La mayoría de las cocinas nacionales tienen una cena que consiste en tres platos: la
entrada, el plato principal y el postre. Pero los españoles, cuando van de tapas, suelen
pedir varios platos pequeños para compartir. Según Camorra y Cornish (2008) los
españoles comen la comida principal a la una o a las dos. Vuelven al trabajo a las
cuatro donde se quedan hasta las ocho. Después del trabajo prefieren la comida
ligera: ya es hora del ‘tapeo’. Hoy en día hay muchas tapas diferentes en todas las
regiones de España. Por ejemplo, el pan catalán frotado con tomates y ajo,
boquerones en vinagre, empañadillas con aceitunas y atún o huevos rellenos. Los
ingredientes principales son a menudo aceite de oliva, aceitunas y pimientos.
Ir de tapas es más que cenar. Es una manera de disfrutar, una costumbre y una
experiencia única. Estas pequeñas porciones de comida unen a la gente y refuerzan
los lazos mutuos. Las tapas ofrecen la oportunidad de dejar atrás el estrés atrás y
olvidar todos los problemas. Aunque hoy en día hay restaurantes de tapas en todas
partes del mundo, ir de tapas en esos países nunca jugará un papel tan importante
como en España.