bautismal.
La Buena Noticia es una revelación de las
profundidades de Dios, de sus designios profundos e
íntimos para la personas. Es solo el Espíritu que puede
ahondar en el corazón de Dios. (1 Co 2, 10). Sin estar
habitados por el Espíritu, sin una experiencia del
Espíritu, y sin conocer lo que Él sabe del corazón de
Dios, no puede haber misión.

La Buena Noticia sobre el amor de Dios que llevamos


para curar a hombres y mujeres en sus situaciones
concretas de opulencia o pobreza, poder o impotencia,
comunidad o soledad, varios tipos de aflicción, de pesos
que soportar, de lágrimas vertidas o sin verter, de
heridas en las manos y en el corazón, esta Buena
Noticia Dios nos la revela a través de Espíritu.
… es la llave de los tesoros eternos.
… es el silencio profundo del alma enamorada y su
alimento y vida.
… es el centro indispensable en donde Dios se junta
con el alma pura.
… encierra en su seno purísimo las celestiales
confidencias de los divinos amores (Trinidad).
… es el campo escogido por Dios, para sus
comunicaciones íntimas a las almas inocentes, sencillas
y humildes.

La escala divina de la Oración contiene muchos


escalones o gradas por las cuales el alma sube y Dios
baja.
¿Cómo describes tu oración?
¡Oh Espíritu Santo amadísimo!

¡Oh Espíritu Santo amadísimo!


Proyecta sobre mí tu sombra
envía un rayo de luz a mi
inteligencia
y una chispa de tu fuego celestial a
mi corazón
para conocerte y conocerme;
para amarte y aceptarme;
para que nada sea más
importante en mi vida que Tú.

Amén
Concepción Cabrera de Armida.

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